sábado, febrero 20, 2010

Como agua bendita

El clima no sabe de equilibrios. Al compás de un mundo que perdió la chaveta allá lejos y hace tiempo, los extremos se han impuesto casi como marca registrada. Si no llueve, la sequía hace estragos; y si llueve no es para cumplir con lo que dicta un principio regular, sino para superar marcas históricas y rebasar mortales paciencias. Bajo condiciones límite partió la muchachada rumbo al estadio, mirando asombrada por las panorámicas ventanillas del bus cómo el agua le ganaba la partida a una ciudad tan monstruosa como inerme ante las inclemencias de la inquieta naturaleza. Asombrados pero tranquilos, pendientes de la posible suspensión del match, arribaron al estadio con retraso luego de superar algunos obstáculos.

Disposiciones son disposiciones, por lo que el partido comenzó contra todos los pronósticos y a pesar de los mismos protagonistas. Así y todo, ambos contendientes brindaron un buen espectáculo, con emociones y a buen ritmo, erigiendo como figura al guardameta rojinegro, quien hace rato viene salvando las papas –sin esbozar una mínima queja–, señal que ciertas cuestiones, en defensa y en zona de volantes, no funcionan del todo bien. Si del medio hacia atrás los errores se suceden, quizás en algo tengan que ver los cambios obligados y los que provoca el entrenador de acuerdo a rendimientos y al rival de turno. No estaría mal que de una buena vez, salvo por causa de fuerza mayor, se mantenga un elenco estable como para recitar de memoria.

Aunque con tantos nombres en danza, a la espera de un lugar para mostrarse en el primer equipo, suena lógico aplicar una estrategia componedora que contemple la rotación de caripelas con el objetivo de mantener a la tropa expectante, motivada y, sobre todo, bajo control. Por el momento, los resultados favorables indican que el dt está lejos de cambiar lo que se ha transformado en una especie de sello propio, el mismo que lo ha elevado a la categoría de “entrenador con más futuro del país”, como suele etiquetarlo el parodismo vernáculo. Sin dudas es meritorio el haber sacado tan rápidamente al plantel del bajón que le ocasionó el sueño copero trunco, pero todavía falta un trecho importante para alcanzar la corona de laureles. Los primeros pasos van siguiendo la huella.


APOSTILLAS

Fuera de control. La barra anda haciéndose notar. Es que el gobierno kk le soltó la mano a las HUA y los muchachos andan buscando financiación para no perderse el viaje al campeonato de campeonatos. La presión a la dirigencia rojinegra siempre viene acompañada de “incidentes” a la salida del estadio. La caja está tecleando. Mejor no molestar.

Pum para arriba. El técnico no se anduvo con chiquitas. Pletórico de euforia, una vez finalizado el encuentro, espetó: “Vamos por la gloria”. Esta vez abandonó tempranamente la cautela que lo caracterizó en torneos anteriores y lo que solía afirmar recién en la decimotercera fecha, lo escupió en la quinta. ¡Que la confianza no lo traicione!

Gratis, nada. La crisis económica que están atravesando las emisoras locales ha inflado los salvavidas de algunos parodistas que buscan escapar del hundimiento. Tanto elogio a la falsa pertenencia y al entrenador y sus tácticas tiene una razón de ser más allá de la realidad, que es la única verdad. El buen pasar de los lambiscones a sueldo causa mucha envidia.


La Destacada:

Guarda con la pesada. Aunque los síntomas se le noten en el rostro, las obras para remodelar el estadio le están causando una úlcera estomacal al primer mandatario sabalero. Al parecer, los negocios con las empresas del don, que incluyen la prestación de mano de obra foránea y barata, despertaron la ira de gremio vernáculo vinculado al balde y la cuchara. La visita que, en pié de guerra, le hicieron los gordos del fratacho a los popes colonistas no finalizó en buenos términos. Continuará. ¡Se viene una sandunga de maracatunga!