martes, enero 20, 2009

La isla de la fantasía


Toda vez que surge un conflicto de importancia en la institución del barrio Centenario, las mañanas obsecuentes de la emisora enredada se convierte en un programejo insoslayable, si de comenzar el día con humor se trata. Cada desinformación u opinión interesada que emite al aire el dúo de parodistas alquilados por la falsa pertenencia, inevitablemente, dispara la carcajada de la audiencia conocedora de los temas en cuestión. Es así que el deleznable objetivo de embaucar a la mayor cantidad posible de desprevenidos radioescuchas colonistas, queda reducido a un intento fallido de mediocres a la conquista de iguales. De todas maneras habrá que reconocer el empeño, aunque a veces no queda claro si mienten con conocimiento de causa o por ignorancia.

La apertura de hoy fue bizarra. El «biondo gnocchi» partió con rumbo porteño para "cobrar algunos de los miles de dólares que Colón tiene en la calle" (recontrasic). Por un lado, el excelentísimo señor presidente intentará hacerse de unos cuantos verdes que le adeuda un pícaro par, adicto a los cheques sin fondos. Bien. Por otro, tratará de arañar alguito de la venta de un ex retoño (¿no habrá equivocado la ruta?). Y por último, hará ingentes esfuerzos para conseguir unos avales helénicos, hasta el momento, intangibles (¿pedirá una audiencia en la embajada?). El punto no pasó por explicar los pormenores del caso sino por exaltar los prestos movimientos de una dirigencia a todas luces inepta y sin dinero para pagar deudas y mucho menos para tirarse a una nueva y extraña contratación.

En cuanto a la historieta protagonizada por el primer desacatado del año, no llamó la atención que la dupla a sueldo repitiera el mismo discurso que esgrimió el impresentable vice por todos los medios vernáculos, sin apoyarse en data fehaciente. De allí al ridículo, un milímetro de distancia. Cuando la ley es clara, argumentar que diciembre no es exigible porque la entidad "acostumbra a pagar los días 25 de cada mes" es una barrabasada de alto calibre. Nada más sencillo que remitirse al CCT, pero claro, ese simple hecho hubiera desenmascarado la falacia oficial. La emisión no cerró sin que el pelele consuetudinario dejara en claro su postura respecto del rebelde con causa. "Se ha portado muy mal con Colón", apuñaló, como acostumbra, por la espalda.

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