jueves, octubre 21, 2010

Cada cual atiende su juego


Algunos tendrían que hacer un curso para aprender a armar una operación de prensa y no morir en el intento. Usar al abogado colombiano del enganche procesado por evasión tributaria para salpicar la figura de quien hiciera las veces de “apoderado” del ausente en el tema en cuestión no sería mala idea, siempre y cuando fuera llevada a cabo por sujetos inteligentes. En cuatro años, su cliente no fue anoticiado del avance de la causa; sin embargo, se adhirió a una moratoria y dejó de pagar. En lo inmediato, tiene previsto designar como encargado del asunto al representante legal de quienes, a expreso pedido del jugador, procurará llevar a la justicia por incumplimiento de contrato. Cuanto más intentan, peor les sale.

Por otro lado, pudo saberse que el innombrable presentó un pedido de informes bajo amenaza de iniciar, en los próximos días, un raíd mediático si no recibe respuesta. Pues a preparase, porque esta comisión no acostumbra a dar explicaciones a los socios. Llama la atención semejante movida, cuando hace unos días negó cualquier tipo de participación en las próximas elecciones. De todas maneras, sabe que su nombre pesa y que cada aparición suya hace temblar a la actual dirigencia. Debería dejar de lado los rodeos y decidirse de una vez a apoyar una lista de unidad que aglutine a los principales referentes de la oposición. De lo contrario habrá que pensar en cuatro años más de falsa pertenencia.

Para cerrar la semana, una prueba irrefutable de que la justicia existe. Apareció la columna del excelentísimo señor presidente en el pasquinejo vernáculo. La estrategia de llegar a todos los colonistas a través de un medio masivo de comunicación, evitando la intermediación del parodismo que él considera inepto, es otra aguda muestra de la decisión con la que aspira a encarar su promisorio futuro. Mientras muchos comienzan a preguntarse cuánto le costará a la entidad el capricho del primer mandatario, otros se frotan las manos apostando a que la saturación provoque un indeseable efecto búmeran. Es alta la probabilidad de que los votos que estima sumar le vuelvan en forma de repudio generalizado.