
viernes, diciembre 24, 2010
domingo, diciembre 19, 2010
jueves, diciembre 16, 2010
martes, diciembre 14, 2010
Regando el arbolito

Un equipo enclenque y un entrenador hábil en la teoría, pero mediocre en la práctica, redondearon una temporada rociada con suculentos billetes que rápidamente pasará a engrosar los anales del olvido. En contraposición con la memoria, las arcas acusarán recibo. El puñado de porotos más caro de la historia institucional, que dejó a los colores suspendidos en la intrascendencia que supone el medio de la tabla, ni siquiera pudo ser levantado en el imaginario colectivo con la avanzada cementicia, impuesta para tirarle una soga a los magros resultados deportivos. Resulta preocupante que la parcialidad, en el devenir de la mediocridad, parezca acostumbrada a las promesas vacías de contenido, repetidas semestre tras semestre, como si de realidades inalterables se tratase.
Caída la continuidad, reemplazada sobre la marcha por causa de fuerza mayor, sobrevino una especie de parche, que no logró encauzar el destino una vez pasada la motivación que suele imprimirle un cambio. Un arquero frustrado, una línea de tres devaluada, un medio campo descompensado, y una dupla ofensiva que nunca terminó de complementarse, un técnico enredado en el doble discurso que lo dejó muy mal parado frente al atento escucha de sus declaraciones, y una directiva que borró de su prédica el tema fútbol deberán replantearse unas cuantas cuestiones de cara al futuro. Pretensiones, objetivos, exigencias, un paquete de determinaciones acorde a los lineamientos e intereses de unos pocos que ambicionan seguir manejando las ilusiones de unos cuantos.
APOSTILLAS




miércoles, diciembre 08, 2010
Al borde del precipicio

A pesar de los escasos minutos de recuperación futbolística, al negro no le alcanzó para, aunque más no sea, arañar un empate. Con bajos rendimientos y un juego errático y sin profundidad, no hay duda de que el rival le hizo precio. Un arquero encrespado, descargando su bronca contra el árbitro para no señalar a los verdaderos culpables; un goleador histórico impotente, asumiendo la mala campaña; un primer mandatario nervioso, discutiendo con apéndices que no hacen a la realidad; un panorama que marca el cuadro de situación generado por la falta de resultados, algo que no puede tapar el cemento. Nuevamente las promesas de campeonato pasan a la historia, igual que las ilusiones de la afición. ¿Hasta cuándo?
Así las cosas, y de cara al último partido del año, el clima se percibe enrarecido. La tribuna amenaza con hacer estallar el Brigadier, pero esta vez no como expresión de un estado de ánimo exultante, sino como fiel reflejo de una bronca contenida que se arrastra desde hace tiempo. La contienda electoral aporta sus propios condimentos al estado de situación. Ya comienzan a circular rumores sobre la presencia de fuerzas de choque distribuidas en distintos puntos del estadio con la disimulada misión de acallar posibles conos de protesta. Una derrota contundente podría desatar la debacle total. Conservar la calma será fundamental si la adversidad se da una vuelta por el barrio Centenario. Los colores merecen respeto.
APOSTILLAS




lunes, diciembre 06, 2010
Demasiado tarde para lágrimas

Y la pregunta surge espontáneamente. ¿Cómo repercutirán en las elecciones los últimos resultados? Si la semana anterior hubo lavado de cabeza, mejor ni pensar lo que puede pasar en los próximos días. La cantera de anuncios está agotada. El excelentísimo señor presidente se quedó sin proclamas con que endulzarle el oído a la masa societaria. Y está que trina. Cada derrota, en estas instancias preelectorales, le significa un desgaste adicional para dar vuelta una imagen chata, amarga, bochornosa que empuja hacia atrás lo que tanto le costó edificar. ¿Qué más puede anunciar? ¿Inauguraciones espectaculares? ¿Contrataciones rimbombantes? ¿Acontecimientos internacionales? Los cráneos buscan, pero no encuentran.
A la hora del análisis, muchos coinciden en que el entrenador se equivocó. Que la línea de tres no da para más; que armó mal el mediocampo, dejando afuera al único volante de marca; que a la delantera se le quemaron los cartuchos; que hizo mal los cambios; que el estado físico sigue siendo deplorable y mil cuestionamientos más. Es común en toda empresa seria determinar un organigrama que establezca, jerárquicamente, las responsabilidades de la estructura que conforman los recursos humanos afectados. Si algo no funciona como corresponde, si los objetivos no son alcanzados, si los fracasos resultan recurrentes, el primero que salta es el que ocupa el primer casillero –allá, en la soledad de la cúspide– y del que se desprenden las ramificaciones menores. Más claro, echarle agua.
APOSTILLAS




viernes, diciembre 03, 2010
Declaración de principios

En su afán, no sólo violó descaradamente el estatuto –que tanto dice conocer, y defender, la falsa pertenencia–; también insistió –como lo viene haciendo desde que tomó partido por esta comisión– en tergiversar los hechos para engañar a la tribuna. Es verdad que el excelentísimo señor presidente lo bancó en tiempos de su lesión –así como bancó la decisión del entrenador de turno que lo borró por considerarlo un “líder negativo”–; pero de igual modo es cierto que de tierras trasandinas no le quedaba otra que volver a Colón porque lo suyo sólo fue un préstamo. Después de todo, bien valdría destacar que por cada tanto que convirtió un buen dinero recolectó. Y los billetes no salieron precisamente del bolsillo del primer mandatario.
Como broche de oro, se presentó un voluminoso librejo en su homenaje. Financiado por la institución –imposible creer que haya corrido por cuenta de las excelsas plumas hacedoras– y de autoría de fina estirpe rastrera. El empleado del club, que hace las veces de parodista asoleado, chupalerche confeso y agradecido, en colaboración con un relator del montón, despuntó el vicio de la obsecuencia pergeñando una insulsa, previsible y edulcorada recopilación de datos y hechos que marcaron la carrera del “último ídolo”. Doscientas páginas a sesenta y cinco pesos, disponible en todos los kioscos de diarios y revistas. ¿Venderá la misma cantidad de unidades que el exitosísimo hit intitulado “El Bichi Gol” de Los Palmeras?
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