jueves, noviembre 16, 2006

Asignatura pendiente

Mientras los sufridos simpatizantes colonistas pasan de la preocupación a la desesperación, la dirigencia –fiel a su estilo– le pone paños fríos a la realidad rojinegra con golpes de efecto, tirando noticias “energizantes”, a la espera del milagro que tuerza el rumbo de la caída futbolística y les dé un poco de aire para descansar de tanto agite cotidiano. Como si no se hubiera aprendido nada de los errores pasados, se sigue practicando el deporte preferido de los últimos años en Colón: subestimar a la afición sabalera.

Nadie sabe qué pasa ¿será que las malas campañas son producto de la fatalidad? Nadie asume responsabilidades ¿será que el destino se ensañó con la institución del barrio Centenario? Nadie ofrece una explicación coherente ¿será que las calamidades se manifiestan sin justificación alguna? ¿O será que el fracaso es huérfano? Llegado un cierto punto se puede insistir con el absurdo a pesar de todo, pero es indudable que quienes lo miran con atención desde afuera irán dándole la espalda lentamente, por una simple razón: muchos de ellos son exigentes y no comen vidrio. Claro que siempre habrá quienes acepten la mascarada por gusto o por comodidad, pero con seguridad serán los menos.

Está comprobado, a esta cd no le gustan las críticas y menos las que, merced a fundamentos valederos e incontrastables, ponen el dedo en la llaga y advierten acerca de maniobras turbias y falsos discursos. Una postura entendible, si se tiene en cuenta que determinadas evaluaciones inducen a la reflexión y eso puede ser en extremo peligroso para quienes están convencidos del engaño fácil y posible. Es así que para intentar contrarrestarlas aplican la estrategia de poner la caripela, esbozar una mueca que pretende ser sonrisa y hablar durante interminables y densos minutos para en definitiva no decir nada. Todo enmarcado en la práctica favorita de GL: el yoísmo exacerbado.

En las sociedades maduras e inteligentes el examen de las acciones públicas es aceptado y valorado para corregir y mejorar; en específicos círculos de elite se rechaza porque perturba y es capaz hasta de subvertir peligrosamente el orden establecido. Y bien vale hacer una distinción entre oposición y crítica; la primera deja de serlo cuando los lugares cambian, la segunda persiste más allá de quienes ocupen posiciones de privilegio temporales. Dentro de todo este zangoloteo ridículo de dimes y diretes sólo queda claro que la clase dirigencial de este país –sea del sector que sea, y en este caso del fútbol– sigue sin entender el hartazgo de la gente ante dialécticas y actitudes que definitivamente deberían pertenecer al pasado.


APOSTILLAS

¿Hay cortocircuitos entre el dúo dinámico? Uno quiere mantener el “statu quo” el otro quiere que comiencen a rodar las cabezas. ¡Haya paz!

“No es mi estilo pero …” es el latiguillo preferido de GL para dar inicio al ninguneo, a la desacreditación de opiniones diferentes y hasta a la agresión verbal. ¡Soy lo que soy!

No es tan sencillo “borrar” a los ídolos K, considerando que son un patrimonio del club en peligro de desvalorización. ¡Aguanten los históricos!

¡La cd contraataca! Jugadores, ex técnicos y ex dirigentes al banquillo de los acusados por evasión fiscal. Se viene otro conflicto.