viernes, marzo 07, 2014

Al rescate de la leyenda

Cuando todo era pesimismo, los pronósticos más agoreros encabezaban las encuestas. Nadie esperaba que este equipo, golpeado desde los cuatro costados y cargando una mochila de limitaciones, acumulara los puntos necesarios para salvar la categoría; mucho menos que en la sexta fecha, y a fuerza de una admirable tozudez, mirara a todos desde lo alto de la tabla. El mérito es compartido. Entre el entrenador, rechazado en un principio, que supo inculcarle al grupo la dosis necesaria de confianza para no desfallecer ni aun en las dramáticas horas de la agonía y los desahuciados que, a fuerza de convicción y mucho amor propio, consiguieron rescatar de las profundidades del abismo el orgullo de vestir los colores del sacrificio y la humildad.

Agigantados en la desventura, poniendo el doble de voluntad para suplir las carencias en materia de experiencia y jerarquía, los protagonistas de este presente han sabido hilvanar los retazos de pasión que la falsa pertenencia pretendió desmembrar. A la misma velocidad que impone el apretado torneo, los once corren, presionan y definen a fuerza de porfiarle al destino. Sin estrellas, sin referentes, sin ejemplos negativos. Sin estridencias, sin discurso de ocasión. Es indudable que, además de la influencia del entrenador, la situación tocó el fuero íntimo de la muchachada y que la posibilidad de quedar en la historia de la entidad, potenció sus características. Nada de descollar, simplemente poniendo el plus que requiere el crítico momento.

Hasta ahora, con un planteo táctico donde la rusticidad se impone de prepo, sin vergüenza alguna, los resultados han sido indiscutibles. En la urgencia, la calidad del juego queda relegada a la espera de tiempos mejores; cuando resistir es la premisa, lo único importante es la efectividad en el marcador. Y el plan está funcionando a la perfección. Con una derrota, cuatro triunfos consecutivos, un empate y unas ganas enormes de devolverle los valores perdidos a una institución vapuleada, el combinado de ilusiones avanza en la lucha que ha comprometido a dirigencia, afición y protagonistas. Los más sentimentales ya piensan que si no alcanza, no importa; el objetivo de recuperar la esencia está cumplido. Todo lo demás es yapa.


APOSTILLAS

El regreso de los muertos vivos I. Fiel alumno de la escuela del don, apareció poniendo en marcha la operación lavado de imagen. "No soy corrupto, tengo una tranquilidad enorme de mi conducta", afirmó tratando de convencer a la platea. Para calificar para el puestito primero hay que bañarse en lavandina. 

El regreso de los muertos vivos II. Respecto de la revolución, no dudó un segundo. "El gran trabajo de todo Colón en sus inferiores está mostrado ahora en sus resultados", escribió en la red del pajarito. Una pena que la intolerancia e ingratitud del fútbol vernáculo no le hayan permitido manejar semejante activo.

El regreso de los muertos vivos III. "Lo conozco demasiado bien y me reservo", regurgitó al ser consultado sobre el flamante presidente. Sonó a amenaza. En cualquier momento blanquea que fue el profesional que firmó sin chistar las revisiones médicas de los paquetes que llegaron rotos.

El regreso de los muertos vivos IV. Con un cinismo a prueba de balas y el quincho revuelto señaló: "El tema de la virgen me agarró con un nivel de ingenuidad importante, confié y me engañaron". El chupalerche primero coincide en el argumento. "Yo creí que la estaban restaurando".