
También, poniendo de manifiesto una preclara visión de futuro, estrechó vínculos con pares predispuestos a bregar conjuntamente por el desarrollo de jóvenes talentos. Sin olvidar el patrimonio, hizo crecer la infraestructura, valorizando el capital propio y sumando nuevas e importantes adquisiciones. Respecto de lo deportivo, consolidó el tan anhelado protagonismo en el torneo local y volvió a insertar a la sangre y luto en el plano internacional. Los méritos de este presidente no se detienen ahí. En materia económica, supo manejar con austeridad la cuestión, vendiendo, en tres años y medio de gobierno, por alrededor de diecisiete millones de dólares y gastando lo estrictamente necesario. Los balances no mienten; sin dudas, un modelo a imitar.
Este fin de año lo encuentra agregando un nuevo jalón a su foja de servicio. Las primeras planas de los medios nacionales no tuvieron más que rendirse ante su capacidad negociadora en el conflicto que mantuvo en vilo al país. Con inteligencia y abnegación supo ganarse la confianza del titular afista, gracias a lo cual hoy se perfila como uno de los candidatos a sucederlo o, en su defecto, a ocupar un puesto de prestigio a nivel continental. Gracias a tan desinteresada faena, elevó el nombre de la centenaria asociación sin fines de lucro a los máximos puestos de influencia en el contexto general. Ante semejante éxito, sólo resta agradecerle por los innumerables logros obtenidos y los que vendrán. El club está en orden. ¡Feliz día!