viernes, junio 30, 2006

La despedida del delfín caído


En una conferencia de prensa se puede decir poco hablando mucho o se puede decir mucho hablando poco. Darrás, el delfín vignattista caído en desgracia, se despidió de la vida pública –como no podía ser de otra manera– enumerando las buenas y soslayando las malas. Con un discurso extremadamente rústico dejó en claro el nivel alcanzado por su gestión: “Si más no hice fue porque no me dio”. Un punto para el análisis, cuestión de capacidad. No se puede negar que aunque tardó en llegar, al final, se impuso la sinceridad.

La oportunidad también fue propicia para acordarse de viejos amigos apelando a una célebre frase de Abraham Lincoln: “Puedes engañar a todo el mundo algún tiempo. Puedes engañar a algunos todo el tiempo. Pero no puedes engañar a todo el mundo todo el tiempo”. Dedicada especialmente a quien no quiso nombrar en ningún momento, justamente el hacedor de su ascenso y su caída.

No faltaron los agradecimientos. A Obeid, a Balbarrey, a la Sra. Perazzo, a Futbolistas Argentinos Agremiados, a la AFA, a Julio Grondona, a los sponsors y… –“quiebre” mediante– a los periodistas. Se olvidó de todos los anónimos que llenan el estadio cada vez que Colón sale a la cancha.

Un nombre se va, otro llega. Así y todo resulta imposible afirmar que una etapa se cierra. La administración Darrás deja unos cuantos difuntos que Lerche tendrá que levantar. Ojalá se cambie la táctica, porque el precipicio está cerca, un paso en falso y el golpe será duro.


APOSTILLAS
Para variar, la primera pregunta del periodismo fue: “¿Qué sentís en este momento?” Muchachos…¿y la originalidad para cuándo?

Si el “quiebre” fue sincero, algo de crédito debería dársele. Después de todo no hay duda de que lleva a Colón en el corazón. ¿Verdad?

Ahora resulta que detrás de toda la novela hay una cuestión personal. ¿Cuántos periodistas lo sabían y se guardaron la información vendiendo espejitos de colores?

Un párrafo aparte mereció Giovanni Hernández. Parece que demasiadas ñañas principescas ofuscaron al ahora ex presi, quien ni lerdo ni perezoso lo mando a… entrenar.