martes, agosto 29, 2006

Mal final, mejor principio


The end. La cuarta fue la vencida. Y no hubo revancha sino adiós, hasta la vista. Seguramente, en un futuro, volverán a encontrarse Colón de Santa Fe y Julio César Toresani. Lo importante, en estos casos, es aprender de los fracasos. Crecer y no volver a cometer los mismos errores. No será fácil levantar cabeza, pero incorporarse y mirar hacia adelante es un comienzo. Sin dudas, el principal perjudicado en esta aventura ha sido el club rojinegro, que abrirá un nuevo ciclo en la quinta fecha, sin puntos y con una pesada carga para levantar.

El hierro candente que recibirá Falcioni pondrá a prueba la capacidad de un técnico que, a pesar de no haber ganado nada, donde estuvo cumplió sus objetivos. Ahora llega la mano dura. Con expresión adusta le caerá con el máximo peso de la ley futbolística a un plantel destrozado anímicamente y con escasas capacidades técnicas. Su especialidad. Nadie deberá sorprenderse, las cabezas rodarán y no habrá referentes que valgan. Recordar que en Independiente diezmó a los líderes del grupo sin pedir permiso, imponiendo su personalidad, haciendo el trabajo sucio sin mover un músculo de más. Una anécdota, de su paso por el fútbol urgido, los jugadores no guardan el mejor recuerdo, pero los dirigentes han quedado satisfechos.

A prepararse, entonces, colonistas… se viene el peor fútbol que se haya visto por estas tierras –sin contar lo brindado últimamente por el equipo sabalero, por supuesto–, pero la permanencia en la categoría no correrá peligro. Habrá que tener en cuenta que lo que se aproxima estará calculado con absoluta frialdad hasta en el mínimo detalle, nada de improvisación, los guiones serán premeditados y deberán estudiarse de memoria hasta que los botines sangren. Trabajo, trabajo y trabajo, fin de la siesta santafesina. Con Pelusa, el transpirar la camiseta no será sólo una metáfora ilustrativa.

De aquí en adelante resta continuar apoyando al equipo, haciendo abstracción total de rostros y aptitudes, pensando sólo en los colores y el resultado. A esta altura de los acontecimientos no se puede andar con exigencias. Si ya se tocó fondo, si ya se conoció el abismo, la era Falcioni puede llegar a ser el sumun tan esperado por los aficionados del negro, aunque con el correr de los domingos terminen pidiendo a gritos la salida del gran salvador.


APOSTILLAS

El paso de JCF por Colón no sólo será un buen termómetro para dirigentes y jugadores, sino también para los responsables de las inferiores sabaleras. ¿Llegará la hora de que a Sciacqua dejen de llamarlo “Marito”?

La demagogia de GL es ilimitada. Insiste en no hablar de cifras porque le resulta “obsceno”. Pura palabrería barata, excusas para continuar con la política de ocultamiento que llevó al CAC al calamitoso estado que hoy ostenta con dolorosa vergüenza. ¡Basta de verborragia adulterada!

En la cd, más precisamente en la llamada “mesa chica”, falta tablón y sobran “profesionales” contables y monjes negros. ¡Ojo! Que los asesores de JCF no necesitan lupa, tienen los objetivos-porcentajes muy claros. ¡Nada de doble contrato, ni cláusulas gatillo!

¡El innombrable encontró el micrófono que buscaba! En el escenario ideal dijo lo que quiso, cuando quiso, como quiso. En programa radial matutino se despachó con monólogo digno de un púlpito eclesiástico donde sobran monaguillos. ¡Señor, perdónalos, no saben lo que hacen!