viernes, mayo 29, 2009

Eramos tan pobres


El logro histórico merecía mucho más; sin embargo, las producciones especiales –tanto la gráfica como la televisiva– pergeñadas por los paupérrimos cráneos del pasquinejo vernáculo para homenajear al goleador histórico, y cuyo rostro visible fue el chupalerche primero, dejaron al descubierto la pobreza, no sólo de la intención sino de la realización general como material de excepción. Ni siquiera el desvelo previo por dilucidar la controversia en torno de los cien, pudo verse reflejado en la calidad de sendos engendros que tampoco llegaron a colmar las expectativas en materia publicitaria. Falta de interés, falta de apoyo, falta de cuidado, hicieron que una marca personal y un acontecimiento único en la vida del club, se diluyeran en la intrascendencia total.

El suplemento que acompañó la edición en papel, a la postre un mísera recopilación de lo que fue la entrevista emitida con posterioridad, terminó siendo un simple álbum fotográfico con texto de relleno, más una infografía digna de principiantes. Cero producción, cero creatividad, cero despliegue, cero atractivo. Reducir semejante suceso –que aún espera reconocimiento a nivel nacional– a un par de pliegos insulsos, lavados de valor testimonial alguno, demuestra no sólo la falta de capacidad de los involucrados para sacar adelante un trabajo que se destaque por su originalidad, sino también las dificultades de unos cuantos a la hora de poner la firma en un texto que salga de lo reiterativo, de lo ordinario, de lo elemental. En definitiva, una bazofia para el tacho de basura.

Por otro lado, el programejo que salió al aire anoche, por la señal de cable del vespertino local, también resultó vergonzoso. Grabado en las instalaciones del sat –¿cómo? ¿y el predio rojinegro?–, con una ambientación que de tan aséptica pareció menesterosa –con sillas de plástico incluidas–, un entrevistado algo incómodo al principio y un entrevistador huérfano de cualquier tipo de suficiencia intelectual, el envío careció de todo cuanto se espera de una emisión homenaje. Aportes confusos e intrascendentes, imágenes repetidas y hasta una mosca sobrevolando a los protagonistas. Un horror. El veterano rompe redes se merecía algo mejor, especialmente de parte de la obsecuencia consuetudinaria. Lo único que quedó claro es que algunos se mueven mejor en las sombras que poniendo la caripela en una pantalla de tv.