domingo, abril 22, 2007

El muerto y el degollado


Lo había anticipado el capitán a medios periodísticos porteños: “El que quiera ver un lindo partido que vaya a otra cancha”. Ante una circunstancia definitoria, como la que afrontó el pasado viernes el rojinegro, semejantes declaraciones no hicieron más que adelantar el resultado. La consigna era no perder, por lo que la satisfacción del objetivo cumplido pudo apreciarse en cada rostro protagonista. Lo que pareciera que estos profesionales tan afectos al micrófono y las cámaras no alcanzan a comprender es que Colón de SF tiene que ganar, sumar de a tres, de local y de visitante. El aficionado puede tolerar que no se juegue bien, lo que ya no soporta el la magra cosecha de puntos de este once timorato que, según el veterano Laureano, con poco alcanza la plena satisfacción.

La resignación no es buena consejera. Tomar las raquíticas actuaciones de este equipo con paciencia y tolerancia es una forma de doblegarse a lo que vendrá. Por lo tanto, el colonista debería reclamar mucho más de lo que está entregando este team sabalero, que se muestra displicente y conformista en demasiadas ocasiones. Un encuentro esperado con tanto interés, al final resultó un fiasco por la simple razón de que ambos contendientes jugaron al empate, ofreciendo la triste imagen de dos fieles exponentes de otra divisional. Y los goles, típicas carambolas originadas tras una cadena de errores propios y ajenos, fueron la prueba irrefutable de lo que son capaces de ofrecer quienes están peleando por la permanencia en la categoría. ¿Lindo partido? ¡No… ni el hincha más ingenuo esperaba eso!

Ahora vienen dos pruebas extremas, viernes y miércoles, a todo o nada y sin descanso, porque el tiempo se está agotando. Mientras tanto, JCF pone en duda su continuidad –por supuesto para la prensa sportiva monopólica– y los dirigentes contraatacan ratificándolo en el puesto. Y el circo sigue, agotando funciones, dando rienda suelta a la payasada atómica a la que ya está acostumbrada la afición sabalera. Esa afición que, a pesar de todo, sigue apoyando, sigue acompañando a dónde sea, sigue y seguirá firme hasta el final; esperanzada en que la fuerza sangre y luto se imponga más allá de las adversidades. Eso sí, estrujando una ajada calculadora entre sus manos; sumando, restando y hasta multiplicando los puntos que quedan por jugar, pero sin perder el optimismo, porque en Santa Fe… “siempre que llovió, paró”.


APOSTILLAS

¡Se lo merece! Después de un gol todo está permitido. Papas fritas, huevos fritos y hasta exquisitos helados de crema. No importan las calorías que después haya que quemar, así como tampoco el costo del suculento menú, total siempre hay algún amigo que garpa.

¡Escándalo… es un escándalo! JCF dijo en Baires que está harto de las internas dirigenciales. Noooooo… Pero si acá no hace más que destacar todo lo que Germancito hizo y hace por él y sus dirigidos. O es un hipócrita o los porteños exageran.

Mientras el Caio sigue corriendo por la 168 y Tito anda buscando un centro por el centro, a Totono lo tienen a maltraer los cólicos. ¿Será de tanto hacer banco? ¿Será de tanta abstinencia? ¿Será porque ahora todos lo piden de entrada?

Al trío FaGonCe no le gusta la rutina. Una fecha juega bien, otra da asco. Si de irregularidad se trata, podría decirse que han superado exitosamente el período de adaptación. A veces parecen auténticos especimenes autóctonos. Made in SF.