lunes, diciembre 28, 2009

Nobleza obliga

Sólo los grandes dirigentes hacen historia. Esos que trabajan con la firme decisión de dejar, tras su paso por posiciones de poder, un legado imperecedero para sucesivas generaciones. Después de muchos años, ese hombre llegó a Colón y, a través de su impronta personal, consiguió posicionarlo en el lugar que siempre mereció ocupar: entre los grandes del fútbol argentino. En pos de alcanzar el objetivo no dudó en conducir con mano férrea los destinos de la entidad, centrando su esfuerzo en tres frentes específicos. Institucionalmente, sentó en el presente las bases para el porvenir. Como nunca antes, le abrió las puertas a la participación del socio, erradicó a los violentos y le dio un lugar a la oposición en favor de un proyecto integrador.

También, poniendo de manifiesto una preclara visión de futuro, estrechó vínculos con pares predispuestos a bregar conjuntamente por el desarrollo de jóvenes talentos. Sin olvidar el patrimonio, hizo crecer la infraestructura, valorizando el capital propio y sumando nuevas e importantes adquisiciones. Respecto de lo deportivo, consolidó el tan anhelado protagonismo en el torneo local y volvió a insertar a la sangre y luto en el plano internacional. Los méritos de este presidente no se detienen ahí. En materia económica, supo manejar con austeridad la cuestión, vendiendo, en tres años y medio de gobierno, por alrededor de diecisiete millones de dólares y gastando lo estrictamente necesario. Los balances no mienten; sin dudas, un modelo a imitar.

Este fin de año lo encuentra agregando un nuevo jalón a su foja de servicio. Las primeras planas de los medios nacionales no tuvieron más que rendirse ante su capacidad negociadora en el conflicto que mantuvo en vilo al país. Con inteligencia y abnegación supo ganarse la confianza del titular afista, gracias a lo cual hoy se perfila como uno de los candidatos a sucederlo o, en su defecto, a ocupar un puesto de prestigio a nivel continental. Gracias a tan desinteresada faena, elevó el nombre de la centenaria asociación sin fines de lucro a los máximos puestos de influencia en el contexto general. Ante semejante éxito, sólo resta agradecerle por los innumerables logros obtenidos y los que vendrán. El club está en orden. ¡Feliz día!