lunes, agosto 30, 2010

A prueba de balas

Ya nadie habla de objetivos. Muy por el contrario, el jueves, el entrenador pidió “actitud” y “compromiso”, convencido de que si tales condiciones aparecen en la cancha “por más que el resultado no sea bueno los hinchas se van a ir conformes”. Aunque su ajado discurso ya no mueva montañas, sabe que tiene la vaca atada. Mientras, la dirigencia comienza a hacer números. Por ahora, con la promoción guardada en el baúl de los recuerdos; pero calculando cuántos puntos pueden quedar en el camino sin necesidad de decretar el fin del ciclo. Aguantar es la premisa. Al parecer, ninguna de las partes está dispuesta a dar el primer paso. Negocios, interés, agradecimiento, reciprocidad, el nudo que los une tiene muchas vueltas.

Unos especulan con que el otro tiene espalda. El otro entiende que en varios aspectos dependen de él. Hacia fuera, la imagen de la excelente relación, el fundamento del “proyecto” y las bendiciones de la continuidad, no pueden quebrarse de un día para otro. La palabra “fracaso”, que tanto desestiman pronunciar en el seno de la comisión, volvería a ocupar un sitio de privilegio y ninguna de las dos partes querrá hacerse cargo de tamaño bochorno anticipado. Esperan arañar algunos empates y tal vez un par de victorias que sostengan hasta diciembre la parodia de la falsa pertenencia; total, a la hora señalada, ya tienen previsto apelar, como música de organito, a lo que fue, lo que pudo ser, lo que vendrá y demás yerbas por el estilo.

Así las cosas, se espera que intenten apaciguar los ánimos de los desilusionados colonistas mostrando el avance de las obras y más movimiento en inferiores, tal y como, previsiblemente, hicieron la semana pasada, tanto en la web oficial como en el pasquinejo vernáculo; a la vez que los chupalerches a sueldo de la emisora asoleada insistirán con el evento del próximo año, bregando por la instalación de un “cartel” que los eleve a la categoría de opinólogos influyentes ante los funcionarios de turno. Lo cierto es que tanta grandeza expuesta a cuatro manos ha dejado la agenda de anuncios vacía de contenido; levantar la pesada carga de la frustración con nimiedades es una labor condenada a la indiferencia de la afición.


APOSTILLAS

Cráneo al cuadrado. El excelentísimo señor presidente no quiere saber nada de plan b. Por lo pronto, la idea primigenia es aplacar los comentarios críticos del parodismo doméstico. Para eso nada mejor que armar partidos de camaradería entre el cuerpo técnico y los representantes más conspicuos de cada medio. Salvaguardar la figura del entrenador es la consigna.

Por la vuelta. La agrupación que encabeza confirmó que se presentará a la contienda electoral pero sin candidato definido aún. El, por su parte, de la mano de un amigo de peso, apareció por la pantalla de un canal de cable intentando purificar su imagen, salpicada por estos días a raíz de una cuestión profesional. ¿Se animará a remarla nuevamente o arriará el pabellón?

Destape premeditado. Las huestes del maestro se animaron a blanquear al aire la posición que ocupa el representante del técnico en la estructura de la falsa pertenencia. Cerró personalmente el pase de FB, sus oficinas en Puerto Madero son la base de operaciones del primer mandatario en Baires y captura pibes de inferiores para incrementar su rebaño, entre otras pequeñeces.

Avance indiscriminado. Un espacio que se jacta de ser crítico no puede permitirle a un esbirro de la dirigencia ocupar interminables minutos de aire para justificar dichos del técnico haciendo las veces de intérprete semántico. Al agente de propaganda lercherista habría que conminarlo a pasar el informe diario y gracias, de nada. Su participación no le aporta nada al oyente.

martes, agosto 24, 2010

Pande el cúnico

Al principio fue uno de tres. Seguidamente, uno de seis. Hoy, dos de nueve. La progresión, finalizada la tercera vuelta, pone los pelos de punta, considerando las aspiraciones previas. El tiempo que pidió el entrenador se agota y el funcionamiento no aparece. Ni siquiera puede vislumbrarse una tenue luz al final del túnel. Y si bien es cierto que las costosas estrellas llegadas para engalanar el camino hacia la gloria, hasta ahora, sólo han brillado por su ausencia, es evidente que al titiritero se le quemaron los papeles y no tiene idea de cómo manejar las marionetas. Con la sanata mediática se puede engatusar por un tiempo a la tribuna, pero para convencer al grupo hace falta algo que, al parecer, tiene el stock agotado.

Por lo pronto, el romance entre el técnico y el grueso de la afición está totalmente quebrado. La confianza, otrora piedra basal de la idílica relación, se fue desvaneciendo al compás de los magros resultados arrastrados del torneo anterior. Habrá que ver en qué momento la paciencia, último eslabón del que pende la continuidad, decide tirar la toalla. Aunque parezca una aseveración prematura, el próximo partido es clave. De local, no puede permitirse otra derrota. Más allá de la atmósfera enrarecida que recibirá al negro la fecha venidera, los elegidos que salgan a la cancha deberán agregarle una dosis extra de compromiso al trabajo colectivo si esperan zafar del abucheo generalizado que se está gestando en las entrañas del simpatizante.

Dadas las circunstancias, razones acumuladas no le faltan. Quedó claro que la inclusión del pibe tan pedido, no fue una convicción del mayorista de humaredas, sino una respuesta al clamor popular. Tal movimiento mide el grado de confusión que invade a la avanzada otomana en la instancia en que más consolidada debería mostrarse. Todo indica que a la cháchara discursiva le está llegando la hora. Cuando las palabras superan a los hechos, aún con material suficiente para llevar a la práctica la teoría insinuada con aires inmodestos, es señal de que el conocimiento amagado revela una cáscara vacía de contenido. De todas maneras, las posibilidades de mejorar siguen intactas, pese a que el tiempo parece haber dictado una sentencia anticipada.


APOSTILLAS

Gato por liebre. “Futbolísticamente LA es el mejor jugador del plantel por lejos, hasta de todos los que trajimos como refuerzos”, dijo el viernes, en nota rastrera llevada a cabo por el trío de chupalerches que anima las mañanas obsecuentes de la emisora asoleada. Mientras tanto, el protagonista del mayor papelón de los últimos tiempos espera que le asignen casaca.

Golpe bajo. En el cierre de la misma, el chupalerche primero aprovechó la volada para asestarle a la audiencia un guantazo por debajo de la cintura. ¿A qué se debió la pregunta sobre la desgracia personal del entrevistado? Pudo percibirse una intencionalidad “non sancta” detrás de tamaña requisitoria fuera de contexto. En el pasquinejo vernáculo fue cercenada.

Cuerda para rato. “En nada nos afectó que no estuvieran”, señaló el entrenador, después del partido, en respuesta a una consulta sobre los baluartes de la defensa ausentes con aviso. Seguidamente destacó la actuación de veterano suplente resistido por la afición. El segundo capitán está avisado. Puede tomarse su tiempo, el respaldo al vetusto cacique no dejó dudas.

Ave Fénix. La presentación local de aspirante al sillón del don congregó a conocidos exponentes de la vieja guardia dirigencial. El innombrable fue la figura más destacada de la noche. Silbando bajito, ya anda avisando que el regreso puede concretarse en cualquier momento. Su aparición dejó a más de uno con la boca abierta. ¡Tiembla la falsa pertenencia!

jueves, agosto 19, 2010

Siempre listo


Su opinión aparece cuando hace falta darle aire a una situación que no consigue sostenerse por sí sola, apelando a la tergiversación de la realidad para llevar agua hacia el molino de los intereses que, hoy por hoy, defiende, con el chupalerche primero como mascarón de proa, el pasquinejo vernáculo. Y como si su voraz pluma, de reconocidas características fenicias, fuera lo suficientemente poderosa como para manejar el ánimo de la afición cual titiritero de feria decadente. Pues algunos personajes, fieles practicantes del sofisma posmoderno, deberían percatarse de que, a esta altura del partido, la mayoría colonista parece haber pegado el estirón. La falsa pertenencia y el mayorista de humaredas caminan por la cornisa.

Sostener que el disgusto de algunos y la preocupación de otros están emparentados con el exitismo es una falacia. Tanto el excelentísimo señor presidente como el técnico, hace rato que vienen taladrando el cerebro del simpatizante con promesas vanas y estrepitosas aseveraciones sin sustento. La arenga inmoderada siempre partió de los cráneos del “proyecto”, como estrategia para concentrar el apoyo popular y mantener viva su propia llama. Diagnosticarle al hincha una dolencia llamada “expectativa desmedida” –parafraseando al inefable entrenador–, acusarlo de desagradecido y tildarlo de mediocre (menos mal que se incluyó), por no dejarse engatusar con la andanada cementicia, huele a discurso panfletario.

Del golpe bajo tampoco se salvó el desorientado otomano. El primer mandatario necesita que la prensa adicta le refresque la memoria y así evitar eventuales dispersiones. Refuerzos de jerarquía, pretemporada internacional, ratificación de confianza. Para que la continuidad, de un lado y de otro, se sostenga en el tiempo hacen falta buenos resultados. Por lo pronto, interpretando la voz de la conciencia rojinegra, el filósofo del poder lercherista pide que se “vuelva a lo simple”, como si alguna vez la simpleza hubiera figurado en el cosmos del osado trapecista. Es fácil adivinar que las sugerencias tienen un solo trasfondo. Por más que se lo niegue, de nada sirve “crecer a pasos agigantados” sin el milagro que avale la multiplicación de los panes.

domingo, agosto 15, 2010

Los sonidos del silencio

La afición está que arde. Y no es para menos. El sabalé no juega a nada y el entrenador pide tiempo. “En la cuarta o quinta fecha el equipo va a aparecer”, señaló una vez consumado el triste empate del primer capítulo. “Si el equipo no aparece, yo seré el culpable”, sentenció después de la derrota del viernes. Algo huele mal. Luego de siete amistosos de pretemporada, todavía no sabe si defender con tres o con cuatro, tampoco tiene claro cuál es el enroque más conveniente para afianzar la última línea, ni cómo formar un mediocampo aguerrido en la marca y al mismo tiempo inspirado en la creación. Al parecer, los únicos que tienen el puesto asegurado son el arquero y el goleador histórico, con el resto cualquier cosa puede suceder.

Si bien algunos sostienen que en el fútbol sólo sirven los hechos, en desmedro de las palabras, éstas son indispensables para entender la realidad y descorrer el velo del engaño. Reconoció haberse equivocado en el primer cambio, sin embargo nada dijo del segundo. Sacar un defensor para incluir un delantero no siempre es sinónimo de osadía. A veces lo es de desesperación. Y el rival leyó bien la movida. El hueco que dejó el central fue perfectamente aprovechado por quien selló el resultado. Palo y a la bolsa. Los cuatro delanteros que terminaron en cancha, sumaron confusión al desmadre general. No hubo claridad, ni pausa, ni cambio de ritmo, ni disparos de media distancia, ni nada. Sólo impotencia en medio del caos.

Ahora muchos ven lo que antes no veían. O se negaban a ver. Y las voces de reprobación se suceden, sin solución de continuidad. Que armó mal el equipo. Que tanto gasto para nada. Que siguen los negociados. Que dónde están los pibes. Que las ideas brillan por su ausencia. Que basta de vender humo. Es cierto, la carrera recién comienza; pero revertir esta situación, de un día para otro, parece un tanto difícil. Los jugadores están para jugar, el técnico para decirles cómo hacerlo en beneficio del equipo. Encontrar el mejor funcionamiento es tarea del entrenador. Si el equipo va a aparecer solo, entonces mucha gente está de más. “Soy optimista, Colón va a pelear arriba. (…) Este grupo no los va a defraudar”. Creer o reventar.


APOSTILLAS

Guitarras al viento. “No quiero que especulen con Colón”, monologó cuando la última incorporación se demoraba. “No quiero que me pase (recontrasic) lo que le pasó a Vélez, que lo tuvo en la segunda fecha del torneo”, continuó. Pues el viernes, “la debilidad” del entrenador observó las incidencias del match fuera de la cancha. Palabra de honor.

Cenizas quedan. Sería bueno que, entre tanto convenio firmado con incautos de colores variopintos, la dirigencia y el director ejecutivo del área, expongan los logros de la revolución de inferiores. Porque hasta ahora, los pibes sólo picotean cual ave de paso. Como si esto fuera poco, han tomado la costumbre de adjudicarse semillas que no sembraron. Balance en rojo.

Cables pelados. Durante la semana, en su contacto habitual con los medios, el técnico dejó entrever cierto fastidio con algunas requisitorias. No se salvó ni el chupalerche segundo, y/o encargado de contenidos de la web oficial, y/o parodista asoleado. Al parecer, la avanzada otomana está calentita porque no le permitieron traer dos refuerzos más. Sube la presión.

De pacotilla. El parodismo berreta que practican las huestes del maestro representa un valioso aporte a la mediocridad general. Preguntarse lo mismo que se pregunta el hincha en la calle equipara el nivel de ignorancia del que tanto gustan despegarse. Si contaran al aire lo que saben, en lugar de hacerse los sotas, la opinión pública lo valoraría. Posición fuera de juego.

lunes, agosto 09, 2010

Luces de alarma

Si, como sostienen algunos, la primera impresión es lo que cuenta, vientos decepcionantes soplarán, nuevamente, por el barrio Centenario. Si, como dicen otros, las apariencias engañan, pues será cuestión de esperar que las piezas encuentren el ajuste perfecto con el correr de las fechas. Lo cierto es que en el primer encuentro, después de casi tres meses de abstinencia, las palabras previas superaron, por varios cuerpos de ventaja, a los hechos. El mejor rival para enfrentar en el inicio del torneo, considerando todas las contras con las que llegaba al debut –enumeradas hasta el cansancio, durante la semana, por el parodismo vernáculo rastrero–, resultó ser una espina atragantada, que dejó al descubierto dudas propias del pasado reciente.

Una defensa titubeante, un medio campo flojo en la marca y tibio en la creación, y una ofensiva solitaria, a media máquina, nada tienen que ver con el producto excelentemente vendido en la fase preliminar. El exquisito embalaje, con pomposo moño incluido, no pudo disimular viejas marcas de fábrica, impuestas por el conductor, características de quien borra con el codo lo que escribe con la mano. No se puede alcanzar la gloria tomando el atajo de la mezquindad; salvo que la tan pregonada confianza en el equipo –base consolidada más incorporaciones de jerarquía– sea sólo un discurso para la tribuna. Amalgamar esos dos engranajes será un desafío. Habrá que ver si los involucrados asumen el compromiso.

Bajar los decibeles de la expectativa, después de tanta cháchara prematura, es difícil. La paciencia de la afición tiene un límite. ¿Explotará este torneo? Tal vez sin darse cuenta, los mismos protagonistas acaban por imponerse un plazo. ¿Hasta cuándo amagar con un título? La verborragia suele ser un arma de doble filo. Entusiasmar a la gente con discursos grandilocuentes, para después tirarle una migajas, es como ir jalando de la cuerda lentamente pero seguro. Está claro que, si dentro de la cancha las cosas no funcionan, la adhesión al técnico penderá de un hilo. No son pocos los que ya ponen en tela de juicio su habilidad a la hora de los bifes. Será cuestión de ajustar antes de que los nervios empiecen a hacer estragos.


APOSTILLAS

Coraza de amianto. Un par, ex amigo, lo incineró públicamente tratándolo de “obsecuente” y “botón”. Asumido como tal, él ni se inmutó. Al descubierto quedó, que lo reclamado no tenía nada que ver con lo declamado. Lo viejo era menos, lo nuevo mucho más. ¿Y la inhibición? ¿Y la cancelación? Otro par, espera una explicación. Todos, eslabones de una misma cadena.

Ciento por ciento. Después de una serie de dimes y diretes, arribó el delantero deseado. Fenómeno, pero un palo verde por un goleador con escasos goles, que además confinará al ostracismo a los pibes que asoman ¿no será demasiado? Según una campana, la oferta era escasa; de acuerdo a la otra, el problema radicaba en la forma. ¿Cómo y con qué se pagará?

Fuera de foco. Los mundialistas volvieron calentitos. Codazos, empujones y grescas sin sentido evidencian algún tipo de frustración. Este torneo, el equipo los necesita serenos y seguros en su posición. Si bien no jugaron con la celeste y blanca, se espera que capitalicen la rica experiencia a favor de la sangre y luto. Los veteranos están obligados a dar el ejemplo.

Asesoramiento gratuito. La falsa pertenencia debería explicar para qué se invierten carradas de guita en la “revolución de inferiores”, manteniendo tanta estructura ociosa, si al final se le va a consultar a un parodista vernáculo sobre la proyección de un juvenil liguista. ¡Ojo al piojo! No sea cosa que, cuando se venda, el consultor reclame la parte que le corresponde.

domingo, agosto 01, 2010

Geniol con coca


Semana movidita, como para calentar los días previos al inicio del torneo. Si bien toda la atención se la llevó la desopilante comedia de enredos protagonizada por el dios en desgracia, el traidor de turno y el don mayor, la fauna autóctona también dejó su huella estampada en el lodo del absurdo. Mientas el once sabalé sigue poniéndose a punto enfrentando a combinados de segunda categoría; la sexta incorporación –según apunta el pasquinejo vernáculo– se cae, a pesar de tener todo acordado con el excelentísimo señor presidente y de “las ganas por jugar en Colón” que demostró en tiempo de negociaciones; el único pibe que apuntaba para anotarse en el debut se lesiona; hace punta una agrupación de cara a las próximas elecciones.

El sainete del delantero con probadas dotes pugilísticas acaparó el interés de la afición durante toda la semana. Los periquitos a sueldo que repiten a pie juntillas el verso oficial fueron los encargados de ponerle un toque de suspenso al relato de nunca acabar. Que está preparando las valijas, que está yendo hacia el aeropuerto, que está tramitando el check-in. Lástima que nunca apareció. Ahora, la lumbrera del sur deberá aplicar, según le dijo al chupalerche primero, “un viejo plan A mío”. ¡A la pipetuá! El mundo rojinegro espera ser sorprendido, una vez más, por la habilidad del primer mandatario para resolver entuertos y afines. Confía totalmente en su buen ojo, por lo que no duda de que la alternativa colmará sus expectativas.

Por otra parte, un viejo conocido de la falsa pertenencia largó en punta la carrera por la presidencia. Cuestión que no le mueve un pelo al elenco estable. Ninguna figura antagónica, por más mesurado perfil que curta, tendrá chances si marcha sola a la contienda. Mal que le pese al arco opositor, cada uno por su lado, no tendrá una pizca de oportunidad frente a la estructura armada por quienes se aferraron al poder cual garrapata muerta de hambre. Ni siquiera un campeonato mediocre logrará mover los cimientos que, a fuerza de prebendas de todo calibre y a todo nivel, supo construir la charanga enquistada en la entidad del barrio Centenario desde hace ya cuatro años. De todas maneras, a no desesperar. La pasión sigue intacta.