jueves, diciembre 29, 2011

In memoriam

Con el cierre del año, los balances se instalan como tema cotidiano. Repasar lo bueno y lo malo, los resultados obtenidos, lo que quedó pendiente; todo se pone a consideración de la conciencia para, posteriormente, darle paso a la reflexión. También llega el tiempo de homenajear a quienes pasaron a mejor vida durante los últimos doce meses. En el estricto sentido de la pérdida, para la masa colonista, tres cuestiones puntuales marcaron su luto. Un par ya venían sentenciadas por padecer patologías incurables; la tercera, quizá la más entrañable, todavía se llora. La afición se niega a inhumar sus restos y porfía en extender el último adiós en una capilla ardiente por donde no dejan de desfilar acongojados deudos.

La credibilidad del excelentísimo señor presidente -para los pocos que todavía confiaban en ella-, feneció como consecuencia de una larga y penosa enfermedad. Después de tantos discursos vacíos, mentiras y contradicciones, las verdaderas intenciones quedaron expuestas. Ya no hay vuelta atrás, ni siquiera los golpes de efecto pueden resucitar, hoy, lo que muchos consideran muerto y enterrado. La confianza en el equipo es otro difunto que merece ser recordado en momentos de evaluación. En la cancha se vio reflejada la falta de respeto que un desafortunado e involuntario accidente disparó cual dardo envenenado. El escaso compromiso, la poca contracción al trabajo, la permanente afrenta dialéctica, acabó con la paciencia de las gradas.

El tercer finado, el más lamentado. La trágica desaparición del fútbol afectó a propios y extraños. Tal vez las crueles circunstancias que rodearon el luctuoso hecho potenciaron la angustia. Once manos ejecutoras y un autor intelectual fueron demasiado para el sentimiento rojinegro. Lo que inocentemente comenzó como un dolor de ojos, terminó convirtiéndose en un tumor letal que ningún tratamiento consiguió paliar. La aflicción generalizada ni siquiera pudo menguar con la remontada final, a todas luces emparentada con la vieja y conocida mejoría de la muerte. Quiera la figura repuesta que esta noche no haya que lamentar otro deceso. Un estado contable negativo sería el golpe de gracia que ningún socio necesita para completar el duelo.

martes, diciembre 20, 2011

Experimento negro

Del mejor presidente del país no correspondía esperar otra cosa. Mientras los malintencionados de siempre lo acusaban de abandonar la institución para ocuparse de menesteres ajenos a su investidura, él trabajaba en silencio -o no tanto- con su norte intacto. Llevar a la entidad, ya no a la cúspide del reconocimiento nacional sino al tope de la consideración mundial. Para alcanzar el objetivo, cualquier camino es válido si los logros futbolísticos se hacen rogar. Otro ejemplo de la perspicacia con que ha sabido interpretar el espíritu de la masa ávida de festejos, aunque más no sea fuera del campo de juego. El flamante secretario técnico -de saco pero sin corbata- jerarquizará una estructura desbordante de pomposos cargos a la espera de algún resultado.

Por lo pronto, la afición disfruta de la novedad y aprovecha la ocasión para levantar la autoestima, alicaída a pesar de los treinta y un puntos. Así como en la cuarta fecha sufrió la peor derrota de los últimos tiempos, hoy humilla enrrostrando grandezas que presagian un futuro promisorio. Así como hace unos meses padeció el escarnio público por un desafortunado, e involuntario, accidente que fue motivo de tapas e investigaciones de medios masivos de comunicación, hoy hace gala de las letras de molde que reflejan un posicionamiento inédito en la historia sangre y luto. Así como vilipendió a un conductor inepto, hoy avala la llegada de un emblema histórico -confeso hincha del club de la ribera porteña- con la esperanza de alcanzar esquivos laureles.

A fin de disipar dudas, los esbirros a sueldo del régimen, sumaron su granito de arena. Se trata de un arribo que merece aplausos y, al decir del chupalerche primero, ningún cuestionamiento porque "hay que dejarlo trabajar y después evaluarlo". De la misma forma que en su momento pidió a gritos quince años de gracia para la revolución de inferiores, ahora pide suprimir la capacidad de análisis hasta ver qué pasa. Como invalorable aporte, y para llevar tranquilidad a algún desprevenido, también graficó con "intimidades" los beneficios de la nueva función, que no requerirá dedicación en cuerpo presente. No sólo será un soporte de lujo -celosos abstenerse- para el primer mandatario, sino que pelará su agenda telefónica en nombre de un anglicismo de moda.

miércoles, diciembre 14, 2011

Las bondades del modelo

La emoción del final fue elocuente. Abrazó el cierre al límite. Acostumbrado al clima soporífero de las divisiones menores, la voracidad de la primera lo plantó frente a frente con los peores demonios sin yelmo ni armadura. Sobrevivió, pero a un costo muy alto. En la despedida dijo sentirse "tranquilo", sin embargo su lenguaje corporal irradiaba un mensaje totalmente distinto. Una inocultable fragancia a alivio brotaba de sus poros. Se quejó de los "golpes" recibidos y agradeció a jugadores y dirigentes, quienes, aseguró, en un momento fueron su sostén. Admitió que muchas veces tuvo que poner la cara para "explicar lo inexplicable" y que "la única deuda fue el clásico y tal vez la localía".

Nadie está obligado a declarar contra sí mismo, pero ante una evidencia tan espontánea no hace falta recurrir a pericias de adn. No está capacitado y lo sabe, aceptó imposiciones y lo sabe, se recibió de sofista y lo sabe. Quiso tirar la toalla y no lo dejaron, le dolieron las críticas pero es conciente de que no fueron erradas, apela al análisis superficial porque el fondo es demasiado resbaladizo. Para contrarrestar las pruebas condenatorias, la defensa presenta un atenuante. Aprendió, gracias a un dogma institucionalizado, que el secreto de la longevidad se halla en dos pociones fundamentales. Resistir los embates y vender migajas como exótico manjar. Una fórmula, hasta ahora, imbatible, en medio de un océano domesticado.

Más allá de los esfuerzos, ningún mortal ha logrado sortear las reglas de la naturaleza. Así como el azar, la eterna juventud no existe. El nuevo paradigma que impone la mediocridad emergió saludable pero con fecha de vencimiento. Como testigo de cargo, el pasado reciente sube al estrado y expone su testimonio ante la justicia divina. La del hombre, espera veredicto. Sin acuerdo unánime, dos líneas opuestas presentan dictamen. Por un lado, absolución perentoria y salvaguarda del buen nombre y honor del imputado. Por otro, culpabilidad, aunque con condena en suspenso. La puja no termina, ni siquiera con el golpe de efecto con el que el caso se dio por cerrado, porque las condiciones del futuro aun determinan la debilidad.


APOSTILLAS

En el limbo. Después de un nuevo papelón en la entidad madre, el excelentísimo señor presidente, en pleno ejercicio de un curioso perfil bajo, anda abocado a un tema que lo tiene un tanto preocupado. El cierre del balance -dibujo de números incluido-, no es tarea fácil, aunque cuente con la asistencia del mejor departamento jurídico-contable. Raro que todavía no se haya filtrado el "superávit".

Medalla al mérito. El delantero enclenque se floreó con el último. En el primero, feliz de la vida, festejó regalándose una amarilla que en algún momento deberá pagar. En el segundo, demostró la calidad de quien sabe colocarla sin la más mínima resistencia. La afición se sale de la vaina por disfrutar de su jerarquía internacional frente a rivales de fuste. Para amortiguar la espera, queda en el aire el espíritu tribunero.

Pichón de la casa. El volante que todavía no sabe si se va o se queda, quinto en la línea sucesoria, ya está sacando chapa de experto en sarasa. "Con humildad y sacrificio sacamos el partido adelante, sabíamos que iba a ser duro", deliró. Acto seguido, se deshizo en elogios para con su compañero de fórmula. "El polaco es un hermano", dijo, con hondo sentimiento fraternal. Que nadie separe a los siameses así venga el enganche.

Primicia exclusiva. La advertencia ya está hecha. "No se sorprendan si no viene nadie", adelantó el chupalerche primero en referencia al tema incorporaciones. Los rumores dan cuenta de la posible repatriación de un joven a quien el primer mandatario, en complicidad con un prócer contemporáneo, le arruinó la carrera. La ley de las compensaciones indica que se abrirán las puertas de la clínica de rehabilitación.

viernes, diciembre 09, 2011

La mesa está servida

La suerte no existe. En el fútbol, los resultados se explican analizando los hechos que se desarrollan dentro de la cancha y el contexto determinante. En el marco de un torneo donde los grandes están pagando años de desmanejos institucionales, con un cuarenta por ciento de participantes de extracción menor y un veinticinco, más allá de algún minuto de gloria, que suele decorar la mitad de tabla, no debe sorprender el despliegue de un juego empobrecido. Fiel reflejo de la clase dirigente, el negocio que aniquiló al deporte no permite el lucimiento, la mayoría sólo lucha por permanecer para salvar intereses ajenos a los laureles. Hoy en día, la regularidad explica la consagración del campeón y la mediocridad al lote que corre parejo.

En semejante escenario no es difícil analizar la campaña, como pretenden instalar los obsecuentes a sueldo. La suma de puntos es buena, máxime considerando que navega a la deriva, pero el paupérrimo rendimiento futbolístico sepulta cualquier atisbo de satisfacción. El examen ofrece un panorama complicado sólo para los estilistas de la realidad. De visitante, se relajan, no necesitan mostrar atributos que no tienen; con acertar una carambola y después a aguantar colgados del travesaño, suficiente. De local, cuando deberían marcar diferencias, la cosa se enmaraña. Si además un puñado de veteranos decadentes transforma el equipo en un coto de caza sin conducción ni espíritu de conjunto, pues el cóctel saberá a rancio.

De todas maneras, un par de triunfos les permite distenderse y encarar el receso con la tranquilidad del deber cumplido. El mínimo esfuerzo y la afición sosegada hasta una nueva ronda. Sin embargo, un detalle escapa a la impresión de los involucrados. Uno directamente relacionado con el manifiesto que identifica a la parcialidad comprometida. Colón es un sentimiento. Y el que hoy invade los ánimos es el de decepción. Este fue un semestre revelador; quedaron al descubierto las intenciones del primer mandatario y su séquito, la falta de respeto de los jugadores hacia la parcialidad y las operaciones montadas por el parodismo pago. ¿Cuánto más podrá sostenerse la burbuja indecente? Los próximos meses develarán la incógnita.


APOSTILLAS

Tráfico de influencias. Todos los que siempre se quejaron del histórico maltrato, esta vez se tendrán que lavar la boca con agua jabonosa. Mientras algunos calculaban una sanción ejemplar para el delantero enclenque, devenido en matón de pacotilla, el ente a cargo regurgitó una fecha. Se esperan cánticos de agradecimiento a la gestión del excelentísimo señor presidente y al recomendado que casi desespera en la espera. Satisfacción garantizada.

Malas nuevas. Al parecer, el recorte de subsidios alcanzó a los socios caracterizados que desinteresadamente acompañan al equipo en cada salida de visitante. Como muestra del descontento, la banda que ameniza el espectáculo ubicó los trapos patas para arriba. El impresentable vice prometió conseguir financiamiento para el año venidero. Todo sea para que la fiesta no decaiga, ni antes, ni durante, ni después. No sea cosa que se de vuelta la tortilla.

Guitarras al viento. La victoria actuó como elixir milagroso, empujando a la muchachada a tomar los micrófonos por asalto. Los que se mandan a guardar cuando el resultado resulta adverso, en esta oportunidad pugnaron por un minuto de aire. El más elocuente fue el guardameta. "Es inexplicable lo que nos pasa", apuntó respecto de la irregularidad. No es tan grave como para psicólogo, con mirarse al espejo cada mañana basta y sobra.

Techito por si llueve. Sorpresivamente, unas horas antes del encuentro, el chupalerche primero abrió el paraguas. El más acérrimo defensor de la causa, advirtió que la continuidad dependía de los últimos resultados. Finalizado el encuentro, le faltó descorchar champán. La posibilidad de la copa -"no estábamos al tanto", reconoció- lo pone a tiro de reclamar un premio. El trabajo insalubre no tiene precio; para todo lo demás está la conciencia.

martes, diciembre 06, 2011

Cuestión de tiempo

Como en toda relación bipartita, la mentira institucionalizada necesita de quien la acepte, la avale y la sostenga. Ante realidades contundentes, no hay ingenuidad que valga. Nadie puede probarse el traje de desentendido porque el espejo, hoy, devuelve una imagen desprovista de disfraces. La carrera por una superioridad ficticia, terminó y el trofeo es tan abstracto como el logro. Se acabó la fiesta, los subsidios que le insuflaron aire al estado de bienestar se cortaron abruptamente y ahora lo que queda es nada para satisfacer a las fieras hambrientas. Todavía está por verse cuán profunda es la herida; en pocos días, un corte superficial puede convertirse en lesión de muerte y, ante el hecho irreversible, los deudos reclamarán por responsabilidades.

El culpable del descalabro dentro de la cancha, ya no puede con su alma. Interpretarlo resulta tarea sencilla. Cuando habla de lo mucho que trabajan es porque en los entrenamientos ni siquiera transpiran los buzos. Cuando apela al sentimentalismo es porque el aire interno es irrespirable. Cuando habla de agresividad es para evitar el tema generación. Cuando no quiere hacer declaraciones en caliente es porque espera enfriarse para encontrar alguna excusa salvadora. Cuando defiende a los jugadores que pierden, porque antes ganaron, está defendiendo el negocio del que es parte. Cuando menciona a los pibes de inferiores, no sólo está repitiendo una lección aprendida de memoria, también está subestimando a la afición que alguna vez creyó en sus buenas intenciones.

Los culpables del descalabro fuera de la cancha, están buscando un salvavidas. No aprenden. Apuntan a un nombre rimbombante para seguir la línea de ostentación que los caracteriza. Con un mercado europeo en crisis, apuntan a un personaje que, a través de sus relaciones, les abra el de medio oriente. Pero esta vez, la credibilidad atravieza su peor momento. El nuevo desaguisado salta a la vista. El primer mandatario no ha sido capaz de especificar la función que desempeñaría el apalabrado, mucho menos la denominación del puesto en cuestión. Así las cosas, una certeza va tomando cuerpo. La mentira, aunque no parezca, tiene algo en común con su versión opuesta. La mentira es transparente, sólo hace falta abrir los ojos para reconocerla.


APOSTILLAS

Instinto de superación. Relato con suspenso de folletín berreta. "El hombre llegó en el más rotundo de los silencios, sólo el excelentísimo señor presidente estaba avisado de su presencia y seguramente, la condición indispensable fue la de mantener en secreto la reunión. Ambos se juntaron a charlar por espacio de casi dos horas. ¿De qué hablaron?" Las malas lenguas dicen que de la nueva cuatro por cuatro. ¡Fufuuu y chucuchucuchucu!

Primeros siempre. Permeable a las presiones de variada índole, el conductor no tuvo otro remedio que incluir entre los titulares a la joyita seleccionada. La posibilidad de que se diluya lentamente, y se haga añicos el único negocio que hay a la vista, intranquiliza a más de uno. No deberían preocuparse, siempre se puede volver a la doctrina impuesta por un prócer contemporáneo. Los segundos tiempos, potencian. ¡Chuculita, chuculata!

Conectados podemos más. Durante la previa, las huestes del maestro pusieron al aire suculentas declaraciones del goleador histórico. Como para que no queden dudas de su compromiso con los colores y su gente. Consultado sobre las razones de una nueva frustración, expuso su teoría. Las ausencias del veinticuatro, el cuarenta y seis, el dieciocho y el diecinueve minaron las posibilidades de éxitos. ¡Patapúfete!

Mano buena, mano mala. Como cada fin de campaña, la culpa del fracaso la tienen los jugadores que no rindieron en la medida de lo esperado. El argumento del chupalerche primero ya está perimido. Para salvar a la falsa pertenencia -técnico de turno incluido-, las aves de paso son siempre las apuntadas. Non calentarum, si se hace necesario, las críticas a la gestión las firmará otro. ¡Lechuga para el canario!

martes, noviembre 29, 2011

Protección al mayor

En la previa, los mediocres se frotaban las manos. Frente a un equipo menos que alternativo, los tres puntos estaban asegurados y el segundo puesto serviría para enrostrarle a los detractores una campaña digna de cuadro de honor. Una defensa consolidada, una línea de volantes mixta, conjugando experiencia y habilidad, y una ofensiva exquisita y contundente contra un puñado de purretes de ocasión. Sellado el empate, el resultado pasó de pan comido a "valorable" porque, según los obsecuentes a sueldo, no es lo mismo jugar contra los suplentes de cualquiera que contra los de la institución que se destaca por hacer un culto de sus inferiores.

La afición, por su parte, centró la crítica en las diferencias más notables. Promedio de edad alto versus promedio de edad bajo, estados físicos pesados versus estados físicos livianos, equipo sin dirección técnica versus equipo con dirección técnica. En el fragor del análisis, todavía nadie entiende cómo los cambios que ya son usuales en los segundos tiempos no pasan a formar parte del conjunto titular. Algún desorientado podría pensar que es un plan de acción fríamente calculado por el conductor para sorprender a los rivales y asestarles el golpe de gracia. Sin embargo, las razones tienen poco que ver con la estrategia y mucho con lo preestablecido.

Todo indica que los roles protagónicos son inamovibles; hay puestos asignados por peso específico, respetados más allá del rendimiento, y otros por amortización de pasivos. Respecto del delantero enclenque, él mismo se encargó de aclarar que sigue en proceso de recuperación -en un turno entrena con sus compañeros, en otro asiste a una clínica para realizar trabajos de fortalecimiento-; en cuanto al juvenil seleccionado, una cuestión de escalafones y trayectorias lo relega al estatus de alternativa según lo dicte el trámite del encuentro. En resumidas cuentas, los objetivos de los principales involucrados están ligados al permanecer y no al trascender. Negocios son negocios.


APOSTILLAS

Fuera de juego. Agotado el stock de espejitos de colores, el excelentísimo señor presidente optó por alejarse de los micrófonos y delegar el sostén de la campaña, ya no en el impresentable vice, sino en el parodismo militante, que en pareja competencia se desvive por complacerlo, aun a costa del ridículo permanente. Precavido el hombre, toma distancia y sigue edificando su futuro lejos de las menudencias cotidianas que aquejan al ciclo del eterno «ito».

Pelotazo en contra. Mientras el director ejecutivo del fútbol neonato-infanto-juvenil continúa de recorrida por el interior profundo del país en busca de talentos que salven su lamentable gestión, las gradas aguardan la aparición de alguno de los "veintidós chicos que pueden llegar y triunfar" que anunció hace poco más de un año. En su momento, el felpudo mayor pidió quince años de gracia. Habrá que tener paciencia y seguir esperando.

Tiempo recuperado. Para que las conferencias de prensa post partido resulten más amenas, el conductor encontró una fórmula infalible. Pide gancho y recita de memoria todos los lugares comunes habidos y por haber. El análisis exhaustivo lo reserva para después de repasar las incidencias en video y así fundamentar con mayor precisión sus lúcidos conceptos. El problema va a ser justificar la llegada de un enganche.


Arrugue de barrera. La encendida vehemencia con que el chupalerche primero defiende el modelo por la mañana, baja estrepitosamente a la hora del almuerzo. Al parecer, la dupla anticristo lo intimida y le hace perder sus convicciones. Tampoco lo deja bien parado el grotesco rodeo con que intenta eludir las preguntas capciosas. Con los sobres que recibe de la institución debería costearse un curso de perfeccionamiento, para no pasar vergüenza.

martes, noviembre 22, 2011

Efecto invernadero

Finalizado el primer tiempo, y mientras la afición calibraba el nivel de críticas que arrojaría a la cancha al cabo de los noventa minutos de juego, en medio de un vestuario cargado de reproches, la gran estrella de la noche se plantó ante sus compañeros y les cantó las cuarenta. No tenían derecho a arruinarle la fiestita. El rival era inferior y si hacían un esfuerzo podían cambiar silbidos y reprobación por aplausos y vítores. Durante la charla técnica, el principal orador impartió expresas instrucciones. Menos contención y más ataque, menos imprecisión y más efectividad. No fue necesario dar nombres, el conductor hace rato que tiene claro cómo es eso de la obediencia debida. El último cambio estaba convenido de antemano. Una bofetada en la mejilla de quienes profesan hondo respeto por la institución, una cuestión menor para el rebaño amaestrado.

Al parecer este torneo se ha transformado en una cruzada irredenta contra los infieles que se rehusan a formar parte de la cáfila ignorante y conformista. Cada vez más cerrada, la cofradía regenteada por la falsa pertenencia estrecha filas para sostener a un cuerpo técnico inepto que presta la cara a precio de liquidación, con la colaboración de un plantel al borde del colapso y de un parodismo a sueldo que traspasó la barrera del ridículo. Mientras el goleador histórico salve las papas, habrá tinta para seguir escribiendo las páginas de esta historia plagada de mediocridad pero buenos y exclusivos negocios. Para quienes hace años vienen sorteando obstáculos a los ponchazos, las cartas están echadas, la continuidad asegurada y un puesto intrascendente depositado a plazo fijo, sin peligro de corralito bancario en el corto plazo.

Con tanto show mediático, el encuentro pasó a un segundo plano. Una imagen nueva sin valor, mimos al homenajeado de parte de cuadros inferiores de la dirigencia, césped ralo, manga artística, caracol volador y el momento cúlmine de la noche. Cual estudiada puesta en escena, la salida del ídolo "extenuado", satisfecho por el deber cumplido, bañado de agradecidos aplausos, entregándole la cinta al hereje, sacando partido de la situación, resultó una obra maestra del cinismo, digna de quien institucionalizó la malversación de sentimientos. Por un lado besa la camiseta, por el otro miente y engaña descaradamente. Y la masa, en estado de éxtasis, ovaciona. Por lo menos hasta el próximo lance, momento en que volverá a ponerse en juego la paciencia colonista, con un entrenador resistido y jugadores en fin de ciclo.


APOSTILLAS

Nonpalidece. A pesar del empeño puesto en "cerrar el tema", la justicia sigue su curso y el desfile por tribunales no cesa; cuestión que, a esta altura, ni el pasquinejo vernáculo puede pasar por alto. Eso sí, habría que preguntarle a los incorregibles de siempre cómo fue eso de "hacer una ampliación de declaración indagatoria", si en la primera presentación se negó a abrir la boca. Los agujeros negros de la banda son cada vez más grandes.

Bielsaman. El conductor se mostró feliz "por todo lo que trabajamos" y porque la muchachada "está asimilando el cambio de sistema" (¿?). No convenció a los presentes con su explicación, a media lengua, del último cambio. "Estaba muy cansado, extenuado, ahogado", dijo acerca del que nunca sale. "Necesitábamos cerrar el partido", apuntó sobre el que pretenden que justifique el sueldo. Satisfacción garantizada o reembolso.

Cuento chino. El plan no surtió el efecto deseado. Es cierto que los aplausos de despedida superaron a la rechifla de recibimiento, pero una vez dentro del campo de juego, en cada contacto con el balón, la silbatina generalizada no pudo ser acallada ni con los redoblantes que amenizan el espectáculo. Ya que se calzó el delantal por una causa solidaria ¿por qué no prueba con vender hamburguesas a la salida de la cancha?


Antimufa. Por fin los fieles creyentes se sacaron de encima a la dupla anticristo que tiraba mala onda a troche y moche. Con el chupalerche primero en cabina, babeándose hasta por la mosca que le zumbaba en el oído, el triunfo estaba asegurado. La energía positiva atrae resultados positivos. Pero ojo, si deciden adoptarlo como cábala tendrán que contemplar un aumento por servicios adicionales. Nada es gratis en esta vida.

miércoles, noviembre 16, 2011

Indignados, pero no tanto

Los tiempos han cambiado, aunque algunos se resistan a confiar en lo que la realidad les muestra cada abrir y cerrar de ojos. En lo futbolístico, el cementerio ya no es lo que era entonces y en lo institucional, la sensación de zona liberada a oportunistas, malandras y apretadores brincó a certeza incontrastable. La metamorfosis también extendió su helada mano sobre la afición. Las gradas conservan el fervor por los colores pero perdieron el compromiso con la entidad. Hoy día vale más el cotillón que la responsabilidad de llevar en el bolsillo el carnet distintivo. Cómodamente, tomaron la decisión de delegar en una figura abstracta llamada "oposición" la proyección de su bronca y descontento por la sumatoria de fracasos que las persigue y agobia desde que la falsa pertenencia les privatizó la pasión. Pedirles más, sería demasiado.

Para las domesticadas tribunas, la "oposición" debe hacer lo que ellas no hacen en los momentos de mayor ebullición y replegarse sobre su eje cuando las aguas corren mansas para no ser tildada de estorbo interesado. Si comete el error de no seguir ese estricto mandato, en un tris pasa a engrosar la categoría de indeseable, pariente directo de la podredumbre reinante. Extraña forma de pensar sus propios derechos y obligaciones como miembros activos de una sociedad sin fines de lucro. Debido a tan particular línea de pensamiento, no sorprende la falta de interés y participación a la hora de definir destinos. Los que están adentro y los que observan apoyando la ñata contra el vidrio merecen ser medidos con la misma vara con la que ellas mensuran su capacidad de fiscalización. Expertas en reclamar al aire, sólo entrenan como fuerza de choque virtual.

Conocedora de los resquicios que ofrece una actividad semejante, la dirigencia supo captar el mensaje de la masa que apenas se altera cuando el resultado negativo viene de la mano de un rival inferior. Patalea un poco, eleva el tono de su protesta, descarga frustraciones cotidianas, se retira entre maldiciones y a esperar la revancha. Nadie quiere correr el riesgo de involucrarse más de la cuenta; de ahí a entregar la llave que abre la puerta de la impunidad, un paso. Total, siempre está la "oposición" para endilgarle la culpa de todos los males. Con esa hendidura también avasallada, gracias a la colaboración de los esbirros a sueldo, el camino se presenta libre de obstáculos para cambiar pasados de miseria por presentes sabrosos y abundantes. ¿Quién puede arrimar peligro? Nada por aquí, nada por allá. Hasta que la historia no pase de castaño a oscuro.

martes, noviembre 08, 2011

Chantaje emocional

Antes de que diera inicio la contienda, estaban apuntadas las excusas. Sin el mejor volante de la línea media y sin el lateral más criterioso de los últimos tiempos, el invicto de visitante corría serio riesgo. Los temores previos ni siquiera fueron aplacados cuando, luego de un entrenamiento preparatorio, el conductor afirmó convencido: "Fue la semana que más trabajamos para evitar el 'relaje'". Ya nadie le cree, ni por el tenor de su monótono discurso, ni por lo que queda evidenciado en cancha. Los más optimistas ruegan por la pronta finalización de otro torneo intrascendente, refugiados en la esperanza de un cambio de paradigma. Los menos, apuestan doble contra sencillo a que el ciclo se mantendrá en el pie hasta verse cara a cara con la hecatombe. En algo coinciden. Este proceso es un nuevo fracaso.

Como nunca antes, la afición se encuentra frente a una disyuntiva. ¿Los colores o quienes hoy hacen uso de ellos? Ni el excelentísimo señor presidente, ni sus impares de comisión directiva, ni el cuerpo técnico, ni estos jugadores representan la verdadera esencia sangre y luto, esa que fue construyéndose con humildad desde los cimientos. La mentira de la falsa pertenencia ha quedado por fin al descubierto y cada vez se hace más difícil bañarse de alegría para apoyar a este apócrifo modelo en tobogán sin escalas. Inevitablemente, una cruda sensación de nudo en la garganta invade a las gradas bien nacidas cuando la insignia hace su aparición en cancha, cubriendo la osamenta de quienes no merecen semejante privilegio. Ni siquiera logra ponerse a salvo el goleador histórico, principal accionista de la empresa.

Salvo una catástrofe, la historia seguirá su curso dando saltos entre lo anodino y lo mediocre. Con los próximos tres años asegurados, nada indica que haya pretensiones de modificar rumbos. Ya está armándose el andamiaje de pretemporada, austera igual que la anterior, con el agravante de que sólo podrán efectuarse dos incorporaciones. Lo interesante del futuro inmediato será ver cómo hará el primer mandatario para disfrazar las expectativas de un próximo campeonato con las mismas caras desgastadas de siempre frente a una masa hastiada de promesas incumplidas. El último partido del año será de local, la cantidad de puntos acumulados jugará un papel fundamental en el ánimo de las tribunas a la hora de despedir los restos de un proyecto que hace rato pasó a mejor vida, con protagonistas incluidos.


APOSTILLAS

Sangre, sudor y lágrimas. Pretendió hacerse pasar por el ideólogo, sin embargo, la copita que está al caer fue pergeñada por la gerenciadora de los amistosos de la celeste y blanca y aprobada para resarcirla de algunas pérdidas. Abocado a tirarle "adelantos" al pasquinejo vernáculo que levanten la alicaída moral de la afición, no dudó en apelar a sus contactos para que el coliseo juliogermano vuelva a ser sede de un evento de características alucinógenas.

Gran motivador. Luego de la primera bofetada, no hubo indicaciones tácticas para dar vuelta el resultado pero sí mucho aliento, aunque en su justa medida. "Sólo arenga sale del banco de Colón", aportó el imaginaria de la televisión impúdica que hacía guardia al lado de los suplentes. Con la sentencia en el bolsillo, señaló estar dolido por "el golpe de perder el invicto de visitante". Lo que se dice una personalidad avasallante muy bien disimulada.

Batiendo marcas. Ya superó todos los récords habidos y por haber. En el ocaso de su carrera, sigue acumulando logros personales como si de trofeos en una vitrina se tratase. Rompe redes imbatible y mayor presencia con la rojinegra lo posicionan como el superhéroe del siglo. Para los amantes de las estadísticas, a los ampliamente difundidos habría que agregarle uno más. Se viene la cucarda al primer puesto en el ranking de posiciones adelantadas.


Carne podrida. A la mañana, el chupalerche primero regurgita que el hereje lesionado "tiene muchas posibilidades de ir al banco"; pocas horas después, al mediodía, el chupalerche segundo aplasta la pretendida primicia anunciando que el susodicho "ni va a concentrar". Curados de espanto, ciertos personajes ya no le temen ni al ridículo. Si la santa imagen está restaurada, el hacedor del papelón nacional puede reaparecer en cualquier momento.

martes, noviembre 01, 2011

Noche de brujas

El triunfo exorcisó, al menos momentáneamente, unos cuantos demonios que tenían a maltraer al mundo rojinegro. El prestigioso apellido del primer mandatario no estuvo presente en el repertorio que suele entonar la afición bien nacida en su conjunto, el conductor salvó el pellejo, la muchachada puso de manifiesto su compromiso con el ciclo y el goleador histórico volvió a las primeras planas de los medios vernáculos. Las conversaciones con los técnicos tanteados durante los últimos días también quedaron en suspenso, a la espera de que la ocasión amerite retomarlas. Por lo pronto, la cosecha de puntos está avalando la estrategia pergueñada por los cráneos que acreditan experiencia en la cuestión. Porfiarle a la adversidad, con una buena dosis de victimización, hasta que el panorama aclare. Una particular interpretación del "todo pasa".

La aceitada maquinaria que intenta con denuedo convencer a la parcialidad de las bondades del proceso, y que exprime un resultado favorable hasta dejarlo seco, navega las aguas de la frustración. Curadas de espanto, las gradas no perdonan; y lo que es peor, tampoco confían. No perdonan la vergüenza del clásico, no perdonan las posibilidades perdidas para pelear el título, no perdonan la ausencia de una identidad que ya lleva siete largos meses de búsqueda, no perdonan el acomodaticio e inconsistente discurso del entrenador que bailotea al ritmo del libreto que le tiran los pinches a sueldo. Tampoco perdonan la mentira sistemática a la que fueron sometidos por todos los estamentos institucionales, que posicionaron el nombre de la entidad al tope del bochorno nacional. Los porotos se festejan, pero la memoria recuperada, luce hoy el traje de la exigencia.

Reclamar menos discursos falaces y más hechos concretos es un derecho adquirido. Un punto donde los mediocres se abstienen. Tal vez por ese puñado de conformistas sería injusto no darle un tris de crédito a los obsecuentes pagos; esos que, para aplacar los ánimos que ponen en peligro el futuro de la gestión -y el propio-, sostienen casi al borde del paroxismo: "¡Pero si en ciento seis años no ganó nada!". Argumento que apunta a cortar de cuajo la capacidad de razonamiento y, por ende, de crítica. Cuantos menos piensen y cuestionen, más aire para la falsa pertenencia y sus adláteres. Para buena parte de la masa sangre y luto hace rato que algo se rompió. Ese lazo que une incondicionalmente a la pasión con sus representantes. Mucho deberán hacer para recomponerlo. Mucho más que tres puntos ganados gracias al olfato del goleador histórico y una ayudita extra.


APOSTILLAS

El silencio es salud. Tan afecto a la verba incontinente, el excelentísimo señor presidente se quedó mudo ante el juez que investiga la desaparición de la sagrada imagen que presidía el ex cementerio. Seguramente pensó en guardar la artillería por si hacía falta pelarla en la docta ante una eventual eyección técnica. La avanzada de apoyo también hizo acto de presencia. Buena gente.

El de siempre. Esgrimiendo sus dotes naturales, el impresentable vice le hizo una visita de cortesía a la dupla que anima los mediodías asoleados. Los sorprendidos anfitriones lo invitaron a coordinar un encuentro más oportuno pero no consiguieron ponerse de acuerdo. La vehemencia en el intercambio de opiniones retumbó en toda la cuadra. La cosa seguirá en tribunales. Calor humano.

Fusible en corto. A pesar del triunfo, algunos protagonistas no pudieron disimular la acidez que los viene aquejando. Tal el caso del otrora serio y medido guardameta, quien en medio de la euforia por el triunfo vociferó un "así nos dejan de joder un poco". Al parecer, los reclamos de la afición, encuadran en una categoría bien definida. Las abnegadas figuras no se manchan. Lógica primate.


Vuelo bajo. La "estupenda" y "brillante" actuación del equipo le devolvió el alma al cuerpo al chupalerche primero, quien ya se estaba quedando sin argumentos a la hora de defender la causa. Para la posteridad quedará su diagnóstico de trastornos de carácter fóbico y la recomendación de sesiones de psicoterapia para superar la adversidad. Uno que no pasa el desafío de la blancura.

jueves, octubre 27, 2011

Tapados por el agua

Los colores son una pasión. Un sentimiento del que muchos se aprovechan, convencidos de que bajo su paraguas todo está permitido. La mentira descarada, los manejos turbios, las apretadas cobardes, los negociados a granel, la compra de voluntades y más. El resultado contra el puntero estaba dentro de las estimaciones previsibles, aunque los mediocres de siempre, en la previa, se frotaran las manos pensando en un rival disminuido. También figuraba en los cálculos el bajo rendimiento mental, físico y futbolístico, una constante en lo que va del torneo. Lo que nadie se esperaba, fue el inconexo discurso del conductor, luego de casi una hora de espera, durante la cual se tejió un final que continúa en suspenso.

Sostener un relato propio de una imaginación delirante no aporta nada positivo con vistas al futuro. Apelar a la palabra "trabajo" para justificar el día después y extender la sangría, tampoco. Los apostadores compulsivos se niegan a reconocer el trastorno y juegan sus últimas fichas a conseguir, en los venideros dos partidos de visitante, aunque sea un resultado favorable para llegar con suficiente oxígeno al próximo encuentro cara a cara con la localía. De ahí al final, un suspiro. Para llevar adelante el plan cuentan con la apatía de las gradas, componente importante a la hora de tomar decisiones. La resignación no canalizada en las últimas horas les ha dado margen para manipular los destinos en busca de la extensión del ciclo.

Y como todo tiene que ver con todo, la vergüenza dentro de la cancha tuvo su correlato afuera. La dupla más ácida del parodismo vernáculo, fue desterrada de las cabinas de transmisión, a tomar fresco a la zona de pupitres. Una gran iniciativa para confirmar la podredunbre en la que está inmersa la falsa pertenencia. Lo cierto es que más allá de la atmósfera circense predominante, lo grave del proceso de descomposición es que ya afectó a los juveniles de la institución, quienes de incrédulos testigos pasaron a cómplices del descalabro. Complicado enderezar lo que crece torcido. Las funestas consecuencias de esta gestión ya han afectado el porvenir. Del presente, la masa societaria es responsable. ¿Y del futuro?


APOSTILLAS

Estado de sitio. Nadie imagina de lo que es capaz el excelentísimo señor presidente, y su fiel cofradía, para resguardar a la entidad de los ataques desestabilizadores. Así como los jugadores dejan la piel en la cancha, él está dispuesto a todo con tal de proteger lo que tanto sacrificio costó conseguir. Instalaciones blindadas y figuras evaporadas. Guerra sin cuartel.

Perdón divino. Los penitentes fueron en procesión a pedirle indulgencia a la santísima virgen. Infelizmente no convencieron ni a los mendigos sentados en la puerta. El parodismo obsecuente puso todo su esfuerzo en difundir la movida pero los efectos no fueron los esperados. Dicen las malas lenguas que el cura anfitrión los despidió haciendo los cuernitos. ¡Dios te salve!

Al fin una. Era hora de que se les encendiera la lamparita a los asesores letrados que llevan adelante la defensa de los herejes. Dar a conocer una presentación judicial un viernes, contando con la falta de actividad del fin de semana, fue una pegada. Lástima que el vaho no alcanzó a su señoría, quien se está haciendo un festín con los términos de la misma. ¡Guardiaaa!

Guapo del novecientos. El maestro quiere un "tête à tête" con el primer mandatario para poder preguntarle de todo sobre el tema de la sagrada imagen, accidentada por culpa de la desidia de funcionarios ineptos que descuidan el mantenimiento de las redes viales. Ante sus íntimos prometió, si alcanza el objetivo, ajustarse los pantalones para evitar malos entendidos. Misión imposible.

domingo, octubre 23, 2011

Irrecuperable

Públicamente ha reconocido no saber nada de autovilismo, ni de tenis, ni de rugby, ni de boxeo; sin embargo, camina las calles de la cordial ostentando el rótulo de jefe de deportes del pasquinejo vernáculo. Al parecer, lo suyo ni siquiera es el fútbol. El descrédito en el que bracea no es un descubrimiento reciente, la novedad es que hoy día nadie lo pone en duda. Su última muestra de desprecio por el oficio plantea un par de interrogantes. Los espacios en los cuales opera ¿aceptarán silenciosamente el escarnio al que están siendo sometidos por el impúdico servilismo que practica? ¿Estuvieron al tanto y avalaron la descarada maniobra que procuró llevar a cabo? Porque ya no se trata de salvar el pellejo de una dirigencia y un plantel mentirosos -eso está en manos de la justicia-, lo grave es la maliciosa intención de estafar a la opinión pública.

En una época donde está tan de moda el parodismo militante, este personaje de pocas luces, que cree que en la comunidad donde se mueve no necesita ilustrarse, ni superarse, que maneja un vocabulario estrecho y conceptos básicos, deslizó, rapidito y al pasar, en el éter donde despunta su vocación de tapete, que "adherir a un proyecto no es ningún pecado". Debería entonces, proclamarlo abiertamente, dejar de lado el engaño cotidiano, calzarse la camiseta oficial de quien engrosa su cuenta bancaria todos los meses y de ahí en más, emitir opinión como agente de prensa a sueldo de la falsa pertenencia. Si su falta de dignidad se lo impide, sus superiores deberían tomar la decisión de coronar sus opiniones con la leyenda «espacio de publicidad». Como para evitar que todo un medio, por más mediocre que sea, entre en la categoría de deshonesto.

De todas maneras, algo positivo puede rescatarse de esta oda a la estupidez humana. Quedó expuesto. Inclusive ante quienes lo consideraban por sus años en los medios y su imagen bonachona. Sería bueno saber, más allá del costado económico, por qué es tan fácil cruzar el umbral que impone la ética para desbarrancar sin temor a perder lo que tanto costó construir. El periodismo es información pura, pero también es cuestionamiento y crítica. Quien recibe compensaciones por publicar o suprimir determinada realidad se transforma en un mercader de noticias. Imposible salir indemne de semejante vileza. Este contubernio también dejó en evidencia a los actores que se pretendió encubrir. El hereje, el excelentísimo señor presidente y sus impares de comisión directiva, el cuerpo técnico y los jugadores. Si hubiera sido a propósito no habría salido mejor. La deformación, tarde o temprano, pasa factura.

miércoles, octubre 19, 2011

Ardiendo en el infierno

La falsa pertenencia miente. El conductor miente. La muchachada miente. El parodismo prostituto miente. Y en la cancha, el fútbol se encarga de revelar la única certeza. Sus formas tan puras no dan lugar al relato cambiado. La mirada atenta de miles destroza cualquier intento de cosmética interesada. Colón, a pesar de su cuarto puesto, no juega a nada y, paradógicamente, su propia gente se ha transformado en el crítico más acérrimo de este escuálido presente. No sólo por esa sensación de fraude ideológico que invade el campo de juego cada vez que la sangre y luto sale a disputar los puntos, sino por el maremoto de desaguisados que últimamente se empeña en golpear las cálidas costas de la pasión.

Después de dos semanas de supuesto trabajo, de retoques varios y de una formación titular de neto corte defensivo, con siete marcadores en sus líneas, el cuarto empate consecutivo muestra una realidad incontrastable. Sobrevivir es la consigna, bajo el amparo de la mediocridad generalizada. Mientras tanto, las oportunidades siguen su derrotero esquivo y la ambición arrumbada en el arcón de los recuerdos. Aunque algunos vean orden donde hay pavura, verticalidad donde hay escasez de ideas, agresividad donde hay descontrol, unidad donde hay conflictos subyacentes, inteligencia donde hay incapacidad. A esta altura del torneo, ninguna palabra puede ocultar lo que fecha tras fecha queda crudamente expuesto ante todos.

La realidad, por donde se la mire, está golpeando la puerta del caos. Con la farsa hecha carne, la institución sufre uno de los peores momentos desde que el excelentísimo señor presidente apoyó sus asentaderas en un sillón unos cuantos números más grande. Hoy, a la luz de los últimos acontecimientos, cualquier duda respecto de la calidad de la gestión ha sido despejada. Un puñado de arribistas que para alcanzar sus particulares objetivos necesitó barras y medios pagos, una buena dosis de parafernalia y una masa societaria acorde. Habrá que ver hasta cuándo podrán esconderse bajo el ala de un todopoderoso acabado, si es que los resultados no consiguen salvarlos del oprobio que cruzó las fronteras. Todo llega.


APOSTILLAS

Apurando el trámite. Especialista en mentiras y engaños, autorizó primero, encubrió después y ahora no sabe cómo sacar los pies del plato. Mientras el nombre de la entidad resulta vilipendiado a lo largo y ancho del país, el ladero más fiel del don se encuentra abocado a acelerar los tiempos para ganarse un puestito bien remunerado lejos de la cordial y que de la hecatombe se haga cargo otro.

Leña al fuego. Los últimos comunicados oficiales dados a conocer a través de la página web plantean un interrogante. ¿Quién los pergeña? ¿El enemigo? Si los cráneos pertenecen al departamento jurídico del club, cabe suponer que se trata de egresados de la misma camada del primer mandatario. Otra alternativa, un asesor pirincho muy trucho. El honorable magistrado, agradecido.

Parte médico. Al término del encuentro el técnico fue interrogado sobre el estado físico del hereje que vive perseguido por las lesiones. "Vamos a ir evaluándolo día a día", dijo respecto del adicto a curranderos y manochantas que hasta hace pocos días, al decir del chupalerche primero en los medios en que opera, volvía a la titularidad en excelente estado. ¿Y si consultan con el vidente?


Oferta de temporada. Un artesano casi ciego, con una memoria frágil, que no sabe quién lo contrató, que exigió absoluta privacidad y que trabaja en un lugar desconocido, le dio una "exclusiva" en la que mostró la restauración a punto de concluir. Su «modus operandi» es siempre el mismo. El directorio está pensando en una nueva suspensión. No hay que confundir mensajero con mercenario.

miércoles, octubre 12, 2011

Recalculando

Con la institución en virtual acefalía, el abnegado conductor aprovecha el receso para trabajar en un cambio de esquema. Busca mayor funcionamiento, contención y posesión; o sea, lo que no ha podido encontrar desde que se hizo cargo del primer equipo, hace veinte fechas. Mientras los torneos pasan y el fútbol sigue siendo el gran ausente, la dirigencia se esfuerza en atizar un transcurrir intrascendente, distrayendo a las carnívoras fieras con alimento balanceado. Por el momento, la única certeza parece correr de la mano de la justicia, enfrascada en encauzar la investigación del acto más bochornoso de los últimos tiempos, aunque los protagonistas insistan con la madeja de mentiras que supieron entretejer para tapar el producto de una superchería digna de ignorantes.

Para no perder la costumbre, y en pos de sembrar en tierra fértil una oleaginosa transgénica en lugar de productos orgánicos, el parodismo prostituto lanza cortinas de humo. Primero fue una hipotética convocatoria del goleador histórico a la selección local; después, el anuncio de la vuelta del hereje en excelente estado; ahora, una poción mágica que aceleraría el regreso del nuevo ídolo de multitudes. Todo vale para no hablar de los problemas intestinos en la barra -sólo mencionan los que tienen como protagonistas a violentos del otro lado de la autopista-; de la imagen destruída -hecho que, cuales apóstoles descreídos, no les consta-; de las renuncias en la comisión; de los socios agredidos en la platea; de los colegas discriminados; de las incorporaciones que no figuran ni a placé o de las inferiores improductivas.

A todo esto, el referente histórico salió a poner la otra mejilla en un intento por calmar los ánimos y en apoyo del devaluado entrenador. Imposturas que no pueden ocultar la onda expansiva que se está engendrando dentro y fuera de la cancha. Si no demuestran con juego lo que expresan por compromiso, difícil que puedan parar el repudio generalizado, del que ya probaron un sorbo. Por el lado de la oposición, por estos días movilizada en compartimentos estancos, debería evitar convertirse en presa fácil de los delincuentes de guantes blancos. Y el líder, retomar el liderazgo sin ambages, porque quienes parlotean sin conocimiento de causa -gracias a la gratiudad del aire- son los mismos que avalaron la falsedad ideológica de la presente gestión. En la lucha por los puntos, perder uno a cero es lo mismo que perder por goleada.

martes, octubre 04, 2011

La ira de dios

Y un día las gradas se hicieron sentir. La justicia popular dictó sentencia, encontrando culpables a los acusados. El excelentísimo señor presidente, el conductor del grupo, la sacrificada muchachada y hasta los socios caracterizados que desinteresadamente amenizan el espectáculo. Ni lerdos ni perezosos, los condenados al escarnio público pusieron en marcha la apelación. En el mismo vestuario se cocinó la estrategia. Peligrosa, pero estrategia al fin. Los reos coincidieron en pagar con la misma moneda y contraatacar con munición gruesa. La culpa de todo la tiene la afición. Desagradecida, impaciente, exagerada, cruel, demasiado exigente, ciclotímica, intolerante, politizada y más. Para reforzar el plan, eligieron la victimización. Buena gente, comprometidos con la causa, protagonistas del torneo y, en cuanto al rendimiento, similar al resto.

Aunque el parodismo prostituto diga que no entiende lo que pasa, este clima es producto de lo que ha generado la falsa pertenencia a lo largo de sus años de gestión. El aval conseguido en las urnas alcanza el estatus de minúsculo cuando casi treinta mil almas sacan a relucir lo que siempre estuvo latente. El domingo quedó claro que nadie ignora el papel que juega en este presente cada uno de los involucrados. Determinadas cuestiones pueden pasarse por alto cuando el embeleso está en su apogeo y los resultados, en cierta medida, acompañan; sin embargo, contra el desgaste no hay antídoto. Las mentiras, los malos manejos, la defensa de intereses personales, la complicidad, la compra de voluntades, socaban cualquier intento de omnipotencia perpetua. A veces el proceso es lento, según la capacidad de los actores; pero la descomposición, irreversible.

Lo cierto es que si deciden la continuidad del ciclo, se arriesgan a que en el próximo encuentro de local, el descontrol diga presente, ante los ojos de miles, en vivo y en directo. Los estados alterados del domingo fueron sólo un aviso. No alcanza con el respaldo de los jugadores, quienes, extraviados en su propia irrealidad, pretenden erigirse en soldados de un credo que no les pertenece; no alcanza con la ratificación de una comisión dividida; no alcanza con la avanzada antimotines; tampoco alcanza con las patéticas opiniones pagas. La capacidad no surge por generación espontánea ni se disimula con ortopedia barata. Llegado el momento, cuando la sangría deje de ser una amenaza, en medio de la vorágine del sálvese quien pueda, nadie va a tener en cuenta el cuero del mártir que decidió inmolarse, confiado en la sinceridad de la palmada en el hombro.


APOSTILLAS

Blindaje de seguridad. Esta vez no fue un grupúsculo, ni unos cuantos, ni un sector, fue casi todo el coliseo juliogermano el que entonó a coro las estrofas que más deprimen al primer mandatario. Para conocimiento de los oportunistas, la mano derecha del don está muy firme en su puesto, decidido a defender la "gobernabilidad" con el respaldo irrestricto de sus impares de comisión directiva y alguna que otra ayudita extra.

Siempre listos. Los reclutas del impresentable vice están trabajando a destajo. Tareas de inteligencia, infiltrados, golpes comando y la logística más avanzada a disposición de la fuerza encargada del mantenimiento del orden. La misión de tener a todo el mundo a raya no distingue sexo, edad ni raza. Tampoco están exentos los ex dirigentes, mucho menos el parodismo crítico. A cada chancho le llega su San Martín.

Récord de ventas. El quinto capítulo del "best seller" charrúa rompió el mercado; sin embargo, no todos quedaron conformes con el giro que tomó la trama. En la mayoría caló hondo el llanto cúlmine, una joya del género; los menos, escépticos recalcitrantes, coincidieron en que el recurso resultó poco convincente. De todas maneras, sólo los elegidos logran, en sólo ocho minutos, movilizar sentimientos tan encontrados. Continuará.

Operación criollita. Cuando la cosa se pone espesa siempre aparece la posibilidad de cambiar los ríos por el desierto, inclusive en pleno desarrollo del torneo. Sus serviles lacayos ya lanzaron la primicia, aunque evitaron especificar las razones. Las malas lenguas que nunca faltan aportaron lo suyo. Desavenencias de todo tipo y a todo nivel. Un ídolo no puede, ni debe, dejar que su imagen sea arrastrada por el fango. El que avisa no traiciona.

sábado, octubre 01, 2011

La excepción a la regla

No todo pasa. Algunas cosas quedan. Tal vez las más impensadas. Ninguno de los protagonistas del último desaguisado imaginó las consecuencias. Tan acostumbrados a engatusar a la masa aplaudidora, no tuvieron en cuenta a quiénes podrían afectar con la picardía. Y ahora, dos potencias han tomado partido en la cuestión para sacarle la careta a los que en nombre de los colores se creen impunes. La iglesia, por razones obvias, y la justicia, convocada por un particular interesado, irrumpieron en la escena. Una consideró el hecho un "agravio", la otra, si avanza, podría determinar la comisión de un "delito". Debido a la magnitud que cobró el tema, no habrá pedido de disculpas que valga, quienes mintieron deberán hacerse cargo.

Por lo pronto, el impulsor de la trastada saltó, de golpe y porrazo, al primer lugar en la lista de estigmatizados. Bajos rendimientos futbolísticos, extrañas y largas dolencias, sospechado de líder negativo y encima ideólogo de una movida que podría generarle graves problemas a la institución. Demasiado para una sola persona, cuyo nombre hoy decora un par de paredes de la cordial. Sus compañeros, cómplices de la apócrifa trama -aunque intenten ensayar el papel de pobres ofendidos-, tampoco la llevan de arriba. La afición los tiene a todos entre ceja y ceja por la mezquindad que muestran dentro del campo de juego. Si el domingo no le dan una alegría, desde los cuatro costados del coliseo juliogermano atronará la ira de los justos.

Pese a que las gradas disienten en la periferia del asunto -imagen sí, imagen no-, el papelón de alcance nacional está fuera de discusión. Todos se sintieron afectados por las repercusiones que ubicaron a la entidad en una posición vergonzosa y coincidieron en el aroma a desmanejo que reina en el club; lamentablemente en ese orden. Así las cosas, los cráneos dirigenciales que permitieron la profanación confiados en el lema de la falsa pertenencia, y que en un primer momento azuzaron la farsa sin un mínimo de pudor, no saben cómo salir del atolladero. La mentira evidente y la tomada de pelo a la jerarquía eclesiástica en particular y a la comunidad en general, dejan lugar a un solo interrogante. ¿Corresponderá la divina o la terrenal?

miércoles, septiembre 28, 2011

Como caído del cielo

Desde que se puso en marcha la "apuesta", la consigna fue zafar a bajo costo. Nunca estuvo en la mente de los ideólogos aspirar a algo importante. En lo que respecta al primer mandatario, por ejemplo, el objetivo siempre fue ganar tiempo; el necesario para sembrar y cosechar en beneficio propio. En cuanto a los obsecuentes, sacar algún tipo de tajada. El premio, de acuerdo al compromiso asumido, resulta considerable, aunque la centenaria institución sólo haya crecido en estructura y su cada vez más numerosa masa societaria acumule frustración. El costo, mínimo para los inefables cráneos, puede resumirse a la falta de credibilidad; cuestión que los tiene sin cuidado. La opinión de la masa nada pone en riesgo, salvo hecatombe total.

Hasta ahora, la sumatoria de puntos mantiene el "proyecto" a flote, aunque los reclamos sigan su camino ascendente porque en cancha es difícil tapar lo que con cháchara se estira como chorizo de plastilina. El que pone la cara habla -cada vez suena más incoherente- y en su jerga acostumbra repetir tres palabras clave. "Funcionamiento", "contención" y "posesión" siempre están presentes en su discurso; sin embargo, a la hora de los bifes, brillan por su ausencia. Si bien en esta oportunidad el empate cobra valor por la calidad del rival, está claro que el barco navega sin brújula. La falta de conducción es tan evidente que provoca exasperación hasta en quienes estuvieron de acuerdo con el ascenso a primera división de quien nunca debió salir de la reserva.

Los protagonistas merecen un párrafo aparte. Promediando el torneo, algunos no sólo deambulan por el campo de juego como perdidos en el espacio, también arrastran un estado físico lamentable. Razones, varias. Edades avanzadas, poca contracción al trabajo, pretemporada inexistente y un pequeño detalle que muchos pasan por alto. El lugar de entrenamiento no es apto para la práctica intensiva de un plantel profesional y por ende los cómplices del hecho no quieren arriesgar lo poco que se guardan para el día en que se dirimen los puntos. La connivencia se extiende a lo que consideran una tácita acefalía técnica, por lo que hacen y deshacen, adentro y afuera de la cancha, confiados en su peso específico y en el auxilio sobrenatural. Mientras tanto, el sabalé suma, huérfano de fútbol.


APOSTILLAS

Futuro asegurado. El acólito más devoto está preocupado, y ocupado, en temas que involucran a su padre putativo. Cualquier cosa menos resignar su parte de la herencia, que cree garantizada gracias a su interesada obsecuencia. Por lo pronto, ya oficializó sus apetencias personales con cuatro años de antelación, aunque confiado en la dinámica de lo impensado. Primero en la línea sucesoria, si se da el histórico renunciamiento.

Crionización virtual. La afición anda consternada. La web oficial parece sumergida en nitrógeno líquido a la espera de que los avances científicos posibiliten su reanimación en el corto plazo. ¿Existirá algún tipo de cortocircuito entre el par de "amigos y colegas" que lleva adelante la abnegada misión de actualizar contenidos? ¿Se habrán acabado los víveres? ¿O con visión de futuro, estarán abocados a la candidatura?

Cuarto capítulo. El cuento charrúa sigue sumando páginas. Según dispusieron los autores del "best seller", al reacondicionamiento le sucede la etapa de preservación. El olor nauseabundo que desprende el tema tiene seriamente afectado al parodismo obsecuente, que pasó de llenarse la boca con el sonoro apellido a soslayar la cuestión. Unas míseras líneas de compromiso y a pergeñar el siguiente episodio.

Limpieza energética. El desmontador oficial de imágenes religiosas está analizando su siguiente movida. Dado el mal momento que aqueja a quienes vistieron la celeste y blanca, sin distinción de categoría, tiene pensado solicitar un trabajito abre caminos. Y como hay blanca, también hay negra. Así que atención los "mala leche", para ellos también puede haber. Se viene una protección contra influencias negativas.

jueves, septiembre 22, 2011

Circo sobre hielo

Cuatro días duró la ensoñación que embriagó al mundo rojinegro luego del último triunfo de visitante. En el ocaso del pasado viernes, y con el ánimo por las nubes, los protagonistas se deshicieron en elogios hacia sí mismos. "Este es un equipo de hombres y vamos a pelear en cualquier cancha", dijo el goleador histórico en la ocasión. "Siempre jugamos ordenaditos", aportó el guardameta, afectado por una especie de extraña amnesia. "Hicimos un partido inteligente", cerró, satisfecho, el entrenador, entre vítores dirigenciales. Incluso hubo tiempo para elogiar, dándolo por recuperado, a delantero venido a menos, autor del tanto de la victoria. Noventa y seis horas después, las palabras suenan vetustas y en el campo de las realidades sólo queda el sabor amargo de la sinrazón.

Mientras las gradas buscan respuestas que mitiguen su decepción, los protagonistas emiten un comunicado inverosímil, conectados a una dimensión desconocida. Si en lugar de demostrar compromiso con un objetivo, y aprovechar la oportunidad para afirmarse como conjunto con aspiraciones, se muestran presos de una maraña de mentiras tejida dentro de su propio seno, difícil hallar el rumbo. La mendacidad es un mal que corroe y se extiende sin control como dolencia incurable. Puede dar réditos temporarios, puede ayudar a posicionar figuras en un ámbito sin valores, pero tarde o temprano sus efectos devastadores aniquilan sin piedad. Cuando la afección invade órganos vitales, no hay terapia que surta efecto. Al respecto, las estadísticas son implacables. La única esperanza es la prevención.

Así las cosas, con el primer mandatario en estado vegetativo, su séquito anestesiado por interés, el personal bajo contrato infectado por el virus del dale que va sin control y el parodismo prostituto tapando la epidemia, no habrá fuerza superior que detenga el trágico desenlace. Tarde o temprano, la verdad será revelada y todos quedarán expuestos. Ya le pasó a unos cuantos, aunque la espera haya sido larga. Ocho, catorce o treinta años. Y hasta con títulos incluidos. El tiempo es implacable, como las enfermedades terminales. Lo triste, en todo caso, no es el final, sino esa compulsiva predisposición a la reincidencia. No por nada el sabio acervo popular insiste en afirmar que el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra. En la paciencia está la respuesta.


APOSTILLAS

Acto penitencial. Más allá de la autopista crecen los rumores de una coronación anticipada. Sin embargo, y aunque al excelentísimo señor presidente le gustaría ocupar las tapas de los medios en función del cotilleo porteño, su caripela anda dando vueltas por un sacrilegio. La bola se ha hecho tan grande que ni siquiera el famoso "todo pasa" la puede parar. De pensamiento, palabra, obra y omisión.

Domador de fieritas. Al disciplinador de socios caracterizados se le está escapando la tortuga. Incidentes con exhibición de armas blancas en la tribuna norte y arrebatos en las inmediaciones del estadio preocupan a socios y simpatizantes. Se ve que el impresentable vice anda ocupado en temas más importantes, como, por ejemplo, satisfacer los gustos de los referentes, que van desde cuestiones de irrigación hasta esotéricas.

Mucha oración. Extremadamente ofuscado se mostró el vocero mudo al ser consultado sobre el tema del momento. "Se están diciendo muchas mentiras, el plantel está llevando a cabo la restauración", vociferó para los micrófonos de la emisora universitaria. "La institución emitió un comunicado y nadie se tomó el trabajo de leerlo", apuntó disgustado por la falta de reconocimiento hacia su desinteresada labor. ¡Injusticia!

Había una vez. Muy lindo el cuentito del delantero desgarrado que iba a recuperarse milagrosamente en tiempo récord. Más lindo todavía el del delantero restablecido que ocupa un lugar en el banco. Insuperable el del delantero en reacondicionamiento físico. La afición espera ansiosa el cuarto capítulo de la fábula charrúa. Entre equipo médico, cuerpo técnico y asesores pirinchos algo se les va ocurrir para la próxima.

lunes, septiembre 19, 2011

Un kilo y dos pancitos

En medio de un clima institucional enrarecido, la muchachada se da el gusto de iniciar el camino hacia la identidad con un par de triunfos consecutivos. No interesa demasiado si de visitante se impone un estilo emparentado con lineamientos de otra categoría. Lo importante es sumar para ganar en confianza mientras el equipo -como supo interpretar un prócer contemporáneo- se acomoda solo, aprovechando un contexto en el que la mediocridad ha echado raíces para beneficio del que sepa usufructuarla. La idea, presionar desde el inicio, asestar el golpe y defender la ventaja a la espera de un contragolpe definitorio, parece ir tomando forma, apoyándose en las características de los intérpretes mientras el técnico hace las veces de espectador privilegiado.

Por lo pronto, la sumatoria de puntos entusiasma a la afición, que decidió guardar en el congelador los cuestionamientos al entrenador y los insultos al primer mandatario a la espera del desarrollo de los próximos sucesos. El papelón sufrido en la cuarta fecha no pasará, como pretende la falsa pertenencia, tan fácilmente al olvido. La herida quedó abierta y compromete por partida doble a los protagonistas con vistas al futuro. Teniendo en cuenta la poca confianza que inspira el conductor, ante el primer paso en falso, el coro de descontentos volverá a la palestra. Si mejora el rendimiento, si se afianza en los primeros puestos de la tabla, si se transforma en protagonista del torneo, la circunstancia actuará como bálsamo contra el dolor aunque nunca como elixir sanador.

El próximo capítulo representa una oportunidad para demostrar el grado de ambición. El rival a enfrentar es de los más flojos del campeonato y de local no debería significar un escollo infranqueable. De todas maneras, y en caso de que los resultados sigan la ruta de la buena estrella, las exigencias irán creciendo. Las gradas sangre y luto, si aparece en escena la garra, van a demandar calidad. Una sin la otra no tendría asegurada la existencia. Ambas, como reza el himno, se complementan y potencian. "Hicimos un click luego del clásico, no sólo en lo deportivo sino también en lo humano y en lo colectivo", dijo el eterno «ito», una vez concluida la tarea con viento a favor. El desafío será sostener el norte y mejorar el rendimiento para que todos los involucrados sigan asumiendo la patria postestad de las victorias.


APOSTILLAS

Alto handicap. No decae la estrategia de las buenas nuevas, aunque algunas se vean opacadas por escándalos generados por malintencionados. La última involucra a un jugador de polo a quien el excelentísimo señor presidente le ha ofrecido la gerencia deportiva. Dicen los que saben que la respuesta afirmativa sería inminente. A prepararse porque se vienen incorporaciones de pura sangre.

Rebelión hereje. Durante la previa, las huestes del maestro deschabaron una sublevación encabezada por veterano defensor, conspicuo «habitué» de videntes y manochantas. Según informaron, el desmontador oficial de imágenes religiosas "increpó" al tesorero por incumplimientos varios luego de la última victoria de local. Los infractores están avisados, guarda con el gualicho.

Punto muerto. El emblema del equipo pierde influencia. No estuvo de acuerdo con el sacrilegio que, igualmente, se llevó a cabo; no portó la voz cantante en el último reclamo y ahora están a punto de birlarle el puestito de mánager. Decepcionado, empieza a olfatear que la traición lo anda rondando. La sociedad más fructífera de los últimos tiempos parece caminar por la cornisa.

Ratones saltarines. Aprovechando su ausencia, el pasquinejo vernáculo publicó una nota por la que mereció una reprimenda de parte de quien le solventa los gustos a cambio de olímpicas arrastradas. La exhaustiva investigación acerca del trágico destino de la virginal víctima, no cayó nada bien en los cráneos dirigenciales que, si no maquillan el delicado asunto, van camino a la excomunión pública.

lunes, septiembre 12, 2011

Condena en suspenso

Gracias al triunfo, unos cuantos salvaron el pellejo. Tras el descalabro que generó la derrota más dolorosa de los últimos ocho años, dirigentes, cuerpo técnico y jugadores hallaron un poco de alivio al cabo de noventa minutos de mucho tesón y algo de fútbol. Como ya se ha hecho costumbre, una vez acallada la nonagésima crisis con una sentencia favorable, aparecieron las dos caras de la moneda. Los desmesurados de siempre coincidieron en ver el despegue definitivo hacia grandes proezas mientras que los del lado opuesto le jugaron unas fichas a la teoría de la respuesta pasajera. Lo cierto es que la producción de la muchachada pareció una reacción en busca de inmunidad contra la crítica despiadada antes que una recuperación con fines serios y ambiciosos.

Al igual que las peores tragedias, determinados resultados no son producto de una sola causa. El clima previo, las amenazas de cánticos poco agradables, desataron una paranoia que los protagonistas decidieron capitalizar para darle un corte, por lo menos momentáneo, a la vorágine negativa que los mantenía presos en su propia jaula de cristal. Ni los supuestos atenuantes, que con tanto ahinco hicieron circular los obsecuentes durante la semana, en un denodado esfuerzo por blindarlos contra el terrorismo mediático, sirvieron para calmar la pesada atmósfera que terminó envolviendo su estrecho mundo. La tibieza del rival también hizo su aporte. Para aderezar con doble condimento la definición, una advertencia los puso en estado de alerta y movilización.

El negocio bien entendido por todos tiene estas cosas. Una victoria tranquiliza a las fieras y sitúa en pausa los arrebatos desestabilizadores de una calma que hace equilibrio aferrada a la baranda de un puente sobre aguas turbulentas. Así encuentra traducción el castigo que acecha a la falsa pertenencia. Quemados los fuegos de artificio, el crédito parece en vías de extinción; sólo hace falta un paso en falso para que la masa le caiga con el peso de la paciencia agotada. Estos días fueron una muestra de lo que podría desatarse si, en la cancha, el fútbol se niega a aparecer. El primer mandatario tendrá que agudizar el ingenio para mantener el barco a flote porque los espejitos de colores ya no engatusan a nadie. Con la mentira institucionalizada, difícil que el cielo ayude.


APOSTILLAS

Sin pudor. Con la subestimación como bandera, el excelentísimo señor presidente salió a explicar lo inexplicable, pero como el perímetro de la entidad ya le queda chico, esta vez incluyó hasta la curia eclesiática. La facilidad con la que supo manipular voluntades lo ha ubicado en un pedestal desde el que se cree capaz de extender su influencia hasta el infinito. Ojota con la factura.

Hipocresía al palo. Algunos renuncian avergonzados por decisiones que dañan su sensibilidad religiosa, sin embargo miran para el costado cuando de deshonestidad dirigencial se trata. Al parecer, el retiro de una imagen afecta más que las certezas de un cambio en el nivel de vida de quienes dejan jirones de su humanidad por el club. Los que amagaron la tienen más clara.

Sinceridad brutal. Con una mueca risueña en su rostro, el volante enfrentó las cámaras y dio su parecer respecto del tema que traspasó las fronteras provinciales. "La pondrán donde quieran los dirigentes que son los dueños del club", señaló, blanqueando lo que todos los socios saben pero prefieren soslayar. Como le pasó a más de uno, cuando lo asuman, probablemente sea tarde.

Para que tenga. Tangencialmente, al desertor le pegaron de todos lados, pero el más duro fue el goleador histórico, quien afirmó que el virginal barullo lo armó "gente malintencionada que habla pelotudeces". Este es el mensaje, que brota desde adentro, para los que en el futuro pretendan renunciar a la causa y, una vez idos, hablar mal del régimen. A pensarlo dos veces.

domingo, septiembre 04, 2011

Atropello a la razón

Luego de la hecatombe, el entrenador, en consonancia con los lineamientos impuestos por esta gestión desde su arribo a la entidad, comenzó a construir su propio relato. Durante la semana, exhibió las primeras muestras. Dijo sentirse "bien, entero y convencido" para revertir el mal momento, destacó "la identidad" (¿¡!?) que supo mostrar el equipo en las primeras tres fechas y anticipó que "antes de hacerle un daño a Colón doy un paso al costado". Una vez finalizados los noventa minutos más oprobiosos de los últimos tiempos, afloró en su fuero íntimo "un orgullo y una satisfacción enorme" por "el sentimiento, valentía, coraje y entereza" de la muchachada para rescatar un empate de visitante, jugando un fútbol lacrimógeno. Curiosas interpretaciones de una realidad que avergüenza a la afición. En el cierre, un toque de victimización coronó la oratoria post partido.

Con la energía puesta en la defensa del ciclo, en su comentario final, el chupalerche primero dio una clase magistral de parodismo interesado tirando sentencias tales como "el duelo lo superó rápidamente" y "ganó el partido de la cabeza". Entretanto, en el pasquinejo vernáculo se despachó con un imperdible panegírico al comprometido conductor que, según su particular visión, lucha y se desangra por la fe que lo empecina. Un claro mensaje a la masa sangre y luto. Nadie debería ser tan desagradecido, ni malintencionado, como para cuestionar al atormentado y sufriente mártir, que está dejando jirones de vida por la entidad que lo parió. No llama la atención que el único respaldo público haya partido de la pluma más comprometida con la falsa pertenencia, voz autorizada para suplantar a los responsables que todavía no se animan a sacar la cabeza del hoyo.

Un esfuerzo que parece en vano. El descalabro en el que está inmerso el plantel, incluidas las lesiones, los estados físicos deplorables y los mentales alterados, pintan un panorama bastante aciago de cara al futuro. Si en el próximo compromiso la derrota vuelve a ser protagonista, el vestuario corre riesgo de colapsar, porque los ánimos hace rato que andan de paseo por la cornisa. Los adláteres de este desaguisado son conscientes de la falta de conducción, pero su manifiesta complicidad los obliga a ponerle el hombro a la situación hasta que la tabla de promedios dispare las luces de alarma. Llegado el momento, la guerra de reproches no dejará títere con cabeza, aunque demasiado tarde para revertir un nuevo fracaso. Si los empates logran mantener a flote la "apuesta", la historia continuará sin cambios sustanciales. Y las aguas de la mediocridad seguirán bañando las costas de la ilusión.


APOSTILLAS

Desaparecido en acción. El excelentísimo señor presidente sigue sin dar señales de vida. El peor momento futbolístico encuentra a la institución en piloto automático y sin figuras que escuchen los tibios reclamos de una comisión directiva que está pintada. Al parecer, los que miran la fiestita de afuera pretenden un golpe de timón; los que la disfrutan, no ven motivos para modificar la hoja de ruta. ¡Faltaba más!

El transportador. Según informó un parodista vernáculo durante la previa, cinco micros partieron de la puerta de la sede para acompañar al equipo, y levantarle el ánimo, después de la hecatombe. Especial atención puso el impresentable vice en decorar la tribuna visitante con un apoyo fuera de lo común para semejante día y horario. La movida de cientos de socios caracterizados fue pergeñada para un veloz borrón y cuenta nueva.

Rápido y furioso. La oposición patrocinó una convocatoria de descontentos para hacer catarsis. Mientras socios, hinchas y simpatizantes sigan durmiendo el sueño de los atolondrados, está claro que el rumbo no va a cambiar. Al primer mandatario no le interesan los reclamos de su propios impares dirigenciales, menos las propuestas que la contra intente presentar, aunque sea por intermedio de terceros que se autoproclaman como "apolíticos".

Daño colateral. Confeso encubridor de realidades ardientes -de esas que la mesa chica procura, a través de sus obsecuentes, ocultar- contestó con un risueño "hablemos en serio" cuando un colega le consultó sobre el rendimiento en reserva de un joven defensor que llegó como alternativa para remendar la última línea titular. Pasada la quinta fecha del torneo ya puede olfatearse el primer negociado del responsable de recolectar refuerzos.

martes, agosto 30, 2011

El final de la inocencia

El sol asomó para confirmar lo que anunciaba la previa. En su cenit, fue testigo del fervoroso andar de miles de incondicionales latidos hacia una celebración que presentían inolvidable. A medida que avanzó la tarde, su tibieza cobijó la decepción de un escenario incrédulo, al que no le quedó otra que enjugar la bronca con sus paños más preciados. El ocaso selló una jornada aciaga, de esas que invitan a la reflexión después de un golpe inesperado. Con los gritos ahogados, con el desconsuelo de quien cuenta oropeles herrumbrados, la noche cayó triste, acompañada de una certeza difícil de digerir pero contundente, como una matemática perfecta, desafiante de lo establecido, irrespetuosa en su génesis y desmesurada en el cálculo final.

Algunos dirán que no hubo coraje, otros que no hubo fútbol; algunos dirán que no hubo ambición, otros estrategia; algunos dirán que no hubo actitud, otros inteligencia. Los más, hablan de soberbia. Un preparado que incluye de todo un poco. Lo cierto es que la lección del clásico rival quedará grabada en las conciencias de una dirigencia profana, convalidada por mayoría societaria; en el historial de un plantel inflado, especialista en justificaciones de ocasión; en el curriculum de un cuerpo técnico inepto, manejable y manejado; y en las retinas de una parcialidad sorprendida en su buena fe, que no esperaba semejante veredicto. Si bien la derrota forma parte de las reglas del juego, la forma asestó la herida más profunda.

Reponerse de tamaña vapuleada será una empresa trabajosa, aunque algunos pretendan arroparse con un cobertor de amianto. Por lo pronto, y contra los pronósticos que la lógica impone, la renuncia no parece figurar en los planes a corto plazo. Quedó claro en la conferencia post partido cuando, vacunado contra el virus del amor propio, el entrenador asumió la responsabilidad y apuntó al optimismo para remontar el mal momento. El "proyecto" sigue firme; tal vez un tanto magullado, pero sólo hasta que el horizonte aclare por obra y gracia de la buena fortuna. Mientras tanto, los principales hacedores de este presente, se automedicarán con unas cuantas grageas de silencio reparador, a la espera de que las aguas retomen su cauce natural.


APOSTILLAS

Mal presagio. Empezó la semana en el ojo de la tormenta. Un alma en desgracia hizo su aporte al listado de epítetos que manejan algunos líderes porteños, aunque "hipócrita" podría encuadrarse entre los que menos lo afectan. Peor fue escuchar el «hit» del momento que le tarareó al unísono el coliseo juliogermano al término de la contienda. Ese tipo de melodías no sólo lo ponen nervioso, sino que lo deprimen. ¡Un poco de consideración!

Chupate esa mandarina. El mejor jugador de la cancha le dedicó especialmente la victoria. Aunque en los días previos, y a pedido de sus asesores de imagen, salió a aclarar que unas manifestaciones suyas, vertidas hace un tiempo, fueron "sacadas de 'contesto'", el palo lo recibió igual. En vivo y en directo, por la pantalla impúdica y ante millones de televidentes, su figura fue la destinataria de una zurra monumental. ¡Pegue que no duele!

Increíble pero real. La actitud menos esperada desconcertó a más de uno. Probablemente un dejo de envidia lo llevó a emprender el camino hacia el vestuario visitante para felicitar a los justos ganadores. Un conductor que supo cómo plantear el partido y unos intérpretes que dejaron todo en el campo de juego movilizaron su flanco sensible. Después de eso no le quedó resto para enfrentar las cámaras y hacer su descargo. ¡No le pidan tanto!

Titanes en el ring. Un energúmeno lo sacó de las casillas. Tanto, que amagó con quitarse los guantes para trompear al agresor verbal. No satisfecho con eso, lo esperó en la manga apuntándolo con el índice inquisidor y babeando de furia. Informe cantado por premeditación y alevosía. El día después hizo su descargo y pidió disculpas "a quienes se las debía". Menos mal que las gradas dieron el ejemplo que él y los orientales olvidaron encarnar. ¡KO técnico!

sábado, agosto 27, 2011

Arde la ciudad


La reedición del clásico, después de ocho años de espera, tiene a la afición en vilo. Como por arte de magia, el folclore, que a través del tiempo tomó el color de la ninguneada, cambió de tonalidad por unos días para convertirse en obsesión. Ganarle al eterno rival, con baile incluido, es lo que el mundo rojinegro espera con justificada ansiedad. En esta oportunidad no habrá caras de preocupación, el resultado viene cantado. La superioridad, en todos los sentidos posibles, no deja lugar a dudas. Aunque el parodismo vernáculo haya camuflado su acostumbrada liviandad conceptual con todos los lugares comunes que impone el caso, los noventa minutos que decretarán la supremacía de uno de los dos exponentes futbolísticos de la ciudad, antes de comenzar, ya tienen dueño. Sólo falta certificar los números definitivos en el campo de juego.

El tratamiento de la tradicional disputa, una vez demostrada la falta de creatividad de los medios domésticos para ofrecer una cobertura previa interesante, que incentive la participación responsable de los sectores jóvenes que perdieron la costumbre del choque entre las divisas y al disfrute del anecdotario que brinda la historia, con su consiguiente anclaje en el presente, por parte de las generaciones que superaron la fase del gorro, bandera y vincha, quedó reducida a un básico pedido declamatorio de paz y amor sin profundidad ni compromiso verdadero. Una muestra más de que el poder de la comunicación se ha llevado por delante a los vetustos exponentes del ambiente nativo, decididamente ineptos para aprovechar la tecnología disponible y bucear en la construcción de una sociedad mejor en ocasión de un acontecimiento convocante.

Por el lado institucional, en lugar de hechos concretos, prevaleció la impronta del excelentísimo señor presidente, impulsor de rúbricas intrascendentes para la gilada; mientras que el impresentable vice dio inicio a un operativo destinado a lavar su imagen pública con un discurso contemporizador -pretendida imitación, a todas luces berreta, de la verba de su mentor- desde la tribuna obsecuente. El propósito, torcer el concepto de quien no lo ve como candidato potable en la pelea por la sucesión, aparece emparentado con lo imposible. Así las cosas, las gradas se preparan para una celebración que será completa. Extender la mirada hacia objetivos más ambiciosos, superado un nuevo peldaño para la estadística, será el real desafío a partir de la próxima semana. Que el clásico no se transforme, a ojos de los mediocres, en un premio consuelo.

miércoles, agosto 24, 2011

Un paseo por la nubes


La afición ya está acostumbrada. Durante la primera parte del torneo, en algún momento, el sabalé aparece entreverado en los puestos de privilegio, amenazando con dar el batacazo y transformar el sueño de ciento seis años de vida en realidad; sin embargo, con el transcurrir de las semanas, las ilusiones van tomado otro rumbo hasta desvanecerse al ritmo de un equipo que quema todo el combustible en los tramos iniciales y termina la carrera con tanque vacío. Sostener el envión anímico inicial, consolidarlo con el afianzamiento de una formación equilibrada y un sistema de juego identificatorio en cualquier escenario, ha sido un desafío imposible de superar. Esta vez el triunfo vale más como previa de un cruce postergado por ocho años que como efímera escala en las altas cumbres de una tabla históricamente esquiva.

A poco de escuchar la campana de largada, la legión se dio cuenta de que, si apretaba las clavijas, podía, con facilidad, sumarse al lote de punteros de la fecha. Le costó cuarenta y cinco minutos de imprecisiones, frente a un rival que copiaba casi todo, pero sin resignar la ambición de ir al frente, tratando de aprovechar los innumerables errores que ofrecía en bandeja el bando contrario. Una vez en ventaja, gracias a las carambolas que suele brindar el juego cuando la presión atrona en la zona caliente, decidió repetir el libreto que tan pesado le cae a las gradas; paso hacia atrás y a cuidar el resultado. La incontinente pavura del técnico acabó por sellar un planteo cauteloso que casi termina en final no deseado. Cancha chica, tremendo desgaste para algunos físicos poco acostumbrados a sofocar al oponente. Repetir será la cuestión.

En el minuto noventa y uno, el abrazo heroico de los protagonistas trajo a la memoria postales anteriores. Las mismas que cobijan los buenos resultados. Semejantes escenas no hacen más que alimentar expectativas de un futuro promisorio. En ese mismo instante, es cuando el pasado reciente acude raudo a calmar cualquier exceso de confianza. Los altibajos que reinan en el fútbol vernáculo sólo dan lugar a la prudencia. Considerando que para Colón todavía es tiempo de dudas -no se sabe cuál será su formación titular, su rasgo distintivo y su proyección de cara al porvenir-, ancladas especialmente en el banco de suplentes, vale la trillada expresión del paso a paso. Lo único cierto es que para el esperado clásico, llega en inmejorables condiciones, por jerarquía individual, por estructura de conjunto, por trayectoria y por su gente. Excusas, afuera.


APOSTILLAS

No está feliz. El excelentísmo señor presidente quedó decepcionado cuando se dieron a conocer los nombres de la nueva lista celeste y blanca. Ningún convocado que lo enorgullezca y engrose las arcas a fin de año. De todos modos, espera que las velas que cada noche le enciende a la promesa subveinte lo mantengan alejado del bajo rendimiento y las lesiones, porque la usina del fútbol neonato-infanto-juvenil, aunque con kilometraje ilimitado, está acotada.

Sala de espera. ¿Qué pasa con la enfermería que cuando las lesiones son importantes, las estrellas emigran a consultar a otro lado? ¿Qué pasa con el primer mandatario que no hace valer el prestigio del cuerpo médico de la institución? A nadie se le ocurriría pensar que estos descansos obligados son la excusa perfecta para disfrutar de unas mini vacaciones. Como dijo el sapiente entrenador, "el compromiso no se negocia", ni siquiera en estado de desgarro.

Corazón partío. Sesenta y cinco minutos en cancha le alcanzaron para meterse a la afición en el bolsillo. En un tris, e irrespetuosamente, acaparó un espacio sólo reservado para el goleador histórico. Desde que irrumpió en escena, su nombre fue repetido más veces que el del inoxidable ídolo. Quiera la buena fortuna que la dupla consiga complementarse y no surjan problemas de cartel. Sabido es que al veterano veinte no le gusta la competencia directa.

Se'igual. En la previa, y con un dejo de malicia, un soldado del maestro corrió el velo de la picardía. Para llegar a la cifra histórica anunciada todavía faltan tres mil genuinos aportantes. "La info que yo tengo es fidedigna y de adentro", le espetó a un compañero de tareas que pretendió refutarlo al aire. Para el caso, es lo mismo; lo grave sería que la diferencia fuese mayor. Cualquier semejanza con los índices del modelo nacional y popular es pura coincidencia.

viernes, agosto 19, 2011

Envasado al vacío


Puso primera y amagó con llevarse a todos los muchachos por delante. Terminó marcha atrás, espiando por el retrovisor la indiferencia de su gente. El discurso del entrenador en cada previa suena a lección aprendida de memoria por un estudiante que aspira a zafar del reprobado con un miserable cuatro. Cayendo en todos los lugares comunes que dicta el manual del mejor fútbol, dice querer un equipo agresivo, con buen manejo de pelota, que ejerza mucha presión en la mitad de la cancha, equilibrado en todas sus líneas, que priorice el orden y jugadores versátiles que sepan interpretar el libreto. Los obsecuentes suelen emparentarlo con un ex técnico de la celeste y blanca como si de un discípulo dilecto se tratase; otros, lo destacan como estudioso, obsesivo y trabajador. Hasta ahora, sólo demostró calificar para aprendiz de mediocre.

Después del híbrido empate, en la conferencia de prensa post partido, la homilía se tornó nebulosa. "Me voy preocupado por el resultado pero satisfecho porque en el primer tiempo me parece que fuimos aceptables", divagó. Demasiado poco para una alineación de características ofensivas, que consiguió pasar al frente en el marcador gracias a un regalo del rival, que después decidió hacer tiempo y que planteó una estrategia mezquina para aguantar los cuarenta y cinco minutos finales en su propio "templo". Una mención especial merecen las lesiones que golpearon a tres protagonistas que no estaban aptos para encarar el compromiso. El feroz delantero había avisado con anticipación que no llegaba a los noventa, el veterano defensor fue incluido sin pasar el test del ciento por ciento y el seleccionado merecía descanso. Error tras error.

Los optimistas apelaron al trillado "esto recién comienza" para no entrar en la vorágine de la ansiedad descontrolada; los exigentes, ya empezaron a mascullar bronca con la magra estadística del técnico pegada en la frente. El conjunto está en formación y en manos de un conductor inepto y sin personalidad para poner en caja a un grupo desgastado al que se intentó remendar con un puñado de caras nuevas que recién está pispeando cómo viene la historia. De todas maneras el torneo se presenta interesante. Habrá que ver si las incorporaciones de jerarquía confirman en el campo lo que exhiben en los pergaminos; si podrán amalgamarse con justeza a los soldados del fracaso reciente; si la enfermería no estará más atestada que de costumbre; si los objetivos se tornarán comunes a todos los involucrados o si sólo quedarán en la mera declamación afectada.


APOSTILLAS

Bajo control. Dicen las malas lenguas que el primer mandatario quedó efervescente con el jefe de la cordial por lo que consideró falta de apoyo para con el evento continental. Esa habría sido la razón del desplante en la primera reunión logística previa al clásico. No obstante, el mejor presidente del país ya tiene todo friamente calculado, sin necesidad de perder tiempo en inútiles tertulias. Acordar un plus con la banda que anima la fiestita y santo remedio.

Adhesión multitudinaria. ¡Qué lindas son las buenas noticias que tapan los malos desempeños futbolísticos! En concordancia con la estrategia que tan exitosos resultados le ha dado en cinco años de gestión, la falsa pertenencia sigue haciendo historia. Veinticinco mil socios sirven para fundamentar el extraordinario crecimiento en infraestructura; pero atenti, comprar votos le va a resultar cada vez más caro. A generar ingresos se ha dicho.

Apoyo espiritual. Pudo saberse que en el entretiempo del primer partido del torneo, el asesor a tiempo completo del eterno «ito», entró al vestuario y arengó a la muchachada provocando un efecto pum para arriba. Todavía no queda claro cuáles son sus funciones como integrante del cuerpo técnico. Aunque la fórmula tiene la confianza del excelentísimo señor presidente, un grupúsculo de malintencionados susurra que entre los dos no hacen uno.

Poniendo los puntos. El goleador histórico defenestró públicamente a su compañero de ataque en el primer partido del torneo. Según dejó sentado ante cámaras, prefiere hacer dupla con alguien de característicias similares a las suyas. Concedido el deseo, no se lo vio demasiado feliz al término del encuentro; al parecer, no fueron de su agrado los arrestos de excesiva individualidad del ahora desgarrado. Líder hay uno solo, el resto acompaña.