lunes, marzo 29, 2010

Querer y no poder

Cuando los mediocres se quedan sin argumentos para explicar un resultado adverso o poco favorable recurren a la falacia de la “mala suerte”. Una simple relación echa por tierra el elemental razonamiento. Si no se puede ganar culpa de la “mala suerte” ¿los triunfos son producto exclusivo de la “buena suerte”? El azar nada tiene que ver con las capacidades que un equipo pueda desplegar en cancha para conseguir sus objetivos. Si de acuerdo al desarrollo del trámite, un conjunto se aferra a la mezquina estrategia de cerrarse atrás, el ambicioso debe intentar contrarrestarla con inteligencia y predisposición. En caso de no encontrar los caminos que quiebren un esquema netamente defensivo, pues el mérito será del que impuso el cerrojo.

Es cierto, como dijo el técnico, que se vio una recuperación anímica y sin dudas fue Colón el que más buscó la victoria pero le faltaron variantes a la hora de atacar y efectividad frente al arco rival. Ni siquiera pudo capitalizar, durante quince minutos en el primer tiempo, la desventaja del adversario de quedar en inferioridad numérica, ni los quince del segundo que le obsequió el hincha impago para sacar adelante el partido. Al parecer, el nivel que alcanzó en los dos últimos torneos, con una defensa férrea, un medio campo solidario y batallador, aún con deficiencias, y una dupla goleadora implacable, no volverá a repetirse con estos intérpretes. Sólo alcanza a vislumbrarse una renovación que llevará tiempo y paciencia.

La polémica que se perfila, de aquí a la finalización del torneo, es si el “proyecto” de la falsa pertenencia, al caerse una a una las metas fijadas, no comienza a develar el oscuro rostro del fracaso. Salvarse de la promoción –en un encuentro en el que sobrevoló el estigma del soborno–, clasificar a una fase eliminatoria de la copa quedando afuera al cabo de ciento ochenta minutos, y un par de buenas posiciones en sendos torneos asegurando una provechosa sumatoria de puntos pensando en el promedio, no alcanza para colmar las expectativas de una afición ilusionada por festejar la primer jineta en la casaca sangre y luto. Por más que la dirigencia se empeñe en llenar los espacios vacíos con cemento, un aroma a rancio empieza a invadir la atmósfera.


APOSTILLAS

Libre de humo. Al término del cotejo, el arquero puso el grito en el cielo por lo que consideró una lisonja anticipada, innecesaria y encima “mufa”. Con el equipo en cancha, la voz del estadio pidió una ovación para el “seguramente arquero mundialista”, lo que enervó al circunspecto guardameta, quien le hizo llegar sus quejas al vocero mudo. ¡Con él no!

Pierde el pelo. No así las mañas. El goleador histórico sigue haciendo goles y de vez en cuando se los sirve en bandeja al rival de turno. “Me quise matar”, dijo cuando le consultaron sobre la jugada que abrió el marcador. Aunque después salió a buscar revancha con enjundia criolla y le rompió el invicto al portero adversario, el yerro selló el resultado. ¡Uno y uno!

Palabras menos. La conferencia de prensa post partido fue levantada sin previo aviso y al maestro la cayó peor que lechón caliente con porrón. “Es una falta de respeto a la gente de prensa”, espetó al aire, implorando que las cosas cambien. Para escuchar la misma cantinela del dt, mejor el silencio; de paso evita tener que aclarar en la semana que no dijo lo que dijo.


La Destacada:

Algo habrá hecho. Amenazó con no hablar más; pero, con los obsecuentes, imposible resistirse. La mini fiestita que le tenían preparada, con la participación de “gente importante” que tuvo que ver con su llegada a SF –el «biondo gnocchi» (quien reconoció que “me lo recomendó un amigo”), el ex manager y el dt de la reserva–, fue un compendio de repugnante servilismo. En semejante contexto y ante la primera intervención del festejado – “No me enojo con las críticas (…) respeto a los periodistas que hacen su trabajo” –, no llamó la atención el vergonzoso silencio del chupalerche tercero, compañero de tareas de parodista maltratado públicamente hace unos días por quien está demasiado acostumbrado a la adulación permanente.

jueves, marzo 25, 2010

El gran motivador


Aníbal Barcamed (en fenicio Hanni-baal, que significa “quien vende-humo”), conocido simplemente como Aníbal o Hannibal, nacido en 247 a.C en Cartago (al norte de Túnez) y fallecido en 183 a.C en Bitinia (cerca de Bursa, en Turquía), fue un general y estadista quemero considerado por muchos como uno de los grandes estrategas militares de la historia. Participó activamente de la Segunda Guerra Lerchúnica, en la que llevó a cabo una audaz hazaña: conduciendo a su ejército, en el que se incluían elefantes de guerra, que en ocasiones mataba y enterraba, partió de su ciudad natal y atravesó innumerables obstáculos con el objetivo de conquistar la cima. A pesar del brillante movimiento, no pudo alcanzar su meta.

Existen diversas opiniones respecto de su fallido plan, que van desde carencias materiales a consideraciones políticas que defienden que su intención no era llegar a la punta, sino acercársele lo más posible. No obstante, logró mantener a sus hombres entusiasmados en la pelea durante más de dos años, recibiendo escasos refuerzos de jerarquía. Consciente de que su tropa era inferior a la de sus adversarios, Aníbal decidió no atacar por donde se esperaba, sino que eligió una ruta mucho más dura y larga pero más interesante tácticamente, pues le permitió reclutar a muchos soldados mercenarios. Sin embargo, luego de ganar varias batallas intrascendentes, volvió a su tierra cansado tras ser derrotado en la contienda definitoria.

Fue llamado “el padre de la estrategia” y admirado incluso por sus enemigos. Supo como motivar a sus desmoralizados soldados en los peores momentos, pero con eso no fue suficiente. El balance personal del héroe se traduce en un fracaso; al final perdió hasta el respeto de su pueblo, que vio a su mejor general aniquilado en la última y más importante batalla del conflicto. Certifican las fuentes que uno de sus jefes de caballería le asestó un duro golpe cuando le dijo: “Los dioses no han concedido al mismo hombre todos sus dones; sabes vencer, Aníbal, pero no sabes aprovecharte de la victoria”. Agobiado, decidió suicidarse empleando un veneno que, según se afirma, llevó durante mucho tiempo en un habano.

lunes, marzo 22, 2010

Un montón de nada

Aunque el saber popular sostenga que la historia siempre se repite, los teóricos de la disciplina ilustran al vulgo sentenciando todo lo contrario. La historia nunca se repite, los hechos pueden resultar similares a simple vista, pero las circunstancias, las causas, los protagonistas y demás factores que influyen en su devenir, determinan la particularidad de cada acontecimiento específico. El entrenador sabalero perdió el equipo. Hoy, como en otro momento, mezcla, baraja y da de nuevo pero la mano no se le presenta favorable. Cambios y más cambios, bajos rendimientos, jugadores sin nivel de primera división, escasa generación de fútbol, estrategias equivocadas, planteos mezquinos y un técnico desorientado.

El contexto es diferente, los puntos acumulados permiten enfrentar una etapa negativa con tranquilidad; pero las aspiraciones, que alcanzaron un nivel superlativo cuando los buenos resultados marcaban un camino ascendente, comienzan a sufrir un deterioro inexorable. Así las cosas, la gloria parece una abstracción imposible de alcanzar a partir de una realidad más terrenal e incontrastable. Y el segundo objetivo, el ingreso a otra copa, corre peligro si los triunfos siguen gambeteando a las pretensiones. Es cierto que de a poco –casi a cuentagotas– va apareciendo la actitud férrea que etiquetó al conjunto en el pasado reciente, pero con eso no alcanza, especialmente cuando la idea básica imperante apunta a no perder.

Por ahora, al decir de la muchachada en pleno, el punto ayuda para recuperar confianza –sería bueno que dijeran cuándo y por qué se perdió–, para trabajar con tranquilidad durante la semana –sería bueno saber por qué la anterior hicieron un mar de una mísera laguna–, para calmar algunos ánimos exaltados –está visto que el dt es uno cuando gana y otro cuando pierde– y para que a medida que pasen los días lo que fue un triste empate pase a ser un valioso poroto –en boca de quienes nada cuestionan y todo manipulan– a fin de ganar tiempo, morigerar las críticas y restaurar la fe en el «proyecto». El fútbol siempre da revancha y como dijo un célebre escritor que usaba seudónimo: “La historia no se repite, pero a veces rima”.


APOSTILLAS

Clase magistral. En entrevista exclusiva con la emisora peroncha, el primer mandatario dio su visión acerca de los últimos acontecimientos. Reprobó las gloriosas declaraciones anticipadas del dt e hizo un particular aporte. “Falta que maduren algunos jugadores”, dijo. Al parecer, olvidó mensurar el promedio de edad del equipo, ya que unos cuantos están a punto de descomponerse en cancha.

Metamorfosis kafkiana. Un par de buenos partidos, transformaron al escurridizo catorce, quien necesitó seis meses de recuperación paga, en “un jugador de champions league”, según afirmó el entrenador ante un auditorio de obsecuentes. De golpe y porrazo, pasó a la misma categoría que gacela colombiana, de fugaz paso por estas tierras, quien sólo estaba para entrar en los segundos tiempos.

Un as bajo la manga. El incontinente relator, amigote confeso del goleador histórico, en medio de la polémica por sus melodramáticas declaraciones –y dejando en claro que una cosa nada tiene que ver con la otra–, anticipó que el veterano veinte está manejando dos suculentas ofertas del exterior. Claro que la prioridad la tiene Colón, como delantero, manager, presidente, o lo que sea.

La Destacada

Descarga eléctrica. Pudo saberse que diez representantes de la selecta barra sabalera ya tienen asegurado su lugar en la competencia de competencias. Hace un par de semanas, el titular de las HUA hizo público el rompimiento con su principal sponsor, por lo que “cada grupo tendrá que autofinanciarse”, señaló en la oportunidad. La hinchada rojinegra parece haber aprobado el examen. El tema es que tanto asesinato mafioso entre la carroña del fútbol tiene un poco nervioso al patrocinador de la aventura. El temor a quedar pegado en algo groso no lo deja descansar en paz. ¡A no abusar del clonazepam!

jueves, marzo 18, 2010

No llores por mí

Le pegó el viejazo. El equipo no anda bien y él tampoco. No es la primera vez. Aunque, en esta ocasión, la historieta, gracias a las recientes declaraciones de los titulares de la ute que maneja los destinos de la centenaria institución, tomó un cariz algo exagerado. Potenciar los clásicos rumores, que siempre ganan la calle cuando a Colón lo sorprende un bajón futbolístico, con desmentidas variopintas y amagues de renunciamiento al borde de las lágrimas, pareció una estrategia recargada para hacerle frente a –según consideraron los mismos protagonistas– simples chismes sin fundamento. Si todo pasa por un tema de rendimiento, y el resto anda sobre rieles, no se entiende tanta resonancia contestataria.

Cada uno por su lado, y a través del medio que mejor lo representa –el técnico con los lambiscones de las mañanas obsecuentes (ante quienes aseguró que no volverá a hablar hasta fin del torneo, no obstante se comprometió a hacer una excepción y acudir a un último llamado para festejar con ellos sus dos años en SF), el primer mandatario en la emisora correligionaria y el goleador histórico frente a los coleópteros que lo sobrevuelan con fiel devoción–, desmintió los cotilleos populares, dejando en claro que los planetas se encuentran en perfecta conjunción, tal y como los alineó el «big bang» de la falsa pertenencia. Lo desgarrador fue el «acting» del veterano delantero; él lo trajo, con él dice que se va.

Sin embargo, alguien, con acceso a la intimidad del vestuario, tiró una data precisa. “No lo va a reconocer nadie, pero a los jugadores no les cae bien que el entrenador cambie tanto”, dijo un parodista de ensortijada cabellera, emergiendo entre el griterío de sus colegas, el martes pasado, en programejo de tv por cable. Por lo que una de las tantas murmuraciones sin asidero, pasó a cobrar entidad en boca de un sujeto que no hace mucho tiempo se jactó públicamente de callarse muchas cosas. Lo cierto es que sólo un par de victorias borrará la cháchara de estas horas y las dudas que aquejan al técnico, hoy con marcación personal, y al sentimental veinte, quien ve con nostalgia cómo se extinguen sus días de máximo apogeo.

lunes, marzo 15, 2010

Soldaditos de plomo

Para contrarrestar el efecto que provocaron sus declaraciones post derrota de la fecha anterior, en la semana avivó la hoguera para cubrir con un humo denso el arrepentimiento por la velada amenaza. Sin embargo, los dichos que pretendieron calmar las aguas resultaron una sarta de contradicciones más cercana al trabalenguas que a la claridad del convencimiento real. El “nunca me iría de Colón para recalar en otro equipo”, sonó como la frase que el manual del vendedor de humo recomienda para espantar fantasmas cual conjuro de hechicero. “Mi contrato vence en diciembre, pero si renuevo en junio me quedo mucho tiempo más”, dijo. No quedó claro cuándo vence el documento al que le reza la dirigencia cada fin de semana.

“No me iría, pero si me voy pasaría un par de meses sin laburar. Me gustaría renovar, pero si no se da, ahí sí podría agarrar otro equipo”, desvarió. No se puede negar, últimamente los equipos que pone en cancha, van en el mismo sentido que sus manifestaciones. Mejor defendamos, no, no, mejor ataquemos, no, no, mejor juguemos al pelotazo, no, no, mejor apostemos a la pelota parada, no, no, mejor con la bocha al piso, no, no, mejor tratemos de acertar un pase. Es como si de tanto verso, las neuronas comenzaran a experimentar una especie de cortocircuito en cadena de consecuencias insospechadas. Si la alquimia dialéctica del entrenador tocó fondo ¿será porque su capacidad se topó con un techo? Tal vez.

Echar un vistazo al pasado reciente puede servir para aclarar algunas cuestiones. Los cambios permanentes, en cierto momento, le redituaron positivamente. Aunque más que una estrategia pensada, siempre pareció el libreto de una mano inexperta apelando al viejo truco del «prueba y error», a la espera de que las piezas se acomoden solas, como alguna vez él mismo señaló. Poner y sacar, sacar y poner, puede transformarse en una táctica interesante cuando el idilio entre las partes está en su apogeo; no obstante, nadie puede impedir que la semilla del desconcierto –y del descontento–, germine a ritmo lento si la maniobra se empecina en subsistir a través del tiempo. En el fútbol, la continuidad siempre fue la clave del éxito.


APOSTILLAS

Ilustración cero. La web oficial dio cuenta de los “regalos” que el entrenador sabalero les prodigó a los pibes residentes en la pensión del predio. “Una mesa de pool, un flipper y una Playstation 3 para su tiempo de recreación”, apuntó el servil encargado de contenidos. Buen gesto, pero ¿nunca un libro? ¿una enciclopedia? ¿un curso de idioma en cd?

Va por vos. Veterano entre los veteranos, el cacique le dio el empate al negro como si fuera el goleador histórico. Caño y adentro, cantó, cuando la noche apuntaba a tormentosa. Llamó la atención la dedicatoria de tan festejada conquista. Dicen las malas lenguas que el pito catalán fue para quien hace rato viene ofreciéndole el gancho donde colgar los botines.

Perdón, perdón. En el fragor del comentario final, el maestro disparó: “Hoy Colón es el equipo más dudoso del campeonato”. Al toque se dio cuenta y rectificó: “Es uno de los equipos más dudosos del campeonato”. No sea cosa que algunos se enojen y empiecen las represalias. Cabina con vista al Salado e insultos de despedida no son recomendables.

La Destacada:

Pa’lo que guste mandar. Hace poco tiempo, al empleado del club, que hace las veces de parodista asoleado, en su afán por demostrar obsecuencia debida, se le escuchó decir. “Ponerse la camiseta de Ben Hur es lo mismo que ponerse la de Colón”, en medio de una nota al coordinador del fútbol infanto-juvenil, quien intentaba resaltar el convenio “de nivel internacional” que une a ambas instituciones. Como la campaña de la entidad “hermana” va de mal en peor, las referencias a la misma quedaron para cuando los vientos sean más favorables. Mejor no hablar de ciertas cosas.

jueves, marzo 11, 2010

Dos con cincuenta


El bajón futbolístico del negro ha afectado profundamente a los lambiscones más rastreros del parodismo vernáculo. Sostener con argumentos contundentes y valederos una situación negativa les está requiriendo una dosis de esfuerzo mayor. Manipular una realidad adversa, cuando todos los sabaleros son testigos de la misma, resulta imposible. Es así como hay que buscar alternativas. Poner a prueba la inteligencia es un desafío interesante para quien se precie de manejar a la opinión pública. Sin embargo, cuando el intelecto es terreno yermo, la cosa se complica. Los billetes pueden comprar muchas voluntades, en especial las que están siempre dispuestas a venderse, pero determinadas capacidades no tienen precio.

Ayer, en las mañanas obsecuentes, el empleado del club, que todos los socios mantienen con su aporte mensual, a través del micrófono de la emisora asoleada, regurgitó al aire que quienes critican este proceso cometen una “aberración”. Suena lógico, viniendo de parte de quien usa un medio de comunicación para defender sus propios intereses. Si a la gestión encarada por la falsa pertenencia le va mal, sus ingresos se verán seriamente comprometidos. Aunque en rigor, estos especimenes suelen acomodarse bajo los pantalones de sus mentores cuando los vientos no les son propicios. Si el “biondo gnocchi” pega el gran salto –más allá de Colón–, seguro se llevará alguna sanguijuela prendida en la solapa de su saco.

Cuadros subalternos aparte, hoy temprano, se escuchó algo así como el colmo de la sinvergüenzada. El chupalerche primero le pidió al entrenador sabalero “con toda humildad, que no haga nunca más eso de quedarse sentado en el banco si el equipo va perdiendo, aunque sea para vender humo que se levante y mire el partido parado”. Estos personajes, que no sólo avalan el engaño sino que lo promueven descaradamente, deberían advertir, al comienzo de los programejos en los que participan, tipo leyenda pre filme de horror, que «las afirmaciones vertidas en el presente envío pueden afectar la sensibilidad de las personas», para evitar que algún desprevenido tome en serio las barbaridades que dicen en nombre de un oficio al cual deshonran.

martes, marzo 09, 2010

Otro muerde el polvo

Un empate con el último y un par de derrotas consecutivas han conseguido trastocar la cosmovisión de quien días atrás afirmaba muy seguro: “Vamos por la gloria”. Ahora resulta que el mismo personaje que decía estar “muy comprometido con Colón” en tiempos favorables, ante la primera racha negativa amaga con dejar plantada a la institución con la que hizo los negocios más rentables de su corta vida como entrenador profesional. ¿Qué pasó? ¿Unos pocos resultados adversos pueden cambiar de golpe los objetivos que estaban clarísimos a comienzos de año? ¿Cómo es posible que, de repetir hasta el cansancio la palabra “revancha”, se haya pasado a “entregados” en un abrir y cerrar de ojos? Algo no está bien.

Y como cada vez que ocurren estos traspiés futbolísticos, los rumores se dispararon cual saeta endemoniada. Que hay problemas por los premios, que se adeudan los partidos de la copa, que hay cortocircuitos entre los jugadores que trajo el dt y los referentes veteranos, que los purretes desplazados están con bronca, que los históricos no comparten los cambios constantes, etc., etc., etc. Lo cierto es que anoche, ante un rival muy inferior, el equipo demostró estar lejos del nivel que alguna vez alcanzó. Y definitivamente, los movimientos permanentes ya no dan el mismo rédito que antes. Se lo vio errático, lento, carente de ideas, sin variantes; frágil atrás, intrascendente en el medio y estéril adelante. Un combo fatídico.

Acusar un remezón de lo sucedo tras la cordillera suena demasiado simplista. Lo acertado sería pensar en un desgaste físico y mental de los protagonistas y un hastío de parte del cuerpo técnico. Por otro lado, la cuestión económica siempre juega un papel importante, especialmente entre quienes se creen merecedores del oro y el moro. Aunque se haya arreglado el tema con antelación, en determinadas circunstancias, los intérpretes tienen en sus manos el poder de la exigencia. Tal vez éste no sea el caso, pero no hay duda de que todos los que llegaron intoxicados por el humo quemero quieren formar parte del espectáculo; una presión extra para el entrenador que hoy se ve enredado en una telaraña que él mismo tejió.


APOSTILLAS

Gran hermano. Quien cree que un stopper es una marca de zapatillas y un líbero un programa de tv por cable, le dio su aval al coach para que aplique cirugía mayor. Si los referentes no rinden, afuera. Un vía libre algo arriesgado, considerando que los veteranos fueron los artífices de los logros que tanto lo enorgullecen. ¿Se animará el dt a empuñar el bisturí?

Prosa otomana. “No hay ninguna alarma, no me fastidien; hasta la fecha catorce no se sabe nada, todo lo demás que se diga es verso”, dijo en la semana, olvidándose que fue él quien desplegó las alas y echó a volar antes de tiempo. Ahora, para salvar la ropa le apuntó a sus dirigidos: “Intentaremos ver cuál o quién es el problema”. ¿Qué le dirá el espejo?

Tibio, tibio. Consultado el goleador histórico sobre los dichos del técnico, no fue lo suficientemente enfático en defensa de su continuidad. Primero, con un “y… si no encuentra respuestas…”, la dejó picando. Después, el “a nosotros nos dolería que se vaya” no sonó muy convincente. Si la cosa no se normaliza, en la décima, el equipo lo arma él. ¡Atenti!

La Destacada:

Se pisa solo. La consigna es desdramatizar la situación, haciendo hincapié en los mínimos logros del pasado reciente y en la comunión de todos los involucrados, pero siempre elevando la figura del primer mandatario a la enésima potencia. “Yo puedo dar fe de que el presidente está en todos lados”, argumentó, para describir el grado de acompañamiento que el “biondo gnocchi” le dispensa al plantel y al cuerpo técnico, en éste y en todos los momentos. Sin embargo, tanta obsecuencia puede resultar contraproducente. Si invierte tanto tiempo en ejercer su investidura, una pregunta brota por sí sola: ¿de qué vive el fenomenal estadista?

viernes, marzo 05, 2010

Carne picada

Irreconocible. De semejante hijo, nadie querría hacerse cargo. Sin embargo, el padre de la criatura asumió su culpa, esta vez, sin retaceos ni excusas pueriles. Pero el meollo de la cuestión no queda claro. ¿Esto es Colón, cuando en frente se le planta un equipo sólido en todas sus líneas? ¿O en realidad habría que hablar de una mala noche del once rojinegro? Si bien algunos simpatizantes han apuntado sus dardos contra la táctica pergeñada por el entrenador, sería saludable analizar el fenómeno desde una perspectiva amplia para no caer en el simplismo que proponen los resultadistas. Después de todo, una derrota, en la séptima fecha, no es la partida de defunción de ningún equipo que aspire a pelear el campeonato.

Es cierto, el sabalé llegaba al enfrentamiento con el campeón arrastrando ciertas falencias puestas en evidencia en los dos últimos partidos que disputó frente a sendos candidatos al descenso. Un arquero exigido con tanta frecuencia durante noventa minutos de contienda no da pié a demasiada discusión. La defensa recuerda al sistema de flotación de un famoso transatlántico que yace en el fondo del océano por culpa de un iceberg. El mediocampo sufre demasiado movimiento de piezas, cuestión que hasta parece confundir a los más seguros en sus puestos, con bajos rendimientos incluidos. Y los de arriba padecen las consecuencias de una zona de volantes extraviada en esa temible jungla donde sólo sobreviven los más aptos.

Si a tamaño panorama se le agrega un estado físico deficiente, jugadores de edad avanzada acusando cansancio o lesiones latentes, pibes a los que se les corta la continuidad por hechos poco convincentes y un puñado atravesando cierto bajón futbolístico, el resultado difícilmente de positivo. Un rival difícil, en su propia cancha, cerró el círculo nefasto. ¿Qué estrategia de juego sería capaz de superar tanto en contra? El técnico puede asumir una postura de piola sabelotodo pero está comprobado que ante un combo de circunstancias poco favorables, la única salida que le queda es cargar con la responsabilidad al final de la partida. De todos modos, hay espacio para que la taba vuelva a mostrar su lado ganador en cualquier momento.


APOSTILLAS

Marcha atrás. En pleno apogeo del goleador hoy en el freezer, a instancias de la dirigencia demagógica, los lambiscones más rastreros vociferaron que estaba en estudio hacer uso de la opción antes de que venciera la primera alternativa de compra. Sin embargo, nada pasó. Tampoco en diciembre, fecha original fijada por contrato. ¿Qué pasará en junio?

Por demás actual. Las poéticas aperturas del relator del éter académico son su sello distintivo. Amante de la composición sensiblera, al abrir sus enormes transmisiones, suele deleitar a la audiencia con narraciones de hondo sentido lírico y popular. ¿El secreto mejor guardado? Su melodiosa prosa es choreada de desconocidas páginas de internet. ¡Ay pillín, pillín!

Chupamedismo frustrado. Las huestes del maestro se quedaron con las ganas de consolar a los perdedores. En una veloz maniobra de retirada, los protagonistas coparon el bus que los alejó de los micrófonos, dejando en off-side a más de uno. El “buena gambeta de los jugadores de Colón, lo que no pudieron hacer en la cancha lo hicieron ahora” sonó a ajuste de cuentas.

La destacada:

El empleado del club, quien tiene a su cargo los contenidos de la web oficial –y que en su tiempo libre hace las veces de parodista asoleado– viene derrapando feo. El viejo truco de levantar info ajena puede ser peligroso en manos incapaces. Por un lado, dejar en evidencia el grado de servilismo con el que se manejan ciertos asalariados de elite de la institución raya con lo chistoso. Por otro, cercenar los dichos que comprometen posiciones hechas públicas, aunque no sorprende, tampoco suma. El chupalerche primero puede sentirse orgulloso, su estilo está haciendo escuela.