domingo, noviembre 29, 2009

Fantochada al plato


Cada quien escucha lo que quiere escuchar, analiza lo que quiere analizar, cree lo que quiere creer, descarta lo que quiere descartar. Hay audiencias más propensas a deglutir el mensaje sin siquiera masticarlo; otras, las menos, directamente lo escupen al darse cuenta que las están subestimando sin el más mínimo prurito. No escapa al convencimiento de muchos que el excelentísimo primer mandatario tiene comprada la opinión del chupalerche primero, quien en su afanosa diversificación ocupa espacios gráficos, radiales y televisivos como vocero oficioso del nuevo mesías del fútbol argentino. Con seguridad no sólo corren sobres, también promesas de mayor acumulación de poder. Sin embargo, algo no funciona del todo bien.

Es fácil manipular a una masa ávida de resultados, adicta a la indigencia intelectual y sin interés por la reflexión profunda, aunque de un tema menor se trate. Pero tal gusto por el manejo de ciertos hilos en las sombras no da prestigio. Al contrario, tamaño compromiso suele dejar en evidencia la ineptitud a la hora de sostener cuestiones inverosímiles, porque hasta para eso hace falta inteligencia. Tirar información como si fuese de fuente propia –el viejo truco del amigo–, para luego quedar en evidencia gracias al discurso presidencial que repite idéntica data pero contada en primera persona, no sólo refleja el nivel de mentira impune con que se mueven ciertos personajes alquilados sino el parodismo nefasto que practican.

Por otro lado, también cuenta en la misma menesunda el grado de supina ignorancia que demuestran al querer defender lo indefendible. Que en el caso del ingrato juvenil que huyó con destino a tierras aztecas “la ley argentina, el derecho argentino, lo asiste a Colón”, es una barrabasada elevada a la enésima potencia. Mencionar como ministro de seguridad de la provincia al secretario de la cartera, sobrepasa cualquier límite. Esta clase de tipejos es la que mantiene informada a la parcialidad rojinegra del acontecer cotidiano de la centenaria entidad. Después se preguntan, por ejemplo, por qué la clasificación a la copa no parece dimensionarse en su justa medida. Para conocer ésta y otras respuestas sólo les bastaría con mirarse al espejo.

jueves, noviembre 26, 2009

Lleno eres de gracia

Cuando parecía que las ilusiones morían una tormentosa noche de miércoles, alguien se acordó que la contienda sólo se da por terminada cuando el árbitro sopla por última vez su nunca bien ponderado silbato. Hasta ese mismísimo instante, todo puede ser posible. Inclusive que, a los cuarenta y siete minutos del segundo tiempo, un zapatazo de tres cuarto de cancha resuelva un pleito con aroma a empate clavado. Una vez más, esa dichosa dinámica de lo impensado hizo su aparición en el momento justo, permitiendo que la desazón se trasformara en festejo interminable, y que un puñado de camisetas rojinegras, fundidas en un entrañable abrazo, dejaran sentado que en el fútbol los merecimientos no sirven ni de póstumo consuelo.

Con el objetivo cumplido, lo que suceda de ahora en más, al decir de los protagonistas, es yapa en su más pura expresión. Según declaró el arquero, los tropiezos en el campeonato no deberían minimizar el logro que significa la clasificación a la copa. Lo que quizás no comprenda el dueño de la portería sabalera es que hay oportunidades que no deben desperdiciarse. De todos modos, el grueso del primer equipo alimenta la esperanza que los de arriba fallezcan de muerte súbita y que ellos consigan pegar un salto con garrocha. A esta altura, nada puede descartarse. Los optimistas apuestan todo a ganador, mientras que los pesimistas ven la parada complicada. Falta poco para dilucidar en qué lado anida la razón.

Por lo pronto, la alegría de volver a disputar un torneo de jerarquía ha invadido al mundo sangre y luto. La afición, ese conglomerado de almas acostumbrado a sufrir cada fin de semana, hoy está que danza en una pata. Idolatra al dt, al pf y hasta al jefe de seguridad del plantel. Ve, cual mozalbete apasionado, las mejores virtudes en un conjunto que adolece de unas cuantas, pero que quedará en la historia de la institución por siempre jamás. Ahora, sólo resta saber si estos mismos nombres serán capaces de afrontar el desafío que el destino les impone. Encarar con suprema responsabilidad dos torneos paralelos el próximo semestre requerirá de un compromiso mayor que el hasta ahora demostrado. El éxito no termina aquí.


APOSTILLAS

Tiro al blanco. El excelentísimo señor presidente aprovechó un litigio con la policía, por una cuestión horaria, para pegarle al gobierno provincial a través de la figura del secretario de seguridad. Lisa y llanamente lo insultó al aire sin ponerse colorado al decir que el funcionario no lo llamó para consensuar el tema pero sí lo llama “para pelotudeces”. El pase de facturas por el escaso interés del ejecutivo en colaborar con las obras del estadio recién comienza.

Paz y amor. En las antípodas del iluminado primer mandatario se pronunció el impresentable vice. Respecto del mismo tema se encargó de ponerle paños fríos a la controversia, descartando “fisuras” entre la institución y la dependencia pública encabezada por un conspicuo correligionario. Lástima que el discurso componedor fue anterior al del estimado «consiglieri» del don, por lo que la guerra quedó declarada. O se ponen o los hacen polvo.

Periquito en la mira. Si bien a la audiencia de la emisora enredada ya no le sorprende el nivel de obsecuencia del chupalerche primero, quienes sí comentan las superlativas lambidas radiofónicas son los integrantes de la segunda línea de la cd sabalera. Se preguntan si alguna vez, el chirolita a sueldo podrá recuperar la credibilidad perdida en esta etapa de su carrera. Aunque los bolsillos estén llenos, la mochila del descrédito no resulta menos pesada.

Doble puchinball. A raíz de la respuesta mexicana conocida esta semana por el tema MB, el dúo más mentao de chupalerches radiales pasó vergüenza en el éter enredado, cuando los conductores de la del medio los apuraron con un concepto acerca de la cuestión de marras. Nerviosismo, tartamudeos y confusiones dominaron la respuesta. Tanto así que durante unos interminables minutos los pumas fueron primero américa y luego tigres. Un bochorno total.

domingo, noviembre 22, 2009

Sueño de barrilete

Temporada de vientos. Locura de cometas. Por su sencillez, es el juego que más inspira a la niñez empobrecida e iguala a la diversidad en competencia. Hasta los más pomposos pueden ser superados por uno humilde y artesanalmente armado, siempre y cuando el guía resulte diestro en el entretenido menester. Si la corriente impulsora es favorable y el guía astuto, el pintoresco objeto volador es capaz de alcanzar con facilidad las alturas, mantener por un determinado tiempo su estabilidad y hasta dibujar acrobáticas piruetas en el aire. La diversión se acaba cuando las ráfagas acusan cansancio y dejan de resoplar, provocando la caída en tirabuzón del intrépido planeador que se atrevió a acariciar las nubes y rasguñar el cielo.

La experiencia de Colón, encarnada por sus más dúctiles y veteranos exponentes, no tuvo otra que resignarse ante el vendaval de juventud que lo dejó inerte, tirado en la lona con tres certeros golpes que impactaron de lleno en su mandíbula derecha. Tres bofetadas que aporrearon las ilusiones del campeonato cuando más eufóricos se mostraron sus protagonistas. Con el objetivo primigenio casi en el bolsillo, la realidad les abrió una puerta para tirarse al título, la misma que el viernes por la noche lo depositó de golpe en la tierra y le dejó bien en claro que para asirse a las hazañas hace falta algo más que una declamación de buena voluntad. Las aspiraciones se demuestran en la cancha y al negro el saco le quedó grande.

Al momento de las explicaciones, tampoco consiguió disimular su incomodidad el principal impulsor de la movida triunfalista, a quien definitivamente no le sientan bien las derrotas. Argumentar que el resultado fue justo y acto seguido plantear que cinco jugadores salieron a la cancha en desventaja física, no sólo pareció un falso pretexto –aunque antes haya intentado atajarse con que no era su intención apelar a la excusa– sino una incoherencia de su parte. En especial cuando suele jactarse de que el recambio en el plantel está a la altura de los titulares debido a su motivadora influencia, incluidos los pibes de inferiores que su sagaz mano promovió. ¿Será por eso que se molestó cuando un desubicado metió el dedo en la llaga?


APOSTILLAS


Cara de piedra. Es de público conocimiento el reclamo que impulsa el anterior plantel de básquet por el cobro de una deuda de ciento veinte mil pesos. Enviadas las correspondientes cartas documento, la respuesta no se hizo esperar. La cd rechazó la intimación legal, desconoció la deuda y hasta negó que los demandantes hayan defendido alguna vez los colores de la institución. El tema seguirá en estrados judiciales.

Pasados como postes. “Se vio mucha diferencia física; no estamos preparados para esta seguidilla”, señaló el dt. Sería bueno revisar el tema con el pf porque próximamente el plantel deberá afrontar dos competencias al mismo tiempo. Indudablemente el alto promedio de edad de la formación titular influye, por lo tanto habrá que corregir ciertas cuestiones si la pretensión es no tirar por la borda lo conseguido hasta el momento.

Información exclusiva. Montando una parodia digna de un mediocre culebrón centroamericano, el chupalerche primero intercambió data al aire con el chupalerche segundo. Según manejan estos personajes encastrados en los cueros de la cd es posible que se produzca la repatriación de dos baluartes sabaleros. ¿El artillero de Margarita? “Ganas no le faltarían”. ¿El entrañable cinco? “Difícil, pero no imposible”. Añoralgias.

Elogiador diplomado. Composición tema: la crítica. “Los periodistas deportivos santafesinos hacemos muy buen periodismo, no somos chupamedias de nadie”, dijo quien alguna vez, en un ataque de sincericidio agudo, se jactó públicamente de callarse muchas cosas. Estos vomitivos personajes, deformadores de opinión, sólo pueden adjudicarse la responsabilidad que les cabe como fieles exponentes de la mediocridad general. Puajjj.

jueves, noviembre 19, 2009

En el país de las maravillas

El nuevo icono de la «farrándula futbolera» vertió esclarecedores conceptos en programejo de cable, respecto de sí mismo –especialmente de sí mismo– y de la actividad que lo eyectó a la fama, encaramándolo en los primeros planos de la consideración general. Aquí van algunas de sus más preclaras definiciones respecto de ese magnífico y abstracto mundo del que sólo saldrá cuando le llegue el turno de tocar el arpa.

Primer bloque. Ser presidente de un club es demasiado pesado (¿por los bolsillos o por la conciencia?). Me gusta la privacidad (no se nota demasiado). De joven me encantaba la filosofía (¿habrá leído las obras completas de Sócrates?). Soy un ambicioso pasional (¿qué duda cabe?). Los amigos del fútbol me dicen cómo sabes tanto (¡naaa!). A partir de mi presencia, Colón tiene otro nivel protagónico en el contexto del fútbol argentino (¡gracias totales!). Con JHG nos une una relación de afecto personal (pura ternura). Me llama y me consulta para ver cómo encaminamos los temas del fútbol (le va como anillo al dedo). Me reconoce como un dirigente muy emprendedor y con muchas convicciones (¡amo ese sillón!).

Segundo bloque. Vivo analizando las propias cosas que genero, análisis dialéctico, tesis y antítesis (nivel casi superlativo). En mi club no hay barras bravas (¡qué buen chiste!). No le damos entradas de favor a nadie (otro buen chiste). No me gusta andar escondiendo cosas y voy de frente (una larga lista de ex no comparte). De las HUA la verdad que no se nada (¿sabrá algo el impresentable vice?).

Tercer bloque. Mi sueño es mostrarle al país que desde Colón se pueden hacer cosas importantes; vamos a posicionar al club entre los mejores del fútbol argentino (¿cómo cuáles?). Yo no puedo utilizar a Colón como trampolín para otra cosa (pero como catapulta sí). Tuve que poner plata de mi bolsillo en alguna oportunidad porque estábamos en una situación complicada y me gusta pagarle a todo el mundo (no, no se le cayó la cara). Me arrepiento de haber confiado, durante mi primera gestión, en alguna gente de la que me reservo comentarios (él, argentino). No me hago el humilde, yo sé que el club está así por mi impronta personal (faltaba más). El club está muy sólido futbolística, económica e institucionalmente, si no salimos campeones entonces juguemos a la “pleiteishon” (hecho).

domingo, noviembre 15, 2009

En la dimensión desconocida

En épocas no muy lejanas, el sabalé acostumbraba revivir muertos bajo su propio techo. Hoy, la atmósfera del Brigadier, ha sufrido una drástica mutación. Extrañamente, las visitas, unas tras otras, parecen caer bajo el influjo de un aire denso e irrespirable, casi paralizante. Y en este punto los números cantan; ni bien el adversario de turno pisa la suave y verde gramilla local, es atacado por un singular sopor que anula aptitudes y quebranta intenciones. ¿Será que la sangre y luto está ejerciendo, como nunca, un poder intimidatorio? ¿Será que los adversarios vienen a pasear por SF sus limitaciones? Lo cierto es que al negro le cuesta poco y nada ganar con comodidad en su casa. Cada vez menos esfuerzo, cada vez menos desgaste.

Es verdad, tal vez un poco de incertidumbre en ocasiones, pero a la postre pasajera. A veces jugando mal, casi siempre discretamente, pero con una efectividad avasalladora. Porque cuando se da cuenta que es dueño de su propio destino, mira al cielo, se arremanga y hace valer sus pretensiones de campeón. Porque entrar a la copa es un logro importante, indiscutible, pero difícil de sostener en el desarrollo de la disputa. Lo concreto, a cinco capítulos del final, es la posibilidad de alcanzar la punta. Y el entrenador lo sabe. Y la muchachada también. El paso por el torneo internacional puede ser efímero, un título no. Tanto al dt como a los veteranos del plantel les urge quedar en la historia del club. El tiempo los corre.

Mientras tanto, a la afición le ha tocado el turno del disfrute. No importa que el sabalé esquive la exquisitez del juego. Importa que cada fecha se imponga a fuerza de contundencia. No importa que gambetee los elogios del parodismo porteño. Importa que está a cuatro puntos de los líderes. No importa que eluda la consideración de los grandes. Importa que en la tabla los supera a todos. No importa que algunas piezas tambaleen o queden afuera. Importa que las que entran cumplen. No importa que el técnico solfee de lo lindo. Importa que le encontró la vuelta a sus dirigidos. Después de todo, en otros tiempos, el rojinegro supo maravillar sin ganar. Ahora es tiempo de lo contrario. Pedir más, sería demasiado. ¿O no?


APOSTILLAS

Verdad de perogrullo. “No pienso regresar a la política”, le dijo a un tibio interlocutor. Más que obvio. Manejar dineros ajenos, sin obligación de rendirle cuentas a nadie, es el sueño de su vida hecho realidad. Y acceder a un burocrático cargo retribuido con un cheque de cinco verdes cifras, es lo que sigue. Como para no olvidar sus orígenes. Bendito el veintinueve.

No lo dejen afuera. Mientras la dirigencia se hace la sota, la barra cuelga en la tribuna norte el trapo identificatorio del pacto con el gobierno kk que la depositará en el próximo mundial. El fútbol para todos ha logrado unir lo que no pudo ni el sentido común ni el de convivencia. Los carnets con cuota al día que reparte el impresentable vice han dado sus frutos.

Calmando a las fieras. Para bajarle el tono al fastidio del cacique, el entrenador se despachó, al término del encuentro, con elogios de todos los colores para el defensor en desgracia. Pero ponerlo cuando el partido ya estaba definido, de última, pareció un gesto surgido de la más pura lástima antes que del reconocimiento a su labor. Ojo que el veterano no come vidrio.

Repelente contra insectos. El pibe, que estuvo a punto de pasar al bando de los desclasados al inicio del torneo, es de bajo perfil, humilde y cumplidor. ¿Qué pasa que no logra embelezar a los botineros lambiscones? ¿Acaso no reúne los requisitos necesarios para colgarle el cartel de venta al final de la temporada? ¿O será porque no es producto del actual director deportivo?

jueves, noviembre 12, 2009

Frente de tormenta


El excelentísimo señor presidente está preocupado, razón por la cual se ha alejado una pizca de la altísima exposición mediática que otrora supo distinguirlo y diferenciarlo de sus pares. Según voceó el chupalerche primero en las mañanas obsecuentes, “está buscando financiamiento para arreglar el estadio” con vistas al gran acontecimiento del dos mil once. El problema es que no lo consigue. Si bien el intendente de la ciudad, en un primer momento, y como buen correligionario, le tendió una mano, desde el ejecutivo provincial le habrían bajado de un hondazo las pretensiones de arrogarse un triunfo personal a costillas de otros. Al parecer, el verso lercherista no alcanzó para conmover al estado socialista, ni siquiera con la liturgia básica de los beneficios para todos los hombres de buena voluntad.

Tanto es así, que los lambiscones a sueldo también están entrando en pánico. A través de una nota –que no se animó a firmar–, el jefe de deportes del pasquinejo vernáculo le suplicó a la casa gris “involucrarse en un acontecimiento trascendente”; aunque, en un claro movimiento de recule, al día siguiente aprovechó el éter para aclarar que no era su intención reclamar nada. Queda claro que esta gente, sin el más mínimo escrúpulo, pretende que los ciudadanos santafesinos paguen el cierre del anillo del Brigadier y un estacionamiento acorde a las circunstancias que se avecinan como si de un simple acto de caridad se tratase. Un análisis libre de intereses personales debería preguntarse ¿por qué pretender estornudar más arriba de lo que da la nariz? La respuesta rondaría por el lado de ciertas ambiciones que no saben medir consecuencias.

En semejante contexto, resulta hilarante escuchar algunos argumentos limitados tales como la cantidad de hamburguesas que podrían venderse si llegaran a venir hordas de japoneses, mexicanos o brasileños a presenciar el hecho “más importante en la historia a nivel selecciones que se llevará a cabo en SF”. Lo cierto es que según especialistas en el tema, el impacto económico de un evento perecedero, es igual de temporal que el mismo suceso; inclusive hasta puede llegar a incidir en forma negativa teniendo en cuenta la relación costo-beneficio. Entre tanta paparruchada baratieli sería interesante que estos personajes, a quienes tanto les interesa la tierra que pisan y que bregan por el posicionamiento de la ciudad, expliquen coherentemente por qué Colón concentra en la capital vecina. De mínima.

lunes, noviembre 09, 2009

Deudores incobrables

Para el parodismo porteño Colón nunca pega el salto cuando debe demostrar que está a la altura de los logros que pretende conseguir. Para el parodismo vernáculo, ese que gastó a cuenta porque el rival se presentaba disminuido, ese que aprueba y justifica todos y cada uno de los dichos del entrenador aunque un día vayan hacia un lado y al día siguiente hacia otro, el empate no fue un mal resultado. La cuestión es que en la era AM, el sabalé sigue en deuda a la hora de enfrentar al cuco mayor del fútbol nacional. ¿Miedo escénico? No, el técnico planteó un esquema mezquino, apuntando a no perder y no perdió. Si salía algún pelotazo certero para la pareja letal, albricias; sino, mala fortuna. Un punto, para la copa, suma.

Lo cierto es que, por un lado, y a los ojos de muchos, este tipo de partidos pareciera poner en su lugar las aspiraciones del rojinegro. Y que a pesar de los múltiples números a favor que ha sabido cosechar a lo largo del año competitivo, cuando se le presenta la oportunidad de hacer roncha ante todo el mundo, se queda en el amague. Entonces cae en la desestimación de los especialistas que sólo tienen ojos unitarios. En el otro rincón, están quienes vieron que el negro quiso, pero no pudo. Que terminó jugando con dos delanteros y un volante ultra ofensivo. Una vuelta de tuerca que apareció a los quince minutos del segundo tiempo, cuando el local apretaba y el visitante se replegaba. No dio resultado, tampoco se esforzó demasiado.

Habrá que revisar algunas cuestiones porque la fecha anterior el equipo estaba segundo, a dos puntos de la cima, y le llevaba once al sexto en la tabla copera. Al finalizar la presente, retrocede al cuarto lugar en el torneo, se va a cuatro del puntero, y la distancia con el inmediato perseguidor que pretende acceder al certamen internacional se achica a nueve. Quedan por disputarse dieciocho y la afición no quiere sorpresas desagradables. Mucho menos cuando ya se entusiasmaba con pelear en dos frentes. Si bien los rivales directos en ambos certámenes dejarán algún que otro poroto en el camino, es lógico prever que la sangre y luto también pasará por igual trance. Que el objetivo no se pierda, que la atención no se diluya.


APOSTILLAS

El que se quema con leche. Esta vez cerró el pico. Al arribar al estadio fue invitado a dejar su testimonio para la posteridad; sin embargo, y haciendo caso omiso a la irrefrenable atracción que siente hacia los micrófonos, contestó: “Después del partido”. Mejor ahuyentar los malos augurios. Una vez finalizado el encuentro a nadie le interesó su palabra. Así es la vida.

En pie de guerra. Aunque lo niegue ante los micrófonos, el cacique está que arde. De pilar fundamental de la defensa a culpable de todos los males. Interceptado por un parodista vernáculo cuando bajaba del micro, respondió con un lacónico “Preguntale al técnico”, ante la consulta acerca de su inclusión entre los titulares. En el tramo final saltan los fusibles.

De frente, march. Por más que intente quedar bien con todos, el chupalerche primero no puede evitar meter la pata. Por más que apele al concepto rebuscado, indefectiblemente una cosa implica la otra. Por más que pretenda no herir susceptibilidades, si dice que entra uno más rápido, está tildando de lento al que sale. Mejor que no aclare, porque oscurece.

El cucurucho en la frente. O nadie le avisó o necesita un catalejo con urgencia. “El árbitro está convocando a Fuertes, el capitán”, dijo muy suelto de cuerpo el incontinente relator al describir el momento del saludo protocolar entre autoridades y portadores de cintas. La vorágine del fútbol está haciendo estragos entre los más caros exponentes del éter vernáculo.

sábado, noviembre 07, 2009

Compresas calientes


Los cargosos coleópteros que sobrevuelan con insistencia al entrenador sabalero se salieron con la suya. Consiguieron que dijera lo que cada torneo esperan que diga en la duodécima fecha. Al parecer, la mágica frase funciona como un bálsamo relajante para quienes colectan billetes en forma proporcional a la posición que ocupa el negro en la tabla. Ganarle a un grande disminuido, en su propia cancha, cercenando sus aspiraciones y consolidando las propias sería el súmmum para todos los involucrados en la aventura de pelear por una consagración histórica. Pero ¿cómo influirá en los protagonistas la presión que les tiró el dt con semejante sentencia? “Nos debemos un triunfo así, lo vengo diciendo hace bastante”, apuntó.

Aunque el corolario del domingo sea negativo, las posibilidades del equipo seguirán intactas. En las fechas que faltan por disputarse, todos los candidatos perderán puntos, por lo que el próximo encuentro no define nada más que los porotos en juego. A nadie escapa que el envión anímico de volver a SF con una victoria en el bolsillo sería beneficioso para encarar con mayor tranquilidad el tramo final del torneo; sin embargo, la cabeza del grupo debería mantener la prudencia, dejando que esas fichas las jueguen el parodismo rastrero, por conveniencia, o la fanática afición, por sentimiento. En estos momentos, él tendría que filtrar las coacciones externas para llevarle tranquilidad al grupo y calmar la ansiedad.

Si bien es cierto que la coyuntura resulta propicia para lanzarse a la lucha por el campeonato –ya casi asegurado el principal objetivo–, y que tanto plantel como cuerpo técnico están confiados e ilusionados, la mesura suele ser la mejor consejera a la hora de acompañar hasta el final este tipo de procesos. Además, Colón todavía tiene una asignatura pendiente. Según dictan las estadísticas, desde que AM dirige los destinos de la sangre y luto, nunca pudo dar vuelta un resultado adverso, cuestión que cualquier aspirante a grandes logros debe aprender a manejar. Así las cosas, el duelo de mañana no sólo será para alquilar balcones, también será para disfrutar, porque llegar a estas instancias con viento a favor no da para el sufrimiento.

miércoles, noviembre 04, 2009

Ocho minutos de furia

Fueron los que impuso el local cuando se cansó de presenciar, cual testigo mudo pero privilegiado, una lección de fútbol bien jugado. Toque, pelota al ras del piso, caños, gambetas, chiches de variados colores y tamaños, menos el detalle que marca la diferencia: efectividad. Tal nimiedad corrió por cuenta y orden del anfitrión, a través de un delantero que le cobró una deuda a su pasado. ¿Qué el equipo jugó mal? Sí, horrible. ¿Qué parecían volver los fantasmas? Sí, todos juntos. Sin embargo, el sabalé demostró que el amor propio no es un aditamento insignificante a la hora de calificar como aspirante al título. Para volver a colarse en la lucha de los primeros había que ganar y se ganó. Sin lujos, sólo con contundencia.

En esta ocasión, los cambios sí dieron resultado y, nuevamente, el decapitado resultó ser el mismo que en la contienda anterior, el más flojo de la defensa. Aunque habrá que convenir que todo el fondo, incluido el arquero –quien hizo tambalear su bien ganada solidez–, padeció las inclemencias de un mediocampo errático, sin contención ni generación. Durante el primer tiempo, los escasos pasajes en que tuvo la pelota, abusó del centro con la precisión de un reloj adquirido en la triple frontera; mientras que en el segundo, para abrir el marcador, le bastó con acertar al arco con una extraña carambola dibujada en el aire y adentro. Después, la adicción se hizo incontrolable y el nuevo goleador sació su vicio sin mayores explicaciones.

Tanto así, que la afición olvidó por un momento el nombre que solía corear para desgañitarse coreando el suyo. Un tipo de bajo perfil que ayer decidió no exteriorizar su alegría por las conquistas en nombre del respeto. Un tipo que no usa la protesta para comprarse a la tribuna; que puede jugar bien o mal, pero siempre en función del equipo. Un tipo sencillo que hace su trabajo lo mejor que puede y que encontró, como él mismo lo dijo, un esquema que lo favorece. No obstante, deberán ajustarse algunos tornillos porque aún quedan rivales de peso por enfrentar y puede que tres inspiraciones de parte de un solo protagonista hayan sido parte de una circunstancia irrepetible. Faltan siete. Nunca tan cerca, nunca tan lejos.


APOSTILLAS

Clavado olímpico. Visto y considerando la actuación del ahora ídolo, el “biondo gnocchi” le encargó a sus periquitos repitones que difundan para la gilada una noticia bomba. La dirigencia va a hacer “ya mismo” uso de la opción por el delantero. Entre cuatrocientos y cuatrocientos cincuenta mil verdes taca taca. ¡Que no se enteren los cremeros!

Tortura china. Para el entrenador sabalero, enfrentar al equipo de sus amores es un incómodo suplicio. Finalizado el partido, optó por hacer hincapié en el próximo para olvidar rápidamente la tristeza que le provocó éste. “No me gusta nada, ni lo previo, ni durante, ni lo posterior”, dijo escapando de los medios. Su rostro fue más que elocuente.

Poca cosa. Mientras las huestes del maestro informaban que una de las flamantes canchas de fútbol cinco llevará el nombre del goleador histórico, el incontinente relator y amigote del susodicho advertía que tamaña distinción no estaba a la altura del distinguido. Ojo que el ahora modelo publicitario puede entrar en cólera y dejar plantado a medio mundo.

Tanques sobran. Al defensor que tuvo un fugaz paso por la selección nacional se lo ve un tanto pesadito. Dicen las malas lenguas que los alfajores santafesinos estarían haciendo estragos en su corpulenta figura y que los bajos rendimientos serían producto de los dulces típicos y no de su incomodidad manifiesta con el puesto. ¡Nutricionistas al ataque!

lunes, noviembre 02, 2009

El mejor entre los mejores


Las leyes penales establecen que determinadas causas menguan la responsabilidad criminal. La falta de intención, la motivación altruista o patriótica, la confesión, el arrepentimiento, entre otras, son consideradas circunstancias atenuantes a la hora de juzgar una conducta delictiva. Por el contrario, las que complican la situación, la premeditación y alevosía, el ensañamiento, el empleo de la astucia, fraude o disfraz, el abuso de superioridad o confianza, son catalogadas como agravantes. Si le tocara sentarse en un hipotético banquillo de los acusados, su caso estaría plagado de las segundas y no de las primeras.

Si se evaluaran, prima facie, sus antecedentes, difícilmente esquivaría una dura condena. En el medio, todos lo conocen y saben de su inclinación a la reincidencia. Además, teniendo en cuenta que ya hacía sesenta minutos que atosigaba al árbitro con reclamos y protestas subidas de tono, la exagerada enjundia con que fue a disputar la pelota de la discordia apuró la decisión del juez en primera instancia. Después, la historia prosiguió de la peor manera. Gestos a la platea local y declaraciones públicas desmedidas. “Nos metieron la mano en el bolsillo”, dijo, tildando de ladrón al hombre de negro. Cartón lleno.

Que su séquito de pléyades vernáculo intente cubrirlo con la túnica de la inocencia y pida clemencia por tamaña injusticia, resulta cuanto menos cómico por no decir patético. A nadie escapa que el goleador histórico rojinegro, devenido en modelo publicitario, ha demostrado ser un experto en el arte de la simulación, de todo tipo y calibre. “Creo que tiene que haber un replanteo entre todos nosotros. Tenemos que fijarnos las cosas que estamos haciendo mal, corregirlas, tratar de no comprometer a los árbitros y no simular tanto como se está simulando”, señaló. Parece chiste. De todas maneras, las transgresiones de los ídolos prescriben rápidamente en la memoria de la afición. Así es el fútbol.