
La bronca fue generalizada –aunque muchos intentaron disimularla–, porque el partido terminó en empate. Y el tipo más irritado de la noche resultó ser el dt. Tanto así, que, a diferencia de la buena disposición que siempre exhibe con la prensa luego de un resultado favorable, esta vez se mostró fastidioso ante un par de preguntas que no fueron de su agrado. Nada de cuestionamientos –puntualizó que no le gustan– y nada de consultas sobre su manía de ir contra las normas. Detalle, este último, que clarificó con una mini disertación acerca de la diferencia entre fumar una cigarrillo dentro de la cancha y "degustar un habano", frente a un azorado auditorio que esperaba definiciones menos encrespadas y con una dosis mayor de autocrítica futbolística.
Lo cierto es que ningún entrenador puede sentirse satisfecho con una paridad –que pudo ser derrota en el último minuto– cuando la victoria estuvo al alcance de la mano. Si bien al término del encuentro AM habló de errores y minimizó la falta de gol de parte de los delanteros, es innegable que el equipo, en lugar de afirmarse con el transcurso de las fechas, está evidenciando una falta de fútbol preocupante, algo que se espera fluya casi naturalmente una vez afianzado el esquema táctico que pretende imprimirle el técnico. En estos casos, las explicaciones pueden ser infinitas; que Colón no tiene jugadores virtuosos, que la idea es plantear un sistema de lucha y solidaridad, que la actitud y las ganas son las características fundamentales, pero... falta juego.
A los protagonistas también les quedó un sabor amargo. De todos modos, las ocasiones de gol desperdiciadas, las distracciones en el fondo, la falta de un jugador de peso en el medio que calme las aguas en el momento preciso, serán cuestiones a trabajar en el receso que se viene. Siempre y cuando se trabaje, porque extrañamente se ha escuchado, en reiteradas oportunidades, que los muchachos "están cansados"; sin embargo los entrenamientos son en turno simple, las prácticas en el predio livianitas y las lecciones de pizarrón se supone que no agotan. En definitiva, la cosecha, hasta el momento, es buena y el camino hacia los cincuenta puntos está abierto. Es de esperar que los asuntos pendientes se ajusten para volver a la senda que el sabalé emprendió en el inicio del torneo.
APOSTILLAS



