lunes, julio 13, 2009

Las venas abiertas


Acallados los vítores de final de campeonato, se puso en movimiento la ronda de especulaciones en torno del mercado de pases. Y como ya se maduraba de antemano, todas las fichas fueron a parar al casillero número cinco. Si bien las pretensiones presidenciales, esas que caminan a la par de la fantasía que se intenta vender a través de los medios adictos, siempre sobrepasan los límites de la desmesura, contra la realidad no hay ínfula que valga. Las paupérrimas cifras que se manejan en una devaluada feria de vanidades no dan espacio para el delirio de quienes aspiran a quedar en la historia gracias a una venta millonaria.

Como es de público conocimiento, esta gestión ha comprado mal, vendido peor y de cobrar mejor ni hablar, por lo que asusta un poco cómo se dará la definición de tan mentada transferencia. Si hasta parece que puede repetirse una historia reciente. Más allá de que el desenlace aún no está confirmado, a medida que pasan los días, lo que en principio resultó una suma importante está pasando a ser la mitad de la mitad y encima en cómodas cuotas. Y si la decisión se dilata es muy probable que el joven volante termine jugando a orillas del riachuelo y que el “biondo gnocchi” tenga que someterse a los avatares de una triangulación.

Lo peor del caso es que tanto las incorporaciones como las faraónicas obras previstas, o por lo menos el inicio de las mismas, dependen de esta operación. También la posibilidad de tapar los agujeros negros generados en los últimos tiempos va atada al oxígeno de los billetes que ingresen por el cotizado jugador. Según los voceros rastreros de la dirigencia, el tema lo está manejando un intermediario más ducho en estas lides y bien dispuesto a compartir una considerable tajada. De todas maneras, el circo recién comienza; habrá que dominar la ansiedad, aguardar el desarrollo de los acontecimientos y esperar que esta vez algo salga bien.