martes, abril 20, 2010

Bandera verde

El mediocre y obsecuente parodismo vernáculo machacó, durante toda la semana, con que Colón no debía desperdiciar la ventajosa oportunidad de enfrentar a un rival caído, casi muerto y enterrado. En ningún momento se advirtió una referencia a que el negro tenía que ganar por ser mejor, por tener mejores individualidades, mejor plantel o mejor técnico. Buscar el resquicio de donde sacar provecho parece ser la consigna de quienes a pesar de vender una realidad maravillosa, es claro que no confían en los protagonistas de esta historia. Por algo siempre esperan al adversario de turno disminuido es sus líneas, bajoneado por un presente adverso, cansado por enfrentar un doble compromiso, o lo que fuese.

Una vez echadas las cartas, ambos contendientes demostraron porqué están donde están, peleando un objetivo de última, remando contra una corriente tempestuosa. En el complemento, el local sacó al encuentro del sopor mediante el único ardid que podía modificar el cero, una simulación fuera de serie que el árbitro convalidó complacientemente. El mismo que confesó haber dirigido un partido del torneo anterior bajo presión, el mismo que fue galardonado hace poco, por la institución, con una plaqueta recordatoria (¿?), el mismo que de los últimos tres partidos que dirigió al dueño de casa sancionó cuatro penales a su favor, el mismo que fue designado para compensar el padecimiento de la fecha pasada.

Lo cierto es que una sensación de amargura quedó flotando en las gradas rojinegras, no sólo por el resultado, pues se perdió la oportunidad de despejar el camino hacia la concreción del objetivo, sino por el funcionamiento colectivo del segundo tiempo, que dejó al descubierto gruesas falencias en las tres líneas. Por el lado de quien maneja los hilos, todo el estadio se dio cuenta que el cambio del enganche por un defensor apuntó a cuidar la ganancia, sin embargo, ni las once casacas blancas protegiendo el propio arco pudieron parar la avanzada que desplegó el visitante hasta alcanzar lo que consideró un tiro para el lado de la justicia. Faltan cuatro fechas, los veteranos están fusilados y las dudas parecen imponerse.


APOSTILLAS

Nadie pone. El primer mandatario está que trina. No consigue que la provincia y el municipio se involucren, económicamente hablando, en el ambicioso proyecto de remodelación del estadio. En la intimidad dirigencial ya se maneja la posibilidad de que para el dos mil once sólo esté lista la bandeja norte. Para el resto habrá que esperar a la re-re.

Pon dos. Los primeros cortocircuitos ya comenzaron a hacerse públicos. Mientras el dt sostiene que en junio las partes deberán sentarse a tratar el tema contrato, el impresentable vice asegura que no hay nada de qué hablar porque el vínculo vence en diciembre. Las flores que se han tirado durante estos dos años pueden marchitarse de golpe.

Toma todo. A pesar de las declaraciones de uno y otro lado, pudo saberse que ya dieron comienzo las tratativas para determinar la continuidad o no del cuerpo técnico. Al parecer, el entrenador habría conminado a la dirigencia con un “o renuevo por dos años o me voy en junio”. Ante la imposición planteada, asegurar la re-re será una cuestión de estado.


La Destacada:
Atenti bromatología. Según denuncias, una partida de los productos que auspician este espacio ha sido adulterada. Algunos consumidores adictos a la marca en cuestión están padeciendo síntomas inequívocos de una dolencia de efectos indeseables. El chupalerche primero parece ser el más afectado. En ocasión de nota servil al impresentable vice, llevada a cabo en las mañanas obsecuentes, le pidió al entrevistado que definiera la situación económica de… ¡la institución vecina! Como si esto fuera poco, en un tramo del comentario post partido del lunes, en lugar de decir “sabaleros”, se le escapó… ¡el apodo de la institución vecina! ¿O será que la complicada situación por la que atraviesan los medios en los que hace que trabaja le está alterando los nervios?