viernes, febrero 07, 2014

Nada es real

No es cierto que la institución esté al borde de la quiebra. La comisión directiva saliente nunca hubiera gestionado en contra de lo que afirmaba venerar. No es cierto que la institución esté devastada. Los empleados del club, en muchos casos glorias del pasado o hinchas declarados, nunca hubieran permitido manejos que afectaran el patrimonio del club. No es cierto que los registros de movimientos diarios estén desaparecidos. Los ex dirigentes, conscientes de las obligaciones que cada uno asumió, nunca hubieran cometido semejante irresponsabilidad. Tampoco es cierto que no hayan honrado las deudas ni tomado recursos por adelantado, nunca hubieran comprometido la economía que tan bien decían controlar.

No es cierto que la mayoría societaria haya aprobado con su voto, en tres ocasiones, a una caterva de delincuentes. Los pocos que suelen hacer uso del derecho a elegir autoridades son lo suficientemente inteligentes como para discernir entre buena intención y malignidad. No es cierto que la mayoría societaria haya tolerado, a sabiendas, desaguisados que pusieran en riesgo la vida deportiva e institucional de la entidad. El proclamado sentimiento por los colores nunca hubiera dejado pasar tamaña inclinación a la rapacidad. Tampoco es cierto que socios y simpatizantes hayan soportado sin protestar el violento accionar de una barra brava rentada, nunca hubieran permitido el avasallamiento de lo que por ley les corresponde.

No es cierto que buena parte del periodismo haya sido funcional a una banda de facinerosos sin escrúpulos. Quienes honran el oficio, con las posibilidades que la actividad brinda, jamás hubieran avalado conductas reñidas con la ética y la moral. No es cierto que personajes con una dilatada trayectoria en el terreno de la comunicación hayan sido cómplices o encubridores de actos ilícitos o de matriz delictiva. Quienes se precian de una trayectoria impecable y de ejercer sin condicionamientos la libre opinión jamás hubieran protegido a una corruptela enquistada en el poder. Tampoco es cierto que añosos medios de prensa hayan ponderado a una gestión deleznable a cambio de dádivas o prebendas varias, jamás hubieran puesto en venta su credibilidad. Es fácil vivir con los ojos cerrados.