jueves, agosto 22, 2013

Obsequio del cielo

Una lúcida y certera máxima popular afirma que "cuando hay hambre no hay pan duro". Después del primer triunfo en el torneo, la afición la masculla por lo bajo, entre un sinfín de dudas y con un dejo de resignación. Ganar con ayuda -gol legítimo anulado al rival y un penal regalado-, no es del agrado de quienes aspiran ver al equipo en una posición de privilegio por merecimiento propio. Siguiendo la misma línea, se consuela con un triste "peor es nada". Tres puntos de local pueden ser el elixir que despabile anhelos dormidos. Lo cierto es que el once titular no aparece y lo poco que hasta ahora ha mostrado se asemeja demasiado al que todos querían ver desmembrado y fuera de circulación. Por el momento, lo único que parece afianzarse son los consabidos discursos de ocasión.

Llamó la atención el extenso y soporífero monólogo que el conductor brindó una vez finalizado el encuentro. Con la satisfacción del resultado favorable en el bolsillo, dando fe de su compromiso con la causa y buscando estrechar lazos con las gradas. manifestó lo feliz y orgulloso que se siente de trabajar en la entidad más hermosa por la que le haya tocado pasar en su corta carrera, rodeado de simpatizantes exigentes pero maravillosos. Demasiado empalagoso, considerando un vínculo por demás reciente. El discurso pareció la declaración de principios de quien con acciones todavía no puede justificar su presencia en el banco de un club con aspiraciones. La verborragia suele ocupar esos espacios vacíos. Le falta percibir el nivel de hartazgo que sobrevuela cuando las palabras superan a los hechos.

Para los dirigidos también hubo repartija de flores. El más elogiado, el único que como bien negociable concentra la atención dirigencial. Al respecto, las cartas se tiraron sobre la mesa con la debida antelación. Si logra recuperarlo -y sobrevivir para contar la hazaña-, será parte interesada a la hora de la redistribución del ingreso. Negocios son negocios. Así las cosas, habrá que ver cuánto de su toque personal conseguirá imprimirle al plantel con el correr de las fechas. Aún está a tiempo de demostrar capacidad y compromiso más allá de la tediosa homilía engendrada tras el debut en la victoria. El próximo compromiso le pondrá un toque de claridad al futuro. Cuatro fechas resultan suficientes para armar un boletín de calificaciones donde las excusas no estén contempladas.


APOSTILLAS

Bendición celestial. El excelentísimo señor presidente y el impresentable vice anduvieron a los empujones por una foto entre sotanas y solideos. Todavía no se sabe si fueron a pedir perdón por sus impudicias públicas o si simplemente fueron de tour a dar vergüenza ajena auspiciados por la caja de todos y todas. Absolución denegada.

Bomba desactivada. Dos figuritas se salvaron de la reprobación generalizada. El guardameta se reivindicó después de estar en la picota durante un par de semanas y el artillero con la pólvora mojada zafó gracias a un regalo de quien impartió injusticia. El grito fue como una descarga de tensiones acumuladas. Para evitar la sequía hace falta una buena regadera.

Honestidad brutal. El delantero entró para cambiar la historia. No hay dudas de que aprendió de su pasado reciente; si se hace imposible por derecha, bienvenido sea probar por izquierda. "Me tiré", dijo sin ponerse colorado, al dar su versión de la polémica jugada ante la avidez de los micrófonos. Ojo con el abuso, porque los hombres de negro se pueden avivar.

Enviado especial. Donde no se puede llegar por capacidad, se puede llegar por servilismo. El chupalerche primero patentó una nueva máxima aplicada al ámbito del parodismo vernáculo. Con la sensibilidad, el ingenio, la inteligencia y el talento que lo caracterizan cubrió un acontecimiento histórico que se pareció demasiado a un brote de cholulismo berreta. Festín criollo.