jueves, marzo 05, 2009

Para todos los gustos


Este Colón, modelo AM, ha generado, en la afición y en el parodismo vernáculo, un caleidoscopio de reacciones. Si bien sería algo así como un aborto de la naturaleza que este plantel consiguiera encaramarse en alguna posición de privilegio, pocos ponen en tela de juicio que zafará sin mayores sobresaltos de la zona peligrosa porque algunos rivales directos están en condiciones más críticas. Ahora bien ¿gusta o no gusta? Para aquéllos que tuvieron la satisfacción de deleitarse con un sabalé muy distinto al de los últimos tiempos, la respuesta es contundente. Sin embargo, tanto para los conformistas como para quienes creen que con la consabida actitud alcanza, la cosa es diferente.

No obstante, los unos y los otros coinciden en que la prioridad es sumar de cualquier forma, jugando bien, mal, más o menos, o por obra y gracia del espíritu santo. La cuestión cambia cuando la opinión es de los supuestos entendidos en la materia, ahí es donde las posturas están algo divididas. Figuran, por supuesto en primer lugar, las apreciaciones interesadas que ven en este engendro informe una “propuesta interesante”. De más está decir que el servilismo consuetudinario tiene una visión en extremo parcial, según le permiten los compromisos asumidos. Enfrentados a estos últimos aparecen los críticos, quienes –se esté de acuerdo o no– sostienen una argumentación sólidamente fundamentada.

Después siguen quienes podrían entrar en la categoría de tibios. Los que, por temor a herir susceptibilidades varias –de la dirigencia, de los auspiciantes, de la parcialidad rojinegra, etc., etc., etc. – ven un “estilo”, aunque con alguna que otra mínima salvedad. En verdad, dentro del compendio de consideraciones que anda dando vueltas por los medios locales, hay para todos los paladares. Unas provocan risa; otras, vergüenza; unas pocas, coincidencia. Lo importante es saber distinguir. Comprar una realidad ficticia barata, al final del camino puede resultar caro. El pasado es testigo. No habría que olvidar, pues, que los colores, la historia, la falange colonista, merecen algo mejor, adentro y afuera de la cancha.