viernes, enero 09, 2009

Ser o no ser


Mientras la muchachada sufre el tormento de otra dura pretemporada en felices playas, el artillero de Margarita pegó un salto y ascendió de golpe a los primeros planos de la consideración general a raíz de la pulseada por sus goles y desató una álgida polémica. La falsa pertenencia, ávida de billetes frescos, pretende rifarlo para salir al mercado en busca de un reemplazante y algo más. Cuestión que suena, cuanto menos, incoherente. ¿O acaso la dirigencia olvidó su febril perorata de hace seis meses atrás? "Colón no reforzará a sus rivales directos", era la consigna de aquel entonces. Y más ¿qué sentido tiene vender un delantero para salir a buscar un substituto por menor valor? Así las cosas, no hay explicación que valga.

Más allá de las capacidades del susodicho, de ninguna manera la institución puede venderle, prestarle, arrendarle o regalarle un jugador a un equipo que va a pelear por esquivar las mismas circunstancias, si es que no quiere padecer la tortura de verlo –quizás, tal vez, a lo mejor, con ayuda de los todos los dioses del Olimpo– goleador y salvador de una divisa más que adversaria. Lamentablemente, un hecho similar ya es cosa juzgada y por una módica suma. En este caso específico, la afición toda sabe que el delantero ya cumplió su ciclo y no está mal que busque nuevos horizontes, pero no en la entidad sindicada. Un runrún de último momento da como posibilidad dos nuevos destinos. Ahí la cosa cambia de color.

Y no es que se lo vaya a extrañar, aunque en algún momento haya insinuado complementarse con el goleador histórico. Lo cierto es que la gente no lo aprecia porque él nunca apreció la oportunidad de vestir la sangre y luto; y cuando se vio iluminado por la divina providencia, aprovechó la ocasión para desquitarse con la tribuna, actitud desagradable si las hay de parte de un profesional para con su hinchada. Y aquí no valen las excusas que involucran una devolución de gentilezas; un profesional, ante todo, debe respetar aunque no sea respetado. La cuestión es que un gran negocio de tres palos verdes por el ochenta por ciento del pase, se achicó a dos y medio y a pagar en treinta meses. Es de esperar que la oferta no siga bajando.