miércoles, abril 03, 2013

Pasión, muerte y resurrección

No hizo falta que el interino pegara un par de buenos resultados para anclar en el puestito. Como la jugada se vio venir a varias leguas de distancia, la confirmación, en nombre del "proyecto", no se hizo esperar y llegó a través de la propaladora oficiosa, devenida en oficial para la ocasión. Y de golpe y porrazo, el cuerpo técnico se llenó de ñoquis caseros para que la formación de entrenadores -flamante chamuyo- corra paralela a la de juveniles. Para algunos, un gol de media cancha. Para otros, historieta repetida. Echar mano del ajado discurso de cabecera, una vez desestimada una veintena de nombres de todos los colores, tamaños y precios, sirve en la dura tarea de encubrir la miseria del pordiosero.

Así las cosas, el relanzamiento del paradigma autóctono vuelve a los primeros planos patrocinado por unos protagonistas sorprendentemente conectados con el nuevo ciclo en tiempo récord. No cabe duda que los hombres de la casa, amparados en una trayectoria ligada a la institución, tienen la virtud de transformar la flaqueza de espíritu en denuedo renovado; así como también la de manejar a la perfección el sentido de la oportunidad. Tocar la fibra íntima de la parcialidad, para conseguir un acompañamiento que les permita trabajar con desahogo por lo menos en los tramos iniciales del proceso, les sale de maravillas. En el peor de los casos, al momento de la despedida, el declamado compromiso no entrará en discusión.

De ahora en más, sacudida la modorra que llevaba seis fechas, con apenas un par de puntos en el bolsillo y un mustio lugar como cola de tabla, será cuestión de esperar la evolución del golpe anímico. Traducir al plano futbolístico la actitud que el entrenador destacó en el final no sólo implicará la obviedad del trabajo; recuperar rendimientos individuales, adquirir una identidad de conjunto, despabilar las responsabilidades dormidas, inculcar una idea y no morir en el intento, frente a los mañosos de siempre, son aspectos que van más allá de las buenas intenciones que suelen coronar cada comienzo. Mucho dependerá de los planes que tenga el plantel una vez oteado el panorama. Acostumbrado a los sucesivos fracasos, puede darle lo mismo la recuperación o el limbo permanente. 


APOSTILLAS

Doble hoja. A quienes dicen tener el trasero aseado los asiste la razón. Gracias a la centenaria entidad ya no padecen escasez, entre otras muchas cosas, de papel sanitario; lástima que todavía no esté disponible en el mercado un limpiador de conciencias. Venta de porcentajes de juveniles en la oscuridad más absoluta, descarada connivencia con la barra, ocultamiento de crisis económica. Con un rollo de cincuenta metros no alcanza.

Cancha inclinada. En determinados pasajes del encuentro no llegaba a dilucidarse quién estaba más interesado en el triunfo local, si las enfervorizadas gradas o el hombre encargado de impartir justicia. Si el primer mandatario se cree con autoridad para indicarle al parodismo vernáculo qué informar y qué no, no sería extraño que también se atreva a sugerirle al hombre de negro cómo hacer su trabajo. Los serviles del don tienen muchas prerrogativas.

Fascículo coleccionable. Por los corrillos del pasquinejo vernáculo todavía repiquetean los lamentos a granel. Abrir los comentarios en un descargo guarecido bajo el paraguas de la obsecuencia desvergonzada no fue una idea del todo acertada. Tanto al entrevistador como al entrevistado les dieron para que tengan y guarden. Entre carradas de epítetos irreproducibles, ni una sola voz asomó a favor. A veces tarda, pero la condena social, siempre llega.

Partícipe necesario. Ciertos personajes no sólo hacen silencio por genuflexión interesada, también lo hacen por innata cobardía. No articular palabra ante la denuncia de un colega, por aprietes de parte del excelentísimo señor presidente y sus secuaces de comisión directiva, es clara señal de contubernio con los matones. El chupalerche primero, cada día que pasa, queda más expuesto ante la opinión pública. Cuando los delincuentes caigan, los cómplices también.