domingo, septiembre 17, 2006

Partidus interruptus


Increíble. Cuando el protagonista estaba siendo el equipo, un adminículo de tamaño insignificante, cuyo mayor logro es encender la mecha de crueles enfermedades, copó la parada y concentró la atención de todo el estadio. Una vez más, la llama de la barbarie desató el bochorno, la vergüenza, la desazón. Con asistencia casi perfecta en este Apertura, la agresión se cobró una nueva víctima. O mejor dicho, nuevas víctimas. Porque cuando un espectáculo deportivo se suspende por la acción de un inadaptado, las víctimas son muchas más que dos.

Sería interesante indagar en la cuestión con mayor profundidad. Porque no sólo la agresión manifiesta significa un acto de violencia. Utilizar la tribuna de una cancha de fútbol para descargar tensiones también lo es. El insulto permanente a los jugadores del equipo adversario, a la hinchada contraria, a las autoridades del encuentro, a los vecinos de la vereda de enfrente y hasta a quienes visten la propia camiseta también es violencia. Y cuánto más grave es, cuando la practican padres que asisten acompañados de sus hijos. Lo lamentable es que este deleznable hábito ya está incorporado como parte del folklore de cada fecha del campeonato argentino. Difícil de cambiar.

Ahora habrá que esperar correctivos. Cancha suspendida, descuento de puntos, sanción monetaria, y vaya a saber cuántas penalidades más. Colón no se merecía esto. Ya bastante tenía con remontar una realidad futbolística adversa. A pesar de todo, si algo se pudiera rescatar de lo acontecido anoche en el Brigadier sería la actitud del equipo. Una minúscula evidencia de recuperación anímica, con intenciones firmes de transformarse en resonancia, capaz de contagiar otros aspectos caídos del once sabalero. Como para esperar con mejor semblante el enfrentamiento con River.

Se viene un examen difícil para la dirigencia colonista. Afrontar esta fatalidad en el seno de la Asociación del Fútbol Argentino pondrá a prueba la capacidad de tanto letrado rojinegro. Aunque los antecedentes que se arrastran no ofrecen demasiado espacio para una salida airosa de tamaña situación. Habrá que esperar para corroborar si la tan promovida amistad de los directivos con el pope afista surte algún efecto. Porque puede que la institución de barrio Centenario sea la primera en recibir un duro castigo como medida ejemplificadora para el resto. Así que a preparar las espaldas, porque esta temporada las penitas son sangre y luto.


APOSTILLAS

Gol tempranero de Sesa. Bien por Malandra. Mérito de JCF. Animar a los pibes a más es una cualidad del entrenador-entrenado a sacar mucho y bueno de donde otros no ven nada. ¡Hurra!

¡Marche preso! La policía olvidó llevarse al comprometido simpatizante sabalero que descargó su ira contra el irresponsable de turno. Violencia sobre violencia tampoco es la solución.

Confirmado. Juan Fernández no puede jugar ni a la bolita. Se le solicita al entrenador no insistir con especimenes de este tipo. Jugar con diez no es buen negocio.

Refunfuña la cd, que no gana para sustos. Controlados los asistentes a la J.J. Paso, apareció un descarriado en la platea este. ¿No será hora de ampliar los planes trabajar?

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