sábado, enero 19, 2008

Entre arenas movedizas


La pretemporada sabalera no es moco 'e pavo, ni para los sufridos protagonistas que están transpirando la camiseta en busca de la puesta a punto, ni para el cuerpo técnico que está devanándose los sesos pensando en cómo salir del atolladero –o en como diagramar una posible salida honrosa–, ni para los dirigentes –en este caso específico, y por razones obvias, "el" dirigente– que están deshojando la margarita de los refuerzos y mucho menos para el periodismo que por estos días hace de nexo entre la delegación y los simpatizantes.

Sin embargo, es posible afirmar que no todos están a la altura de las circunstancias. Dejando de lado al plantel, que en una playa junto al mar es imposible evitar que se tome algunas licencias; a la pyme, que con la timba a la vuelta de la esquina no logra excusarse de perder unos cuantos billetes retirados de la caja rojinegra y GL que está al caer; los enviados a cubrir el trabajo veraniego son el paradigma de la mediocridad al micrófono. Las preguntas elementales, la sanata cómplice y la crónica anodina lo certifican cada salida al aire.

El círculo circense de estos días lo cierra el pasquinejo local, con una nota al ídolo repatriado que revuelve las tripas. Por un lado, quien dice "(…) cuanto antes quiero volver a jugar y darle una mano a Colón", cuando sabe que su recuperación demandará unos meses y que el club está gestionando el quinto cupo a raíz de su lesión –o sea que no va a jugar este torneo–, le está tomando el pelo a la gente y por otro, quien con tanta desfachatez practica el periodismo rastrero, siguiendo a pie juntillas la línea editorial impuesta, también. Punto.