miércoles, mayo 21, 2008

Juego sucio


La campaña preelectoral ha comenzado a tomar matices un tanto oscuros. A los candidatos se les está complicando el armado de las listas por falta de figuras potables y capacitadas para asumir cargos dentro de sus estructuras, es así que andan pugnando por las mismas caripelas de uno y otro lado. Y no sólo ese tironeo se hace sentir, también hay algunos cambios de discurso que obviamente apuntan a congraciarse con sectores otrora esquivos. Faltando pocos días para el cierre de presentación de nóminas –9 de junio– puede afirmarse que serán sólo tres los aspirantes con posibilidades de contender; el resto, si en definitiva se anima, sólo significará un mínimo relleno con el único fin de dividir votos.

A esta altura, tal vez el más tranquilo sea LH, quien muy astutamente tomó la posta y se rodeó de colonistas con peso propio, ese tipo de socio que además nunca rehuye a la hora de comprometerse con el voto. Por el lado de GA, próximo a lanzar su candidatura, sorprendieron algunas declaraciones alejadas de su estilo. Si bien es comprensible que en estas instancias recurra a una postura más moderada para saltar la valla generacional, determinadas actitudes en lugar de sumar pueden restar. Al ala joven, que bien supo aglutinar por su ímpetu y audacia, no le gustan las metodologías características del lado turbio de la política. La madurez también puede demostrarse sin necesidad de nivelar hacia abajo.

Quien está que trina es GL. Un boca floja tiró al aire que el cuerpo técnico le bajó el pulgar al predio. ¡Su máxima carta de triunfo! ¡Oh no! Al parecer el gran califa y su séquito, invitados a recorrer las inconclusas instalaciones, dijeron "todo muy lindo pero todavía no está apto para que trabaje el plantel profesional". Así las cosas, la emprendió con una pseudo campaña lanzada en Baires, gracias a los que siempre tienen los bolsillos dispuestos pero escasez de materia gris en el cerebro, en pos de captar a los ingenuos que nunca faltan. Y, vaya casualidad, en medio siempre aparece el nombre del goleador histórico. Ahora bien, una de las estrellitas encajaría justo, cara y con problemas; la segunda –el "biondo gnocchi" debería informarse mejor– la semana pasada renovó contrató con su club por tres años más. ¡Kaput!