jueves, mayo 23, 2013

Silencio en la oscuridad

En un marco atípico, la muchachada dio un espectáculo acorde. Tercera derrota consecutiva aunque, esta vez, sin goleada. Un aliciente, al decir de los optimistas, teniendo en cuenta los seis tantos recibidos en los últimos dos encuentros que pasaron a engrosar la estadística negativa de una de las defensas más batidas de la temporada. Menudo problema a resolver para el entrenador, quien, colgado del gancho de la victoria, no hace mucho elogiaba a los que hoy considera sin la capacidad necesaria para desplegar un juego con mayores pinceladas de ambición. En las buenas, todo fue mérito de los jugadores; en las malas, resulta que no les da el piné. Ventajas de practicar la falsa modestia.

A la hora del descargo, en la típica atajada característica de la adversidad, el entrenador dejó en claro que el armado de este plantel no le pertenece y mucho menos la pretemporada que, según argumentó, es cuando se define el estilo de juego. Si bien es cierto que el equipo estaba último cuando se hizo cargo de la conducción, hoy está a sólo seis puestos de la cola. Poco para destacar. En la confusión, hasta quedaron en el olvido las jugadas preparadas que dieron buenos resultados al principio y que fueron dignas de destaque ni bien comenzó el ciclo. Todavía lo salvan los primeros resultados positivos pero, a poco del clásico, urge retomar el rumbo para no llegar al crucial enfrentamiento con las defensas bajas.

Resta sortear un rival, sin embargo la fecha dieciséis domina el centro de la escena y se palpita con distintos niveles de intensidad de acuerdo al antecedente inmediato. La seguidilla de victorias tiñó la impaciencia de optimismo desbordado; la serie de tres caídas consecutivas bañó de desconfianza la certeza absoluta. El ego de la afición está en juego y podría sufrir un duro golpe. El destino del técnico corre en paralelo. No habrá continuidad si no se plasma en cancha la superioridad que los protagonistas suelen proclamar. Con la imagen desdibujada que actualmente sobresale, un tufillo a desconfianza empieza a impregnar el ambiente. La seguridad que se exterioriza no coincide con la sensación interior.


APOSTILLAS

Moneda corriente. Murmuran los que saben que el excelentísimo señor presidente tiene la decisión tomada. Si el clásico rival no es apabullado con contundencia, el proyecto de formación de entrenadores quedaría trunco sin siquiera haberse puesto en marcha. Un exitoso prócer contemporáneo anda al acecho. Dicen que extraña los negociados.

Morcilla en ensalada de frutas. El impresentable vice otra vez se fue de boca. Anunciar, antes de un encuentro clave, que "hay jugadores que cumplieron su ciclo" es de una imprudencia inaudita. Quedó claro que lo suyo es la relación con la barra brava y no la exposición pública. Ojalá que quienes se hayan sentido tocados no pasen factura anticipada.

Puma encerrado. Causó sorpresa, e indignación, la noticia de que el goleador iba a ser reemplazado por un delantero en decadencia. Como es costumbre, los rumores se dispararon. Que quieren bajarle la cotización, que está reclamando una deuda, que como no va a seguir lo mejor es poner al clavo. Cualquier cuestión es más creíble que el motivo futbolístico.

Compra opcional. Al parecer, el trabajo del vocero oficioso no conforma del todo. Por una bicoca, hinchas y simpatizantes tendrán acceso a la información de primera mano. Todos los meses, junto al pasquinejo vernáculo, podrán disfrutar de la revista institucional. Una forma más de llegar a la masa y de paso, por lo menos, cubrir costos. Está dura la calle.