jueves, julio 13, 2006

No todo lo que reluce es oro


Si algo le debe el ambiente futbolístico a la prensa es la experiencia que le ha permitido adquirir para enfrentar con soltura un micrófono. Y nada mejor que el comienzo de un nuevo campeonato –generador de un incesante desfile de noveles caras (voces)– para desplegar todo el conocimiento adquirido. Cual estrellas del “show business” antes de un estreno, las flamantes incorporaciones hacen gala de un admirable histrionismo frente al complaciente periodismo de turno.

Frases tales como “vengo para pelear algo importante”, “la oferta fue muy interesante”, “me gustan los desafíos”, “espero dar lo mejor”, etc., etc., etc., resuenan sin ton ni son por los medios locales. ¿Cuántas veces los colonistas han escuchado el mismo verso? ¿Cuántas ilusiones –esas que no cambian a la finalización de un torneo–, se alimentan con el remanido discurso de tantos que pasan sin pena ni gloria?

La complicidad cierra como un círculo perfecto. Las preguntas parecen hechas a medida… a la medida de las respuestas políticamente correctas. Y todos felices y contentos.

¿Alguna vez, las palabras serán medidas de acuerdo a las circunstancias? Definitivamente no. ¡Cuánto del negocio se acabaría si así fuera!

Entonces, sólo resta resignación. Habrá que continuar padeciendo declaraciones edulcoradas, esas que se hacen para aprovechar el momento de entusiasmo y pintar la vida color de rosa. Total… para la amargura hay tiempo. Y en ese caso, el “pusimos todo” resonará como un lamento sincero hasta el hartazgo. Después de todo, sólo será una actuación más de quienes ya conocen a la perfección el tráfico dialéctico que se practica en el circo futbolero.


APOSTILLAS
Diego Barrado llegó a Santa Fe en un jet privado. ¡A la pelotita! ¿No será demasiado… semejante ostentación?

No sólo la AFIP persigue a Colón de Santa Fe. El PAMI acecha a la delantera rojinegra. No quiere que se le escapen dos afiliados de lujo.

Una austera pretemporada se está llevando a cabo en Paraná. Nada mejor que cambiar de aire para comenzar con renovadas fuerzas un nuevo torneo.

Flor de trabajo tiene el presidente colonista. Entre tapar agujeros varios heredados y las notas concedidas a los medios, la agenda está “a full”.