lunes, mayo 25, 2009

Sin fe


Paradojas del destino. Cuando quiso ser ofensivo, el equipo adoleció de ideas claras para llevar adelante el planteo. Y no vale como excusa la muralla infranqueable que se le interpuso en el camino, porque las estrategias para superar semejante obstáculo deben figurar en el manual del ambicioso. Cuando no se encuentran vías de acceso, probablemente la explicación pase por la falta de convicción en el modelo. A esta altura nadie duda que este Colón no comulga con el estilo exquisito que imponen los generadores de buen fútbol. Porque no tiene intérpretes para ejecutar una obra de tamaño tenor, porque no fue armado con esa intención. Y es en este punto donde vuelven a quedar expuestos los errores del entrenador.

Pasadas quince fechas no resulta del todo coherente intentar torcer un patrón de juego ya definido. Si tanto costó hallar cierto equilibrio en todas las líneas, es incomprensible el empecinamiento con el cambio constante, que a la luz de los hechos, demostró ser perjudicial. Así como el dt cubre sus espaldas haciendo hincapié en la falta de un talento creativo dentro del esquema, no se entiende su intención de pretender jugar como si lo tuviera. Ni siquiera insertando en la estructura a dos pibes con proyección de armado consiguió torcer la historia. Y es que nadie puede ir en contra de su propia esencia. El nivel más alto del negro se alcanzó gracias a la solidez defensiva y al espíritu de lucha, pedirle más sería casi injusto.

De todas maneras, aún puede sumarse una interesante cantidad de puntos que ayude a redondear una campaña que podría considerarse como muy buena si se llega al objetivo de los cincuenta puntos en la temporada. No obstante, es imposible negar que la oportunidad de acceder a un sitial de privilegio estuvo al alcance de la mano y se desperdició por culpa de una conducción aún tan verde como algunos de los protagonistas. Aunque ahora el parodismo vernáculo rastrero intente librar a la figura del técnico de las responsabilidades del caso, son muchos los dedos que lo señalan a él como el artífice exclusivo de este bajón que hizo trizas la ilusión de alcanzar, por fin, un logro trascendente. ¿Quedará algún resquicio? Hummm.


APOSTILLAS

Silenzio stampa. En su momento, los loritos repitones que maneja a su antojo la cd, se encargaron de dejar bien en claro que el artillero de Margarita no podría jugar contra Colón por cláusula expresa en el contrato de venta. Todavía se esperan las explicaciones de parte de unos u otros de la mentira instalada en su momento. Otro sapo pa’la gilada.

Al confesionario. Interrogado por medios porteños, el dt dijo saber qué es lo que le pasa al reincidente. Las malas lenguas apuestan a que se trata de uno de los pecados capitales. Es duro saberse afuera de la selección cuando su nombre fue el primero que tiró el parodismo vernáculo en clara operación de prensa. Ahora, a llorar a la iglesia.

Festejo incompleto. La celebración comenzó con bombos y platillos. El homenaje por el noventa y nueve bis cubrió de algarabía el Brigadier. Sólo empañó la fiesta la ausencia del grito que permitiera el triunfo. Lo que no faltó fueron los insultos que repartió, durante todo el cotejo, el agasajado. No se salvó ni el aguatero. La perfección no existe.

Sangra por la herida. El pasquinejo vernáculo nuevamente quedó en ridículo. Ni las averiguaciones del chupalerche primero, ni la resolución de la institución, pudieron torcerle la mano a los medios porteños que insisten con que el cien aún no entró. Una discusión que pretendió cerrar y no tuvo más remedio que volver a abrir. Patético.


BONUS TRACK: Aires enviciados