domingo, noviembre 23, 2008

Cementerio de simpatizantes


Cuán insignificante resulta el análisis de noventa minutos de fútbol cuando, en un segundo, un "hecho aislado" del que "nadie se dio cuenta" se cobra la vida de una persona. Tanto, que la oportunidad que dejó pasar el sabalé no merece ni una mínima consideración frente a la lamentable noticia de otra muerte en el Brigadier. La tercera de esta administración. Y tal vez la más grave. Porque todos saben que el asesino forma parte de las huestes apañadas y financiadas por la comisión directiva que preside Germán Lerche. Un tipo que, después de dos años y cinco meses de gestión, cree saberlo todo y no sabe nada. Un tipo que –tal y como él pretende– va a quedar en la historia, pero en la historia negra de la centenaria institución.

Ahora vendrá el consabido deslinde de responsabilidades que tan bien –y con tanta asiduidad– practican estos dirigentes de pacotilla. Habrá que prepararse para escuchar la cátedra de sociedad y estado que estará preparando el "biondo gnocchi", si es que se anima a dar la cara. Como adelanto, el impresentable vice ya dijo lo suyo ante las cámaras de tv. No vimos nada, no sabemos nada, estamos a disposición de la justicia, no es culpa nuestra, es un hecho delictivo común y bla bla bla. Una sarta de estupideces que demuestra, nuevamente, la ineptitud y la desidia de este grupete de advenedizos claramente identificados con lo peor de una casta imposible de desterrar. ¡Cuantos más deben hacerse cargo de esta trágica situación!

Como corolario, quedan por responder unas cuantas preguntas. ¿Alguien se animará a investigar cómo corresponde? ¿Saldrá a la luz la verdad? ¿Llegará hasta el culpable el fino brazo de la ley? ¿Cambiará alguna vez la historia? Lamentablemente, el pesimismo cae como lluvia ácida sobre los interrogantes planteados. Otros casos, que hacen las veces de triste antecedente, lo confirman. El circo sigue porque los payasos no dejan de dar su función y porque los espectadores lo piden. ¿Cuántos han quedado en el camino? ¿Cuántos más quedarán? Es cierto, el fútbol es sólo una arista de la cuestión. Pero, alguien, alguna vez, deberá tomar la decisión de ponerle un punto final a tanta barbarie. La espera continúa.


APOSTILLAS

Desde el balcón. El comprometido dt vio el partido degustando su habano pero sentado cómodamente lejos del banco. Por lo visto, la lejana apreciación le jugó en contra. Sus dirigidos lo extrañaron y los cambios no funcionaron. El costo del caprichito lo está padeciendo el equipo mientras él sigue despuntando el vicio como si nada.

Alguien miente. Según desinformó alguna vez el apéndice del vocero oficioso, desde la tesorería del club se había confirmado que el costo de las multas por fumar dentro de la cancha le era descontado del sueldo al desacatado. Ayer, el secretario de información pública dijo que Colón se hizo cargo de las mismas. ¿En qué quedamos?

Se agranda la familia. Durante la semana se hizo una escapada a SF el representante del goleador histórico. El motivo: expandir el negocio. Las dos incipientes estrellitas del equipo pasarán a formar parte de su prestigiosa lista de pupilos. El veterano aprovecha su ascendencia sobre los pibes y aconseja con vistas al futuro. Buen olfato.

Topetazo y a cobrar. Al artillero de Margarita se le soltó la cadena. Todas las pelotas peligrosas le pasaron de largo, pero la roja se la comió de frente. Por un momento de descontrol el equipo pierde, para las próximas fechas, su apoyo logístico al veinte. Ahora el problema es quién será su reemplazante. Mucho para elegir no hay.